◇Dangerous Rhombus◇

CAPITULO XIII

♦️Si eres un fracasado, es muy probable que seas un excelente escritor.
___Charles Bukowski♦️

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   La Impresión se formó en mi rostro al escucharlo pronunciar esas palabras, sabía que me atraía pero no creía que sería conveniente para ninguno convertirnos en amantes.

   Pero por algún –quizás loco– motivo, la idea me daba un poco de entusiasmo y nerviosismo. Digo ¿Que podía salir mal? No creo que dañáramos a alguien si algo pasase entre nosotros.

—Jóhann –Pronuncié por primera vez su nombre– ¿A qué quieres jugar con eso? –Le pregunté.

No hubo respuesta, tan solo una expresión de duda.

— ¿Es un truco para atraparme aún más a tu mundo? –Probé por preguntar.

Tampoco respondió.

— ¿Quieres jugar a la pareja perfecta conmigo? –Inquirí con sarcasmo.

Solo obtuve un profundo silencio de su parte.

Como debía de esperarse, empecé a perder la paciencia.

— ¡Esto es ridículo! –Solté molesta–. ¿Crees que caeré en tu juego solo porque nos hemos besado?, ¿De verdad me crees tan estúpida? –Le suelto de mala gana.

— ¿Porque debería de estar jugando? –Replicó

Lo miré malhumora y me cruce de brazos.

— ¿Te crees que quiero tener algún tipo de juego retorcido y por eso te he besado? –Soltó endureciendo su expresión.

   Fruncí los labios y me pase exasperada las manos por el cabello. Jóhann, no. El islandés –Es mi mantra– Se cruzó de brazos y me miró con severidad.

— Nos conocemos mejor de lo que nos gustaría admitir –Argumentó con hastío. – Además, no aceptar que nos sentimos atraídos empeorará las cosas –Aseguró–. Ambos lo sabemos muy bien.

— No estamos para esto –Resoplé, poniendo los ojos en blanco.

   Me dedico una mirada fulminante. Luego suavizó la expresión.

— Dime que no sientes nada por mí y dejaremos esto en el pasado – Propuso arrebatándome la idea lógica.

Suspiré, insegura.

— Esto es algo demasiado irracional –Nos señaló– Escúchame Lúòvíķ Jóhann Gíslason, sobran las razones para dejarlo tal y como estaba.

   En mi mente se estaba llevando un pequeño caos. Teníamos una extraña atracción el uno por el otro que no podía pasar por desapercibida y yo no entendía con exactitud cómo gestionarla, pero aun así sentía la necesidad de continuar hasta ver que pasaría. Aun sabiendo que era peligroso.

— Bien –Mascullo de mala gana– ¿En verdad harás esto? –Expresó, aturdido.

   Lo mire confusa —No sé qué es esto —Replique, ceñuda.

— ¡Esto! –Exclamo, volteándome por los hombros para que lo encarara —. Hacer como si no existiera está conexión entre los dos.

— No sé de qué me hablas –Murmure por lo bajo.

— Y por esta razón es que siempre te traté como a una niña –Admitió en tono bajo y pensativo —. Primero me cuestionas y bombardeas de preguntas para luego no tener los cojones que se requieren para hacerle frente a las respuestas.