CAPÍTULO XX

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♦️“Cuando se ama a una persona se la ama tal como es, aunque no sea como uno quisiera que fuese”.
___Anna Karenina♦️

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   Ajuste la pañoleta en mi cabeza. Revise la hora y faltan solo 15 min para entrar a clases.

Leonard:
Estoy aquí, sal.

   Agarro mis cosas para ir al encuentro con Leonard. Paso seguro a la puerta, Eliam a esta hora está en su supuesto trabajo.

   Salgo trotando frenando en seco cuando veo a mi amigo con compañía ¡Vino con Clara!

— ¡Te cortaste el cabello! –Grita el hombre acercándose para agarrar los cortos mechones de cabello que rozan mi hombro.

— ¿Qué?, claro que no Leonard. –Digo dándole un manotazo. – ¡Me está creciendo hacia arriba! –Exclamo con sarcasmo.

   Pone mala cara mientras Clara y yo reímos de su actitud se niño enfurecido.

—Te queda mucho mejor corto –Asegura la chica acercándose a saludar. Le correspondo dándole un beso en la mejilla.

— Y ustedes que, ¿están saliendo o algo? –Pregunto dirigiéndome al auto con ellos tras de mí.

— Estamos en los preparativos de nuestra boda, querida. –Suelta Leonard subiendo al asiento del conductor.

—Será dentro de un par de meses –Le sigue el rollo Clara.

— ¿Crees que tengamos lista su invitación para entonces? –Le pregunta a ella.

—No lo sé cariño, es posible que no nos dé chance de invitarla. –Contraataca ella.

— Vale, vale. –Me exaspero. – Dejarlo ya, pesados.

Ambos empiezan a reírse de mí.

—Estuve llamándote para contarte que esta dulce y encantadora chica –Señala a Clara que está en el asiento de copiloto — ha aceptado salir conmigo.

   Me limito a verlos desde mi puesto de atrás. Será cabrón, ni siquiera me envió mensaje alguno.

—Sabes que no me llamaste, incluso no recibí mensajes de ti más que para informarme sobre la noticia en Riverside. –Ataco acusándole.

—Pido disculpas por mantenerte al tanto de las novedades candentes de ese estado. –Exagera con una mano en el pecho deteniéndose en el semáforo en rojo.

— En fin, me alegro por ustedes chicos. –Ignoro lo demás.

   No miento, hacen muy linda pareja. Sé que Clara le hará feliz a mi amigo y viceversa, aunque esperemos que el promiscuo ese ponga los pies en la tierra y deje sus ligues casuales centrándose en su nueva relación.

— ¿De verdad? –Pregunta Clara girando para verme con cautela.

—Claro –Sonrío– Si son felices juntos no tengo nada que objetar.

— ¡Te lo dije! –Exclama mi amigo.

   Dicho esto seguimos lo que quedaba de camino en silencio. Minutos después, Leonard aparcó el auto en el estacionamiento de la Universidad.

◇Dangerous Rhombus◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora