◇Dangerous Rhombus◇

CAPÍTULO XXVI

♦️- La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener. 
___Gabriel García ♦️

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Violetta

   Entro al departamento de una residente en Sacramento seguida de Noah.

   Llamaron para reportar un homicidio, con este ya serán tres personas muertas por este psicópata.

   Al llegar la escena es deplorable pero no concuerda con la secuela de los anteriores, miro a mi compañero y este se encoge de hombros fijando su vista en la chica que abraza sus rodillas en su pecho al lado del cuerpo del homicidio.

—Violetta Hall –Me presento a las cuatro personas que están en el lugar.

—Noah Price –Dice mi compañero.

—Hola. –Empieza una chica– Yo soy Clara, él es Leonard, este es Jóhann y ella es Esteffania. –Señala a cada uno.

Asiento acercándome a la chica tirada en el piso.

— ¿Te importaría responderme unas preguntas? –Pregunto suavemente. Levanta la vista encontrándose con mi mirada.

   Me sorprende un poco pero trato de no expresarlo. Nunca había visto una mirada tan perdida y vacía en mis años de criminalista.

— ¿Te importa solo hacer tu puto trabajo? –Replica ella, con odio.

—Es lo que intento, Esteffania. –Comienzo – por eso quiero que respondas unas preguntas para saber que paso aquí. –Digo con obviedad.

—Oh, ¿no sabes que paso? –Dice con brusquedad encarándole. –Te lo diré, dos hombres encapuchados entraron y, como puedes ver –Señala al chico sin vida–  ¡Han matado a mi hermano! –Grita con la voz rota.

—Esteffania, cálmate –Habla el de aspecto Islandés.

— ¿Qué me calme? –Replica ella girándose al hombre– ¡Han matado a mi hermano! Y tú –Lo señala– ¿Me pides que me calme?

   Todos guardamos silencio. Noah aclara disimuladamente la garganta.

— ¿Por qué no nos explican qué pasó? –Pide con cautela.

—Nosotros no sabemos nada –Admite Clara– Acabábamos de llegar cuando ustedes aparecieron.

—Yo llegue a felicitarla –Añade el chico que nos llamó, nosotros fruncimos el ceño– es su cumpleaños –Aclara– cuando subí me encontré con la puerta destrozada en el suelo y... –Mira a su amiga– vi a Esteffania abrazada a su hermano, llorando desconsolada.

   Suspiro con pesadez. No podemos descartar la idea de que sólo haya sido un ajuste de cuentas o bien, pudo ser obra del homicida y esta sea la única pista que tendremos jamás.

—Necesito que te calmes –Pido a Esteffania– Y me des detalles de los que paso.

Espero impaciente que recomponga su expresión.

— ¿Quién le hizo esto al chico? –Pregunta Noah.

—No lo sé –Murmura

—Dijiste que fueron dos hombres, ¿podrías identificarlos? –Cuestiono.

—No, tenían su cara cubierta con un pasa montaña. –Contesta monótona.

— ¿Por qué crees que le quitaron la vida a tu hermano? –Inquiero apuntando en mi libreta.