Capítulo O3

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—Bienvenido a Las Tumbas, Jimin —le dijo Taehyung mientras le daba una sonrisa.

El omega se quedó impresionado, había demasiada gente en aquel lugar, omegas, betas y alfas, las mujeres con escoté y vestidos demasiado pegados y cortos, algunos hombres consumiendo drogas y otros completamente borrachos, ¿realmente a su hermano le gusta ir a ese lugar?

—¿Qué es esto? —le preguntó tratando de no sonar tan asustado.

—Este lugar es especial para carreras clandestinas, ya sea en autos o en motos, aquí no hay reglas mi amigo —le contestó aquel Alfa con una sonrisa—. Y bien, ¿vas a buscar a tu hermano?

—Sí... debe de estar por algún lado...

Aunque no sabía ni por donde comenzar a buscarlo, la gente era demasiada, las calles eran cerradas y la música estaba en un volumen elevado y lo peor de todo, las miradas aún seguían sobre él, ¿qué nunca habían visto a un omega?. Aunque tal vez, eso no era lo que llamaba la atención, tal vez el hecho de que había llegado en un auto clásico de carreras, con una bonita pintura detallada y bueno, aunque fuera un omega y su aroma lo delatara por poco, todos estaban boquiabiertos con solo verlo, porque jamás imaginaron que algún omega así gritara Alfa por todos lados.

Era eso o que muchos Alfas ya le habían puesto el ojo encima.

—Oye amigo —una voz en particular lo llamó, Jimin volteó inmediatamente al ver a un hombre reposando en su auto—. ¿Realmente eres el dueño de esta belleza?

—Si, ¿por qué?

—Verdad que es una hermosura, debes sentirte afortunado, muchos de estos autos ya se vendieron o incluso ya no se utilizan más que para ir al supermercado —dijo Taehyung mientras pasaba un brazo por los hombros de Jimin.

—Mmh... —respondió el desconocido—, tú corres.

Jimin negó rápido, él sabía manejar lo suficientemente bien, pero no sabía como manejar un auto en ese tipo de carreras.

—No te pregunté, dije, tú corres —respondió aquel chico.

Jimin no sabía que estaba pasando, lo único que él quería era ir por su hermano menor para poder llevarlo a casa y regañarlo.

Sí, hay que correr.

No, Balto, no.

Si, Balto si.

—¿Jimin? —Jimin volteó cuando escuchó la voz de Soobin a sus espaldas, frunció las cejas cuando lo vio siendo sostenido de la cintura por un hombre un tanto mayor que él. Soobin se soltó del agarre de Yeonjun para caminar hasta su hermano—. ¿Qué haces aquí?

—¿Cómo que qué hago aquí? vine por ti, mocoso —le respondió cruzándose de brazos.

—Ah yo... —Soobin no sabía ni que decirle, la verdad es que ni siquiera tenía intenciones de decirle algo.

—Nos vamos... —demandó enojado, dio media vuelta para poder irse, sin embargo, una vez más su lobo se puso tensó al sentir aquel aroma una vez más.

—¿Tan rápido? —la gruesa de aquel Alfa logró llamar la atención de todos los que los rodeaban, Jimin tragó duro al sentir el aroma de sándalo y pomelo inundar una vez más sus fosas nasales. Ya eran dos veces en ese día.

—Ah, Jungkook... dile que tiene que correr —le dijo el otro chico que aún estaba recargado en su auto.

Jimin dio una vez más otra vuelta para enfocarse en aquel Alfa, sintió a Balto retorcerse poco a poco.

No lo hagas.

Lo voy a hacer.

Pasaron solo unos segundos para cuando sintió a Balto rodar y exclamar por atención de aquel Alfa, meneando su cola y sacando su lengua queriendo que alguien acariciara su pancita, alguien como el lobo de aquel Alfa.

Jimin, el lobo de ese tipo es enorme, dile que me acaricie la panza.

No y cállate.

Soobin sacó provecho de la situación incómoda y retrocedió un poco hasta que sintió a su Alfa detrás de él, el cual lo volvió a tomar de la cintura fuertemente. Sonrió victorioso, porque sabía que aunque su hermano mayor quisiera llevarlo de vuelta, Yeonjun no lo permitiría.

—La fiesta a penas comienza, niño —le dijo Jungkook, quien lo miraba sin expresión alguna, pareciera como si la fiesta hubiera acabado, la música fue cesando poco a poco para que las personas escucharan la discusión de aquella pareja de Alfa y omega.

Jimin frunció las cejas al escuchar la manera en la que aquel Alfa lo había llamado, ¿niño?

Es lindo, quiero que me acaricie...

Cállate, Balto.

Era el mismo alfa con el que se había encontrado en aquel lugar, estaba bien que antes lo hubiera observado de más, y ahora que lo veía mejor, sí, ese alfa era demasiado... pecaminoso, su rostro parecía tallado por los mismos dioses, su piel era clara pero no tanto como la de él, tenía cierto toque que lo hacía resaltar más, y su cabello era algo largo color negro y líneas azules.

Sí, demasiado tentador.

—¿A quien llamas niño? —le preguntó a la defensiva.

Taehyung lo miró rápidamente con una sonrisa en los labios y algo asombrado por la actitud de Jimin hacía su hermano mayor.

—¿A quien crees que llamó así? niño —el Alfa alzó una ceja luciendo mucho más varonil.

Jimin tragó duro al sentirse extrañamente excitado al verlo hacer esa expresión, ¿cómo era eso posible? no obstante, para él no era fácil ser alguien sumiso, no al menos delante de un Alfa, por mucho que supiera que algún día se uniría con uno, si es que llegaba a encontrar a alguien, en el ejército se había puesto a tal altura de los alfas que era prácticamente que pensaran que era uno.

—Vamos a correr, ¿o le tienes miedo a salir muerto? —Jungkook se acercó lentamente hasta él, como si aquel omega fuera su misma cena y el estuviera a punto de degustarlo.

Jimin quiso retroceder, pero Balto estaba demasiado enfocado en seguir cerca de aquel Alfa. Por momentos como ese odiaba a su lobo.

Taehyung solo se dedico a ver toda la situación, no le sorprendía para nada ver como su hermano estaba intimidado a aquel omega, pero tampoco se imaginó que Jimin tuviera tanto valor como para verlo a los ojos sin dejar de fruncir el ceño.

—¿O eres una nena? —preguntó el otro hombre.

Fue suficiente para los dos, como para Jimin y su lobo, si había algo que ambos odiaban eran que pensarán que eran unos cobardes o que los llamaran con un término femenino. Era algo que aún le seguía pareciendo una clase de ofensa y golpe a su orgullo.

Tanto Jimin como Jungkook voltearon a ver a aquel chico, el alfa frunció las cejas al escuchar la manera en la que habían llamado al omega frente a él.

Soobin ya no sabía ni con qué cara mirar todo eso, estaban empeñados en arruinar a su hermano, y por mucho que lo odiara tampoco le deseaba la muerte, porque si corría, era evidente que no saldría nada bien de ahí.

¿Corremos?

Corremos.

—¿Y que están esperando? —les dijo mientras se alzaba de hombros y daba media vuelta para poder entrar en su auto.

El bullicio de la gente se hizo presente una vez más en aquel lugar, eso significaba que una carrera estaba por empezar y que todos estaba listos para verla, la calle se fue despejando poco a poco. Jungkook sonrió de lado dejando ver una parte de sus dientes, caminó rápidamente hasta llegar a su carro.

Quería divertirse un poco con aquel omega.

rápidos y ¿enamorados? 𖦹 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora