𝟎𝟖

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El par recorría la ciudad tranquilamente, en medio de pláticas triviales y tal vez un poco personales por parte de la fémina, pues el mayor insistía en que le hablase de ella y en que quería conocerla.

—¿Qué es lo que quieres que te diga? -Preguntó Synn rendida ante tanta insistencia.
—Tal vez tu color favorito, lo que más te gusta hacer, tu comida favorita, el género literario que más acostumbras a leer o algo parecido. -Le veía de reojo, esperando alguna reacción.
—Mi color favorito es el verde, me gusta mucho escuchar música, mi comida favorita es la hamburguesa y el género literario que más leo es ciencia ficción. -Contestó con aquella voz neutra, para después agregar algo más. —Si yo estoy hablando sobre mi, es justo que hables de ti también, Chrollo. -Por primera vez la fémina había pedido que hablase de él.
—Bueno, tengo 26 años. -Respondió simple.
—Tengo una duda, ¿dónde está tu tatuaje de la araña? -La de orbes verdes le miro directamente a los ojos.
—En el brazo derecho, ¿por qué? -Estaba mirándola tranquilamente.
—Mera curiosidad. -Contestó volviendo a ver al frente.

Aquella tarde había pasado rápidamente mientras ambos hablaban de sus vidas, aunque la que más habló respecto a ello fue Synn, pues cada vez que preguntaba sobre el mayor este daba respuestas sencillas y nada detalladas.

La fémina no sabía casi nada sobre Chrollo Lucilfer.

• ✾ •

Horas habían pasado y ahora el de cabellos negro azabache estaba llevando a la más baja a su apartamento, pues había dicho que no dejaría que se fuese sola tan tarde, por lo que ahora el par iba caminando tranquilamente por la noche.

En algún momento del camino el más alto agarro la mano de la chica, como si fuese una niña a la que no podía perder de vista, a lo que la fémina simplemente se encogió de hombros, no tenía ganas de preguntar el por qué de tal acción.

Después de unos cuantos minutos llegaron al edificio donde vivía la menor, por lo que cortésmente le invitó a pasar, pues le había llevado hasta su casa y sería grosero no invitarle a pasar a esta.

El mayor solo le siguió por detrás, mientras la de orbes verdes saludaba al guardia de la entrada y subía al elevador, marcando el tercer piso en este.
Una vez llegaron fue en dirección al departamento 4 - C e insertó la llave en la cerradura para abrirla, lo hizo y entró, invitando enseguida a Chrollo.

—Supongo que debo decir que te sientas como en casa. -Comento mientras cerraba la puerta y colgaba las llaves a un lado de la entrada.
—Y yo debería darte las gracias. -Contestó el mayor, mientras se sentaba en el sillón.
—¿Te ofrezco algo de beber? -Preguntó mientras caminaba a la cocina y rodeaba la isla que se encontraba en medio de esta, en dirección al refrigerador.
—Agua, por favor. -Pidió amablemente mientras la fémina agarraba un vaso de vidrio y servía agua en el, para después dársela y sentarse a unos centímetros de él, en el único sillón que había.
—¿Y ahora qué? -Dijo mientras se quitaba los zapatos y subía los pies al sillón, abrazando sus rodillas.
—No lo sé. -Dijo recargándose en el sillón después de haber dejado el vaso en la mesita que había frente al sillón.

Al no recibir respuesta volteó a ver a la fémina, quien al parecer se encontraba dormida tranquilamente. Si se había dormido con tanta facilidad probablemente estaba muy cansada.
Cuando el pelinegro se dio cuenta de esto decidió llevar a la chica a su habitación, (la cual encontró al final del pasillo) y después salió del departamento, cerrando la perilla que le fue posible por dentro.

Cuando el pelinegro se dio cuenta de esto decidió llevar a la chica a su habitación, (la cual encontró al final del pasillo) y después salió del departamento, cerrando la perilla que le fue posible por dentro

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𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞𝐬  〈 𝐂𝐡𝐫𝐨𝐥𝐥𝐨 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐥𝐟𝐞𝐫 〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora