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Riki había preparado el día de ayer unas galletas de chispas con chocolates y había guardado unas pocas para Jungwon

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Riki había preparado el día de ayer unas galletas de chispas con chocolates y había guardado unas pocas para Jungwon.
Apenas llevaban unas semanas hablando y lo consideraba su mejor amigo y, Dios.

Tenía unas ganas inmensas de abrazarlo.

Pero respetaba el miedo de Jungwon, cada vez que este se intentaba acercar, el menor se alejaba, y sus ojos se tornaban llorosos.

¿Qué le habían hecho a su algodón de azúcar?

Lo sacaron de sus pensamientos cuándo vio a Jungwon llegar, venía con su cabeza gacha y sus audífonos puestos.

Se levantó de su lugar rápidamente y tomó la bolsa que estaba decorada (con la que tanto se había esforzado. Incluso pegó algunos conejitos y zanahorias) para ir a su lugar.

─ Hola, Won.─Se alejó un poco al ver que estaba muy cerca.

─ Umh... Ho-hola, K-Kinnie. ─El mayor vio cómo Jungwon temblaba, pero no era por él, él estaba lo suficientemente lejos.

Jungwon temía que sí al desacerse de su padrastro alguien más reemplazaría su lugar y lo dañaría, no quería que lo volvieran a tocar, sin pensar sus lágrimas comenzaron a salir, se sentía débil.

Riki notó cómo Jungwon agachó su mirada y comenzó a hipar, quería abrazarlo realmente quería, pero optó por otra cosa.

─ Yo hice estás galletas para ti. ─Riki se agachó y vio su rostro empapado de lágrimas─ Algunas son forma de conejitos, es tu animal favorito.

Sin embargó, Jungwon no tomó la bolsa, no sabía de lo que estaba hablando Riki, él estaba en sus pensamientos.

─ G-gracias, Riki.

─ Jungwon. ─Habló con delicadeza.

─ ¿Mh? ─No levantó su rostro, estaba llorando y probablemente su nariz estuviera roja.

─ Haremos algo, pero no te asustes ¿sí? ─Riki dejó la bolsita a un lado en la mesa.

─ ¿C-cómo q-qué?

Riki extendió su mano esperando que Jungwon la tomara, el cuál negó de inmediato al saber las intenciones del pelinegro.

─ No te haré nada, Won.

Jungwon con mucho miedo tocó con su dedo la palma de la mano de Riki y luego se alejó.

─ Te prometí que iríamos cómo los conejitos bebés, vamos.

Jungwon asintió y colocó su mano sobre la de Riki, dispuesto a alejarla por el toque, pero el mayor la apretó un poco evitando que se alejará.

─ No te haré daño, Wonnie, no lo haré.─ Riki sonrió al sentir que la mano de Jungwon ya no estaba tensa.

Jungwon sonrió un poco al ver que no dolía, le gustaba lo cálida que la mano de Riki era y no pudo evitar sonrojarse cuando esté comenzó a acariciar su dorso con su pulgar.

─ E-esto no d-duele. ─Jungwon levantó su rostro sonriendo un poco.

─ Nunca te haría daño, Jungwon. Nunca te haría daño.

El menor asintió y se animó a tomar la otra mano de Riki para entrelzar sus deditos, sintiendo su sonrojo esparcirce por todo su rostro.

Riki sonrió cuándo Jungwon soltó una de sus manos y miró un anillo que llevaba en su dedo.

Dios, ese tierno chico aceleraba su corazón y ni siquiera sabía la razón.

Dios, ese tierno chico aceleraba su corazón y ni siquiera sabía la razón

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Lentos Brinquitos ;; WonKi ;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora