◇Dangerous Rhombus◇

CAPÍTULO XXIV

♦️"El escritor, en última instancia se cansa de historia egoísta del sujeto, y la sustituye por una historia propia."
___Janet Malcolm.♦️

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Riverside/California.

Anónimo 1

   Observo a mi compañero retorcer la navaja en el muslo de la nueva víctima. Con los demás vemos con satisfacción la escena. Es mi mejor aliado, mi mano derecha; cada que le veo reitero que el hacerlo formar parte de todo fue una de mis mejores decisiones.

—Está bien...– Digo su nombre, le coloco una mano en el hombro– Él ya no te subestima. ¿Cierto corderito?

   Nos quedamos en silencio. Pienso en todas las posibilidades de ser descubiertos que puedan tener lugar, en los pro y contras de este y todos los homicidios por venir.

— ¿Cuándo empezaremos con la tortura? –Inquiere C. Con la mirada pérdida en el objeto que se sobre calienta en las llamas del cenicero.

—Cuanto más pronto sea, mejor. –Responde B. –Ese patético hombre no necesita clemencia, ni un juicio. Sólo derramar sangre, sufrir como han sufrido los niños a los que a tocado a la fuerza. –Me mira– Déjame hacer que experimente tanto dolor que supliqué por su muerte.

   Guardo silencio, viéndole. No queda nada de la persona que era hace años atrás, ya no teme expresarse tal y como es. Deja que su oscuridad la guíe, sonrío de satisfacción.

—Es todo tuyo. –Concedo– No olvides colocarle la marca. Es esencial.

   Asiente sonriendo con malicia. Le veo acecharlo cuan león a su presa. Los demás le damos espacio, nos sentamos en una de las esquinas donde dejamos un par de sofás.

—Será un gran espectáculo –Comenta D a mi lado.

—También quería divertirme con el corderito –Hace un puchero C.

—Pues ven –Habla B sin mirarnos– Será más divertido en dueto.

   Da saltitos de felicidad como un niño malcriado al que han cumplido su capricho hasta acercarse. Miro a D que se mantiene con la mirada perdida en su lugar.

— ¡Que comience la función! –Exclamo encendiendo un cigarro.

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Riverside/California.

Violetta.

   Reparo los documentos sobre mí escritorio. El homicidio del proxeneta sigue inconcluso, lo único que obtuvimos como pista fue una marca rara, en su espalda baja.

   Una figura geometría. Un Rhombus. Veo la foto que nuestro forense le tomó, se le fue implantado en la piel.

No es un tatuaje, es más una quemadura.

—Viste que ese inhumano marcó al hombre con un hierro –Exclama Noah. Indignado.

—Eso veo. ¿Alguna otra pista que pasáramos por alto? –Indagó recostándome a la silla.