𝟎𝟓

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Se encontraban en la recepción del hotel, con Leorio gritando, avisando sobre el apagón de las 7, mientras este gritaba Chrollo y los demás disimulaban el no haberlo visto, o procuraban no hacerlo.

Cuando sonaba la última canción antes de las 7 al pelinegro, líder del Ryodan se le ocurrió la grandiosa idea (nótese el sarcasmo) de abrazar a la menor, tal vez con el afán de que le prestase atención, o de ponerla nerviosa.

—¿Que diablos te sucede? -Preguntó mientras se quedaba inmóvil.
—¿Debo llegar a extremos tan grandes para que me prestes un poco de tu atención? -Preguntó divertido el pelinegro, mientras la fémina solo asentía a donde se encontraba Kurapika, pues quería que supiera que no le molestaría si es que tenía que encadenarla con el mayor.
—¿Qué? -No había prestado atención a lo que dijo.
—¿Ves? ¿Qué tengo que hacer para llamar tu atención?, mi linda elfa. -Justo después de que terminase de decir aquello la chica sintió las cadenas rodeando su cuerpo y el cómo resultaba más pegada con el mayor.

Diablos, tal vez se arrepentía solo un poco de decirle a Kurapika que encadenase de todas formas al líder del Ryodan, pues ahora mismo se encontraba sentada a horcajadas encima de él y no es que estuviese nerviosa o sintiese algo más que incomodidad.

Mientras aquel par discutía ella solo podía quedarse en sus pensamientos o cerrar los ojos con dolor por los gritos de todos los presentes en el automóvil.

—¿Y si cierran un rato la boca? Me va a estallar la cabeza. -Pidió no tan amablemente con su típica expresión neutra. —Una disculpa, Kurapika, sé que deseas tomar venganza y lo entiendo, pero recuerda que mis tímpanos son sensibles. -Pidió ahora si amablemente, mirando a su (ahora) mejor amigo.
—Diablos, lo siento Synn, lo olvidé. -Pidió disculpas mientras su mirada se suavizaba un poco.
—No te preocupes, y gracias por calmarte, hacía falta. -Su cuello dolía por haber estado hacia atrás todo el rato, así que solo atinó a recargarse en el hombro del pelinegro, quedando su oreja al nivel de su boca, mientras este sonreía.
—Kurapika, no malinterpretes por favor, me duele el cuello y aprovecho el momento para relajarlo. -Explicó al sentir la mirada penetrante del Kuruta.

La fémina estaba relajada, hasta que el mayor le susurró —¿Así que si lo conocías? Hasta podría decir que son cercanos. -Comentó aprovechando la cercanía de su boca con el oído de la menor.
—El que lo conociese no significaba que estuviese colaborando con él, hasta hoy yo no sabía que él había matado a Uvogin. -Se explicó sin moverse ni un centímetro, estando de lo más relajada.

Cuando el pelinegro quiso responderle ella no pudo entender, después de todo, se había quedado dormida en su hombro.
El no haber podido dormir por el ruido en su habitación de hotel le estaba afectando a Synn.

Se encontraban dentro del dirigible, con la chica ahora lúcida, Pakunoda recién había llegado al dirigible, donde Kurapika colocó una daga Nen en el corazón de esta y el de Chrollo

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Se encontraban dentro del dirigible, con la chica ahora lúcida, Pakunoda recién había llegado al dirigible, donde Kurapika colocó una daga Nen en el corazón de esta y el de Chrollo.

La rubia de cabellos cortos parecía estar de acuerdo con todas las condiciones y obedeció al pie de la letra lo dicho y pedido por el Kuruta, al parecer deseaba desesperadamente el que su líder se encontrase bien.

La chica seguía tranquila pegada al pecho del pelinegro, le transmitía cierto calor, lo cual agradecía porque era bastante friolenta.

Al momento del intercambio que sintió las cadenas liberarse de ella comenzó a estirarse, gracias a ello su abdomen se llegó a notar un poco ya que su suéter se levantó (cosa que poco le importó), para después bostezar y decir que tenía sueño.

Killua, Gon y Synn subieron al dirigible, dejando a Hisoka con el pelinegro ahí abajo.

• ✾ •

Días habían pasado, Gon y Killua estaban listos para la subasta, Kurapika se había recuperado y había vuelto a su trabajo como guardaespaldas de Nostrade.

Todo parecía volver a la normalidad, al menos para la chica así era, por lo que regreso a su departamento en aquella ciudad de la biblioteca, realmente no recordaba cuál era su nombre, pero fácilmente podría decir que consideraba que su casa era su apartamento ahí.

Una vez habiendo llegado fue directo a su casa, dispuesta a acomodar todo lo que iba en su maleta, para después tomar un largo baño en aquella tina con la que contaba su apartamento.

Salió de esta y se puso una blusa blanca acompañada de una sudadera negra, hizo sus dos trenzas características para después dejar el resto de su cabello suelto, iría a la biblioteca.

Tras caminar unos minutos con sus audífonos puestos entró, saludo silenciosamente a la chica de ese día, mientras iba a buscar algún libro que le llamase la atención, al final terminó decidiéndose por leer uno sobre un asesino en serie.

Con sus audífonos aún puestos y sin escuchar alrededor por su cancelación de ruido se sentó recargada en uno de los tantos libreros que había.

Estaba sumergida en la lectura, hasta que sintió que alguien se posicionaba frente a ella, claramente creía saber quién era, y cómo lo predijo, frente a ella estaba Lucilfer, viéndole con una sonrisa.
Deslizó sus audífonos a su cuello, mientras colocaba un separador en el libro y lo cerraba, volteando a ver al mayor.

—Synn, es bueno verte otra vez. -Comentó mientras colocaba un mechón de cabello de la chica detrás de su puntiaguda oreja.
—Supuse que no querrías verme después de lo qué pasó en Yorkshin. -Dijo tranquilamente sin romper el contacto de sus miradas.
—¿Por qué no querría ver a mi linda elfa? -Preguntó elevando una ceja.
—Tal vez porque ayude a que te capturasen sin remordimiento alguno. -Contestó parándose tranquilamente.

El pelinegro la siguió con la mirada a donde iba a dejar el libro, terminando por pararse el también.

—¿Por qué sigues insistiendo en que me relacione contigo? -Preguntó sin una pizca de amabilidad.
—Creo que ya te lo había dicho una vez, Synn. -Pausó, acercándose peligrosamente a la chica, agarrándola por la cintura y acercándose a sus labios lentamente, para subir a su oreja y susurrarle. —Si es que algo me gusta, simplemente lo tomo, por más difícil que sea.





















Otro picrew, claro que si

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Otro picrew, claro que si.

En fin ¿que les va pareciendo? Siento que los estoy saturando de capítulos, pero es que estuve alrededor de 4 horas esperando en el carro y mi imaginación en cuanto a esta historia salió.

Gracias por leer
perdonen los errores ortográficos
se les quiere
tengan buen día/tarde/noche

𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞𝐬  〈 𝐂𝐡𝐫𝐨𝐥𝐥𝐨 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐥𝐟𝐞𝐫 〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora