CAPÍTULO XXII

33 29 3
                                    

♦️El mundo pertenece a los optimistas; los pesimistas son meros espectadores
___Dwight Einsnhower♦️

____________

—Es viernes, ¡Por fin! –Exclama Leonard. —Fue una semana caótica para apenas iniciar el año.

— ¿Cómo te preparas para mañana? –Pregunta Clara.

—Bien. –Musito sin más

—Se te ve muy emocionada –Dice mi amigo.

—Lo estoy, solo que... –Callo al percatarme de lo que iba a decir.

— ¿Problemas en el paraíso? –Cuestiona burlona Clara.

—Algo así. –Murmuró.

—Necesitas una noche loca, para distraerte y despejar la mente para mañana, pequeño saltamontes –Sugiere Leonard

   Volteo a verlo. –No gracias, me iré a casa– Agarro mis cosas y salgo de la universidad. Escucho como ambos chicos protestan pero ¿qué más da?

Número desconocido:
Me extrañas, pequeña.

   Detuve el paso de inmediato. Suprimí el impulso de hacer berrinche y patalear como niña pequeña. Maldije internamente aún más cuando el auto de Jóhann se detuve frente a mí.

   Guardo el teléfono cuando lo veo bajar y aproximarse a donde estoy.

— ¿Estás bien? –Pregunta a escasos centímetros de mi rostro– Estas pálida, parece que viste un fantasma o algo así.

—Estoy bien —Contestó dando un paso atrás.

    Me mira con desconfianza. –Fingiré que te creo. Vamos–Me ofrece una mano– Te llevo.

—Puedo irme sola, gracias –Lo rechazo

—Venga, no seas testaruda. –Me toma por la cintura para que lo encare. –Te echo de menos –Susurra en mi oído.

— ¡Esteffania! –Exclama una voz a mi izquierda, me aparto del islandés para encontrarme con la mirada furiosa de mi hermano – ¿Qué mierdas significa esto?

   Se acerca como león enfurecido con Victor siguiéndolo a su espalda. Me toma del brazo acercándome a él para alejarme del islandés, este pone mala cara volteando los ojos.

—Suéltala, Eliam. –Masculla Jóhann.

   Cierro los ojos con fuerza implorando paciencia al altísimo. Acaso todos se pusieron de acuerdo para joderme hoy. Se declaró como día nacional el joder la poca paciencia que tengo y no me he enterado hasta ahora.

— ¿Qué haces aquí? –Pregunto a mi hermano soltándome de su agarre. Ignoro por completo la mirada de su amigo a pocos pasos de nosotros.

— ¿Qué hago aquí? –Repite, alterna la vista entre Jóhann y yo– ¿Qué haces tú con él? –Dice señalándolo.

—Eso es asunto mío. ¿Sí? –Me cruzo de brazos. – ¿Acaso me meto yo en tus asuntos?

—No voy a dejar que te involucres con él –Masculla.

—Tarde –Replica el Islandés– Estamos juntos. Así que tú ves si lo aceptas y asimilas de una vez.

   Respiro hondo. Si será bruto, pongo mala cara tratando de serenarme para no estamparlos a los dos contra el pavimento.

— ¡ESTAS CON ÉL! –Grita Eliam desconcertado.

— ¡Por Dios, puedes bajar la voz! –Replicó– Te he dicho que ese no es asunto tuyo. Y tú... –Miro al islandés– ¿Tenías que ser tan cabezota?

◇Dangerous Rhombus◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora