Levi emitió un suspiro mientras sostenía su teléfono, intentó marcar el número de Hanji aunque evidentemente en el fondo sabía que no obtendría respuesta.
Era obvio que ella no respondería, pero debía al menos intentarlo.
Si Hanji se lo pidiera, estaba por completo seguro de que haría lo que fuese para detener la boda. Aunque tuviera que tomar su mano para fugarse los dos y desaparecer del mapa.
Levi se había negado a cenar esa noche, su última noche de soltería. Por lo que prefirió pasar esas últimas horas en el invernadero. De la Puya Alpestris no quedaba más que una flor seca y marchita, esperando en silencio para florecer nuevamente en los siguientes años.
Las cosas parecían más calmadas en casa dada a la reciente colaboración de Petra, quien de un momento a otro pasó a estar de acuerdo con querer continuar hasta el final con la boda. Levi no la entendía del todo, pero tampoco podía culparla por sus recientes acciones. Petra era tan víctima como él y ninguno de los dos estaba en posición de hacer algo, porque de lo contrario sus respectivas familias sufrirían por sus decisiones.
—¿Es bella la luna esta noche, no crees? —preguntó de pronto Kuchel a su hijo quien irrumpió en su soledad.
—Lo es —respondió Levi, sumamente pensativo.
—Eres mi hijo, pero rara vez me hablas sobre lo que piensas o tus sentimientos. Eso a veces me hace pensar que he sido una terrible madre —dijo de pronto la mujer con un tinte melancólico en su mirada que se asemejaba increíblemente a la de Levi.
Levi mantuvo silencio y Kuchel cogió las tijeras de podar para comenzar a cortar las partes secas de la gran Puya de los Andes. Fue en ese momento que la mujer se sintió ridículamente culpable. En ocasiones se preguntaba a sí misma, cómo hubiera sido de diferente la vida de su hijo si no hubiera ocurrido aquel accidente.
Probablemente, su hijo nunca hubiera dejado el país.
Quizás, Levi sería más expresivo en cuánto a sus emociones.
Tal vez, su hijo y Hanji hubieran tenido una hermosa historia de amor fortaleciéndose a lo largo de los años, sin tantos enredos y malos entendidos.
—¿Qué piensas sobre mañana?— preguntó entonces Kuchel —He visto la prueba final del vestido de Petra y pienso que incluso con todos los contratiempos se ve realmente bella.
—No lo sé, solo tengo claro que me casaré con Petra porque así lo estima el contrato —respondió con simpleza Levi —Pero es solo una estrategia para ganar tiempo, por supuesto. Divorciarse debe ser una molestia, pero supongo que cuando encuentre la forma de dejar todo en orden, haré lo que esté a mi alcance para anular lo más pronto posible el matrimonio.
—¡Levi! —alzó la voz su madre, siguiendo sin entender la naturaleza fría de su hijo que nunca logró entender del todo.
—No esperes mayor sentido del tacto de mi parte, madre. ¿Piensas que tu único hijo es tan miserable que incluso va a casarse sin siquiera antes saber su pasado? Sea lo que sea, eres mi madre y te seguiría amando, pero en cierto modo, nunca has sido sincera.
Kuchel abrió los ojos por la impresión, pero si lo pensaba con mayor profundidad, ella debía de admitir que Levi tenía razón. Le hubiera gustado ser una madre presente en la vida de su hijo.
La mujer vio a su hijo como se daba la media vuelta y decidía salir del invernadero sin despedirse, dejándola junto a la gran flor andina que prometía florecer y dependía absolutamente de ella que esta vez, la flor fuera más azul que nunca.
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Sabor Audaz [Levihan/Historia completa]
ФанфикElla, con taninos azucarados en sus salvajes labios. Él, con un breve matiz ácido en su mirada. Un vino perfecto al paladar, ideal para toda ocasión. La mezcla de ambos logra un perfecto equilibrio, con elegancia y aroma intenso. Cierta boda está...