Enredos del corazón

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"A veces uno no quiere sanar algo que duele, porque quizás, ese sea el único lazo que queda con esa persona."

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—¿Ya llegó Jiang WanYin? —le preguntó.

—Él está ocupado.

—Ya veo... —acarició su barba—. Cuando lo veas dile que pase a mi habitación —se despidió.

—ShūFú, ¿por qué te agrada el Líder Jiang?

—Es un joven excelente, no veo porque no debería agradarme. Las cosas viejas pertenecen al pasado —miro el rostro de su sobrino—. Y él pasado no debe ser perseguido.

—Mm.

—Tal vez te sea difícil, por las decisiones del pasado, pero si las personas más cercanas a esa persona están dispuestos a olvidarlo tú también —miro a Wei WuXian acercarse.

—¡Tío Qiren! —corrió hacia él—. ¿Me ha extrañado? —le dio una sonrisa.

—Wei WuXian —saludó—. Probablemente ni siquiera en tus sueños sucedería eso —escondió una sonrisa al ver el rostro de Wei WuXian.

—¡Aprendió a bromear! —soltó una risa—. ¿Lo viste Lan Zhan?

Lan Qiren negó con la cabeza y comenzó a caminar hacia su habitación.

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Lan XiChen empezó a moverse lentamente en su lugar, sentía su brazo dolerle, abrió los ojos lentamente para poder ver cuál era la razón y encontró su brazo vendado junto a nuevas túnicas.

—¿Cómo se siente?

Lan XiChen escuchó una voz, esa voz, se levantó rápidamente para poder ver a la persona de esa voz.

—¡No te muevas tan rápido! —se acercó rápidamente hacia él.

—¿WanYin? —se preguntó y lo miró intentando recordar lo que había ocurrido anteriormente.

—¿Vez a alguien más? —revisó su venda—. Tu brazo ya está mejor.

—Mi brazo —volvió a verlo y recordó lo que había sucedió hace un rato—, lo siento, por...

—Solo cállese, se ha disculpado tanto esta tarde que ya no quiero oír una disculpa más —lo miro con el ceño fruncido.

—Lo... —guardó silencio—. ¿Se quedó todo este tiempo aquí? ¿Cuánto dormí?

—Dos horas —se apartó de él—. Lo hice, quería asegurarme de que siguiera vivo.

—Gracias... —se levantó de la cama—, por quedarse.

—No se preocupe, su hermano dijo que quería verme así que vine —volteó a verlo, no sabía que más decirle.

—¿Puede quedarse un poco más? —le dio una sonrisa.

—No quiero seguir interrumpiendo, necesita descansar un poco más.

—Por favor, WanYin no sé vaya —abandonó su sonrisa al esperar una respuesta negativa por parte del menor.

—Espero que su té sea bueno —bufo y se fue a sentar—. ¿Qué espera? No tengo todo su tiempo.

Lan XiChen volvió a sonreír.

—Le prometo que este té le gustará —se dirigió a preparar el té, se encontraba feliz de que el menor se quedara más tiempo—. ¿Cómo estuvo su viaje hasta aquí?