10- Buscar algo

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Hanji ahogó un gemido cuando las manos de Levi la tomaron por la cintura atrayéndola más hacia él. Al parecer se estaba haciendo una rara costumbre esa la de besarse con desesperación a la más mínima provocación, casi como si sus cuerpos pidieran a gritos estar el uno cerca del otro aunque sus venenosas palabras no hicieran más que discutir todo el tiempo.

Por otra parte Levi sintió felicidad, que Hanji no lo apartara ni lo rechazara estando completamente consciente era un absoluto avance y entonces su lengua se atrevió a juguetear otra vez en su cuello como aquella vez en el invernadero. Hanji se estremeció por completo y tenía que admitir que eso era realmente placentero, muchísimo más que la vez anterior.

Levi no tenía ni la menor idea de dónde estaban, pero Hanji le señaló ir en dirección a una especie de garaje donde el padre de Hanji guardaba herramientas y cosas en desuso, sin embargo eso era lo menos importante. Lo que realmente lo tenía ardiendo en deseo era ver a Hanji, su cabello estaba desarreglado y su mirada parecía arder junto con ella, era increíble lo que lograba con apenas tocarla, Levi se relamió los labios excitado, estaba ansioso por probar más de ella.

-¿Quién eres y qué hiciste con Hanji? -preguntó Levi entre jadeos entrecerrando los ojos por un momento.

La poca decencia de la castaña se esfumó con esas palabras. Hanji no tenía claro lo que le provocaba ese hombre, sin embargo era un riesgo que quería tomar. Sus ojos achocolatados estaban sumergidos en la lujuria y sonrió con satisfacción ante aquel bulto bajo los pantalones de Levi.

Le fue inevitable a Levi no gemir con fuerza cuando sintió un escalofrío de placer recorrer la parte baja de su vientre cuando una traviesa castaña se hincó frente a él y con sus manos temblorosas comenzó a desabotonar su pantalón y volvió a gemir cuando su erecto pene fue liberado. No podía creer que esa misma Hanji provocara tanto en él como nunca nadie le había hecho sentir.

-¡Aaah!

Levi apretó los dientes con fuerza cuando sin previo aviso Hanji comenzó a lamerlo, sus largos dedos fueron por inercia hacia la nuca de Hanji para acariciar sus cabellos y eso animó aún más a Hanji quién ahora succionaba con rapidez su completamente endurecido pene.

-Han-Hanji...

Ella lentamente se retiró dejando un pequeño hilo de saliva entre sus labios y el pene de Levi. Hanji levantó la mirada y él creyó que no había nada más erótico que eso. Esa mujer lo tenía malditamente idiotizado entre tanta lujuria.

Sin importarle nada, Levi se inclinó ligeramente para tomar entre sus manos el pequeño rostro de Hanji y besarla nuevamente, sus lenguas mezclándose con sus fluidos era sumamente excitante. Sin dejar de besarla la levantó con cuidado dejándola sobre una vieja mesa y sus ojos brillaron inmensamente. Ahora era turno de Hanji de disfrutar y Levi lo tenía completamente claro, no iba a permitir que ella no quedara satisfecha por ningún motivo.

Hanji sintió un ligero temblor sacudir su cuerpo ante las llamaradas de placer que recorrían su piel, era la primera vez que se atrevía a hacer ese tipo de cosas con alguien, aunque en el fondo se alegraba que fuera Levi quién descubriera su cuerpo que no sabía nada de caricias.

En sus más de treinta de años de vida nunca nadie le había provocado tantas cosas a la vez, ella usualmente estaba muy ocupada con sus investigaciones y proyectos por lo que nunca tenía tiempo para el romance y de pronto Levi aparecía nuevamente en su vida para tentarla y hacerla caer a un completo abismo de pasión.

Levi lentamente bajó la cremallera de su pantalón y sus dedos traviesos se aventuraron bajo la delgada tela que resultaban ser su ropa interior, Hanji se mordió el labio para evitar gritar al sentir esos fríos dedos en su piel ardiendo de placer. De pronto ambos se miraron a los ojos, Levi había encontrado su clítoris y él comenzó a estimularlo dando suaves toques en círculos haciendo que Hanji arqueara la espalda y contrajera sus músculos.

Sabor Audaz [Levihan/Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora