Lentos Brinquitos ;; WonKi ;;

18

Riki recogió a Jungwon de su casa para ir al hospital, hoy darían de alta a su madre la cual quería conocer a su yerno.

─ ¿No le molestará que vaya contigo? ─Riki negó entrelazando sus dedos con los de Jungwon, quien se sonrojó por la acción.

─ No, amor. Ella te aprecia, desde hace tiempo venía insistiendo en conocerte, pero creí que aún no estabas listo.

─ Ohh, ¿le gustan los pastelillos? ─Riki asintió.

─ ¿Por qué, amor?

─ Traigo unos en esta bolsa─ levantó su brazo derecho dejando ver una bolsa color café.

─ Oh, bebé. ─ Riki detuvo el paso y lo tomó con un brazo de la cintura mientras que su otra mano tomó los mechones largos de su novio y los coloco detrás de su oreja terminando de acariciar su mejilla caliente─ Eres muy lindo, ¿lo sabías?

Jungwon se sonrojó pegando su cabeza al pecho de Riki.

─ Tu lo eres más.

Ambos esperaban fuera de la habitación donde la señora Saiko, madre de Riki se hospedaba, nerviosos por lo que diría el doctor, el cuál salió a los minutos.

─ Familiares de Saiko Yuri. ─ Riki se levantó rapidamente junto a Jungwon.

─ Soy su hijo. ─El mayor asintió.

─ Hicimos chequeo y todo parece estar en orden, sólo tuvo una recaída pero, está bien, le recetaré unas vitaminas y antibióticos, necesita estar reposo.

Riki asintió, su madre tenía leucemia aguda, por la cual tuvo una fuerte infección y fue a dar en el hospital.

─ ¿Puedo pasar a verla?

─ Sí, en unos minutos le enviaremos el acta hospitalaria.

Riki asintió y tomó por la cintura a Jungwon para luego abrir la puerta y ver que su madre estaba mejor y los esperaba despierta.

─ Hola, mamá. ─La mayor sonrió sentándose en la camilla.

Jungwon hizo un reverencia.

─ Hola, señora Saiko, soy-

─ Jungwon, lo sé, cariño. Un gusto. ─La señora Saiko extendió su mano la cual Jungwon recibió gustoso pero con miedo, no la conocía del todo.

─ Hoy te dan de alta, mamá, podremos irnos a casa. ─Riki habló tomando una silla para que Jungwon se sentará.

─ Sí, cómo sea, interrumpes mi plática con Jungwon, hijo.

Riki y Jungwon rieron.

─ ¿Mi hijo te trata bien?─ El menor asintió viendo a Riki reír.

─ Sí, señora Saiko. Su hijo me trata bien.

─ Te veo muy enamorado chico, tu rostro se ve radiante. ─Jungwon se sonrojó avergonzandose.

─ Mamá, deja a mi novio lo vas a asustar.

Jungwon rió negando.

─ ¿Llevan mucho? ─Preguntó la mayor.

─ Oh, en unos días cumplimos el año, señora Saiko. ─sonrió Jugnwon.

─ Me alegro, chicos, espero poder verlos juntos por mucho tiempo más.

Ambos asintieron.

─ Nosotros también esperamos eso, mamá, y también hacerte abuela. ─Jungwon abrió los ojos tapando su rostro rojo con sus manos.

─ Hijo, no presiones a Jungwon, por Dios.

─ Por cierto.. Suegra, ─rió levemente por el apodo─ le traje unos pastelillos.

Yuri rió.

─ Gracias, cariño, ¿Los hiciste tu? ─Jungwon asintió abriendo la cajita─ Ya estaba cansada de tomar suero y calabazas cocidas.

Jungwon rió mientras que Riki negó, su madre detestaba las verduras mientras que él las amaba.

─ Sólo unos cuantos, mamá.

Yuri rodo los ojos.

─ Jungwon, calla a mi hijo, por favor.

Jungwon rió, sin duda le había tocado una de las mejores suegras.