SapoPeta volaba junto a Quackity a toda velocidad a donde le indicó anteriormente. Se encontraba preso así que sería más fácil conseguir su objetivo. Se enteró de todo, incluso detalle que el menor no escribió en el diario. Estaba furioso pero a la vez triste. Quería reescribir su pasado para que nunca sufriera.
Cuando llegaron a aquella prisión, SapoPeta lanzó un hechizo para dormir a todos los que estaban en la zona, de esa manera nadie se metería en su misión. Mientras mas se acercaban, más daño causaba en el joven de ojos oscuros. "Si ese ser que te dañó reaparece o te acercas el consumo de tu corazón continúa".
Con toda su fuerza se puso de pie frente al bastado de su ex, se encontraba dormido, lo ató con magia y pidió a SapoPeta que lo despertara. La sangre escurría por la boca del pelinegro, el mayor trató de ayudarlo pero se negó, era su decisión y quería que lo respete.
Honey, así que regresaste a mí, pensé que me odiabas...
Hola bastardo, sigues teniendo la misma asquerosa sonrisa, será la última visita lo prometo y la última persona que verás en tu puta vida.
¿A qué debo este honor honey? ¿Quieres reconciliarte conmigo antes de que me mates?
No. Quiero ver tu expresión cuando te arranque el corazón. Literalmente.
Quackity se concentró a pesar del dolor que sentía y con magia formó una daga con la que comenzó a abrir el pecho de su ex, no disfrutaba del panorama, tampoco tenía sentimientos de lástima, lo había superado pero la enfermedad avanzaba sin perdonar y eso era inevitable, no permitiría que Rubius muriera de esa manera. Entre su ex y su amigo oso era obvio quien ganaba, si tenía que sacrificarlo lo haría sin pensarlo. La sangre escurría hacia el suelo, para sorpresa del menor, aún seguía vivo, pero no por mucho. Creó una cápsula donde guardaría el corazón, la acercó cortando poco a poco los tejidos que mantenían unido el órgano al cuerpo. Debía ser cuidadoso. Lo último que escuchó decir a su ex fue "Púdrete maldito". No le sorprendía. Cuando consiguió el corazón lo guardó con cuidado en el collar de slime, lo había convertido en una especie de bolso con fondo infinito, como la maleta de Lana, claro a escondidas de ella.
Vio a su alrededor, aquella celda con sangre salpicada por todos lados, soltó las ataduras de magia y le cerró los ojos. "Yo no soy el maldito aquí, vete al infierno". Por más rencor que le tuviera, un cadáver merecía irse al mas allá con los ojos cerrados. Sería juzgado en el otro plano y estaba seguro que iría al infierno.
Se puso de pie tambaleándose por el excesivo uso de magia y fue hacia SapoPeta, éste corrió para sostenerlo, temía que el uso de su magia lo dañara, al menos su corazón no seguiría corrompiéndose ya que su ex murió.
V-vamos... ya lo... tengo...
El pelinegro se desvaneció luego de escupir más sangre. SapoPeta lo cargó muy preocupado, lo subió a su escoba y salió del lugar, despertó a todos y fue a su casa para curar al menor. Cuando llegaron lo recostó en su cama, revisó su corazón y tenía a penas 1/4 de este, lo demás lo mantenía con magia. Su respiración era muy baja y su piel estba pálida. Si no hacía algo quizá no pasaría de esa noche. No sabía como estaba vivo, tomó una de las flores de su casa y la llenó de energía mágica para depositarla en su pecho, ésta se desvaneció. Al instante el respirar de Quackity se normalizó, de nuevo su magia se había equilibrado. Tenía que llamar a Lana para que le ayudara con la operación, Vegetta era mago pero no podía contarle aquello. Tomó el collar de Quackity y lo dejó descansar con una nota al lado del velador.
Luzu se encontraba cuidando de Rubius cuando llegó SapoPeta con Lana. Estaba preocupada por el pelinegro pues el castaño de rastas le dijo que fueron por un corazón para su amigo, pero tenía que atender al oso lo antes posible. Ella no sabía lo que hizo Quackity, solo que se puso mal al acercarse al donador obligado. SapoPeta cargó con toda la culpa.
Luzu, te pediré un gran favor -dijo SapoPeta.
Dime SapoPeta, lo que quieras.
Cuida de Quackity -mencionó el mayor dándole las llaves de su casa.
¡¿Qu-qué le sucedió?!
