Hanji se despertó aquella mañana siguiente, la luz matutina se colaba ligeramente por las cortinas de aquella ventana y le molestaba un poco. Le tomó tiempo darse cuenta en dónde estaba, realmente estaba cómoda pero un sentimiento extraño la inundó. Alguien respiraba pausadamente a su lado sin la más mínima preocupación. Buscó a tientas sus anteojos porque solo veía siluetas extrañas, una vez que los encontró a su lado en la mesita de noche se los puso.
Al incorporarse pudo corroborar que efectivamente no estaba sola en la cama y algo la hizo sentir inquieta. Hanji no lograba recordar cómo había llegado hasta ahí ni en qué contexto ni mucho menos sabía por qué estaba en ese lugar, ella por inercia miró su cuerpo y hasta donde recordaba usaba un vestido rojo, ahora en su lugar había una blanca camisa, su curiosidad la hizo inspeccionar por debajo de la camisa y lo que vio no le gustó.
Luego, su grito posiblemente se escuchó en todo el pueblo.
Levi despertó totalmente desorientado que incluso hasta cayó de su propia cama por el susto. Sin embargo solo le bastó un par de segundos para ordenar todas sus ideas dentro de su cabeza. Hanji por otra parte no dejaba de llorar imaginando lo peor, se sentía horrible totalmente. Definitivamente eso no podía estar sucediéndole a ella que siempre había sido tan cuidadosa de sí misma.
Por otra parte Levi se maldijo internamente entre dientes, debió de anticipar que algo como eso podría pasar por la mente fantasiosa y con exceso de imaginación de Hanji, pero fue inevitable de todos modos.
Horas atrás luego de que Levi cargara a una borracha Hanji hasta su habitación, no pasaron muchos minutos para que la enérgica mujer siguiera haciendo de las suyas aquella noche. Hanji se levantó aún muy mareada y para sorpresa de Levi, ella vomitó antes de llegar al baño, donde no solo el piso de su habitación quedaba cubierto de su vómito sino que también él y su ropa.
Levi no tuvo más opción que quitarle su vestido para limpiarla pese a que Hanji se lo impedía rotundamente, incluso llegando a morderlo y una vez que Levi logró domar aquella fiera salvaje pudo abrigarla con una de sus propias camisas. Hanji no dejaba de llorar totalmente confusa, por último Hanji prometió irse a dormir si Levi le contaba un cuento. Levi asintió y cumplió su capricho hasta que la castaña finalmente se durmió entre balbuceos sin sentido.
No era precisamente lo que Levi hubiera deseado al dormir por primera vez con Hanji, pero tampoco le molestaba realmente aunque al principio se sintió asqueado al tener que limpiar todo el desastre, pero luego comprendió que también era su culpa por dejar que Hanji bebiera tanto. Quería ganarse la confianza de aquella mujer, pero dadas las circunstancias recientes, se reducían considerablemente sus oportunidades de reivindicarse. Él quería que Hanji dejara de verlo como una posible amenaza y que comenzara a verlo como un hombre que estaba dispuesto a todo con tal de convertirse en mucho más que amantes.
—¿Qué pasó anoche? —lloriqueó Hanji escondiéndose entre las sábanas para ocultar la desnudez de su piel.
No era posible que su primera vez fuera así, ni siquiera recordaba qué pasó luego de cenar aunque tenía vagos recuerdos y pronto Hanji se ruborizó por completo al recordar esos apasionados labios en el invernadero comiéndole la boca con deseo luego de su arranque de impulsividad en la que ella dio el primer paso para romper esa tensión de sus cuerpos. Después de eso ella no recordaba absolutamente nada.
—Hanji, anoche no sucedió nada de lo que debas avergonzarte. Si te preguntas por tu ropa es porque anoche vomitaste aquí y no podías dormirte con tu ropa sucia puesta, te la quité, te di un baño y te vestí con lo que encontré más cerca...
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Sabor Audaz [Levihan/Historia completa]
Fiksi PenggemarElla, con taninos azucarados en sus salvajes labios. Él, con un breve matiz ácido en su mirada. Un vino perfecto al paladar, ideal para toda ocasión. La mezcla de ambos logra un perfecto equilibrio, con elegancia y aroma intenso. Cierta boda está...