Nada grave Luzu, solo se desmayó por usar mucho su magia -mencionó en voz baja, no quería preocupar más a Lana. Luzu entendió el mensaje y fue donde le indicaron. Lana vio al druida y agradeció su apoyo. Era momento de comenzar la operación, esperaban tener el tiempo suficiente.
Por su parte Vegetta se encontraba regresando al pueblo, Willy no pudo evitar contarle lo sucedido a su mejor amigo. Sabía que Vegetta estaba enamorado del oso pero se negaba a aceptarlo por miedo a que no funcionara, era hora de que tenga valor y acepte sus sentimientos. Creó un portal apareciendo en la base secreta de Rubius, para ser precisos en la azotea, sintió magia en el piso de abajo por lo que fue deprisa, se asustó al ver sangre por su paso.
Alexby estaba afuera esperando que la operación del oso terminara, era un procedimiento muy delicado. Casi le da un infarto cuando escuchó la voz de Vegetta a su lado, lo detuvo como pudo diciendo que no podía pasar, su corazón terminaría de consumirse si seguía en ese lugar, el terco ojivioleta no obedeció a su amigo y entró de todas maneras. Se petrificó al ver esa escena, el pecho de Rubius se encontraba abierto, estaban liberando las últimas conexiones del corazón del híbrido. SapoPeta con voz firme le dijo que se detuviera, una vez que sacaran el corazón podría aproximarse o lo mataría.
Cuando extrajeron el corazón del oso, Vegetta lo encapsuló y sostuvo en sus manos, Lana y SapoPeta seguían operando para colocar el nuevo corazón. No podía creerlo. ¿Por qué Doblas no le contó nada de su salud? Pidió permiso para ayudar con su magia, ambos magos accedieron así que Vegetta mantenía sus signos vitales mientras los otros 2 operaban, todo avanzó rápido y correctamente gracias a ello.
Tras 4 horas de operación pudieron sentarse a un lado de la cama del híbrido. Fue un trabajo agotador. Vegetta seguía sosteniendo la cápsula mágica con el corazón del oso. Lo miraba con profunda tristeza, ya sabía lo que era. Leyó sobre Hanahaki en libros.
Fui yo... ¿Verdad? El que le causó el Hanahaki.
Ambos magos lo miraron con pena asintiendo levemente. Salieron para darle espacio junto a su amigo, ya estaba operado por lo que no había riesgo de nada. Vegetta guardó en su bolso el corazón y se apoyó en el borde de la cama tomando su mano con dolor, no quería separarse de él.
Lo siento, lo siento, lo siento...
Aquellas palabras calaban en lo profundo de su ser, casi se convierte en el verdugo de quien debería ser su novio, se sentía indigno de tener su amor. Ya no debería estar cerca de él para protegerlo pero tampoco quería alejarse. Rubius no despertaría en unas semanas mientras se recuperaba por completo, estaría 100% de acuerdo en cuidar de él aún si este no quería verlo nunca más. Tenía la idea de que lo odiaba, no. Estaba seguro de que lo odiaba por causarle tanto daño. Entre sollozos pasó el resto del día a su lado.
Alexby escuchó tras la puerta como Vegetta se derrumbaba al ver a su amigo de esa manera, sabía que Willy le contó de lo sucedido, no podía ser nadie más. Por ahora estaba a salvo, luego arreglaría ese tema.
Kuchau me llaman la McQueen jajajaja 2 capítulos en un día, quizá 3 c:
Bueno bueno, no lo maté porque se me deprimen, pero si se murió otro jajaja :u
Rubius tiene otro corazón así que puede volver a sentir amor de manera normal, la presencia de Vegetta ya no le afectará. Sí, uno puede volver a enfermar de Hanahaki pero es menos probable debido al cambio, después de todo no es tu corazón original.
Vegetta ya aceptó su amor por Rubius pero veremos si el oso lo acepta. Pendejo xD
Luzu estuvo todo este tiempo cuidando de Quackity, el prox cap les relato que sucedió.
Muchas gracias por leer, no se olviden de votar, comentar y tomar awita. Loviuuuuu lectoreees~
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Una Parte de mi Corazón 1ra Temporada (Hanahaki) Luckity~
FanfictionQuackity es un joven aprendiz de magia de 25 años que decide escapar de su pueblo junto con su maestra Lana, pues llevaría terapia en Karmaland con un Psicólogo muy reconocido. Lo ocurrido en su vida comenzaba a matarlo lentamente de manera literal...