Ambos se encontraban en el comedor con sus platos de lassagna caliente sobre la mesa. Era momento de conversar.
Bueno Lusu... aamm ¿Cómo te explico?
Lo que recuerdes Quacks, no hay problema si no tiene hilación.
Cuando fui con SapoPeta a buscar el corazón para Rubius llegamos hasta una prisión, el donador se encontraba ahí. En la pesadilla regresé a ese lugar pero... no tenía salida. Todo estaba cubierto por barrotes. Cuando iba a abrir un portal se iluminó una celda, me acerqué pensando que podría ser una solución. Era el donador, se veía... muerto, tal y como lo dejé luego de salir de ahí. Me dijo cosas raras, como que era real y que podía tocarlo para comprobarlo. Me negué pensando que no era real y tampoco podía dañarme pero me equivoqué... -suspiro- Se acercó veloz hacia mí y apretó mi corazón, me dijo que podría encontrar a alguien que le ayude a vengarse por lo que le hice pero al sentir mi corazón vio que tenía 1/4 de este y que no tenía mucho tiempo...Quise escapar pero su agarre me lastimaba, cuando me solté abrí un portal hasta el bosque de Karmaland... caminé como pude y te vi en la entrada de la casa. Escuché tu voz y creo que ahí desperté...
Tranquilo Quacks... sé que fue aterrador pero estás bien.
Por ahora, le creo a ese idiota, hay gente que me odia por no compartir sus ideas... no me sorprendería que me hicieran daño de nuevo. Además no entiendo por qué dijo que me quedaba poco tiempo... todo este tiempo me las arreglé con magia... ¿No es suficiente?
El pelinegro comenzó a temblar levemente en su lugar, tenía miedo. Odiaba sentirse vulnerable pero no había otra explicación.
¿Hace unos años te hicieron brujería cierto?
Ah eso... sí. Fue Karl... te lo relaté en el diario...
En ese momento aún tenías magia para ubicar el lugar de la maldición, podría ayudarte a ver si te pusieron otra maldición y eliminarla.
No lo sé Lusu... si usas magia negra perderás más memorias.
No tengo problema con ello Quacks, aunque si te preocupa podría aprender magia normal, pero eso nos tomaría más tiempo.
Puedo pedirle a Lana que lo haga o a SapoPeta.
Bien, podemos ir mañana a ver a SapoPeta, de pasada visitaremos a Rubius. ¿Qué dices?
Me gusta la idea -dijo comiendo-
Luzu lamentaba no haber aprendido magia normal hace mucho, siempre se preguntaba el por qué aprendió magia negra en primer lugar, ésta se usa para venganzas por lo que al pagar un precio alto es muy fuerte. Suponía el tal Karl también había pagado un precio, esperaba sea lo suficientemente bueno por el daño que le hizo a Quackity. Otra cosa que le preocupaba era el hecho de que sólo le quedara 1/4 de corazón al azabache. ¿Su magia sería tan resistente para soportar el trabajo de 1 corazón? Sus teorías lo llevaban a pensar que a penas podría caminar de ser así, que quizá su parte híbrida sufra por el alto gasto de energía. Tenía que hallar la manera de ayudarlo, desde esa noche se dedicaría a aprender magia, necesitaba estar preparado para lo que sea.
¿Lusu? ¿No vas a comer? ¿Qué tanto piensas?
Nada Quacks, solo me perdí en mis pensamientos, hay que cenar.
A la mañana siguiente Luzu se encontraba en el comedor leyendo, al parecer no pudo dormir nada, quería estudiar magia para encontrar la solución correcta. Se quedó pendiente de la habitación de Quackity por si pasaba algo similiar, sin embargo, toda la noche no hubo ni un solo ruido. El menor abrió la puerta salió bostezando hacia la cocina. No le sorprendió ver a Luzu despierto, él siempre madrugaba, sólo se limitó a decirle buenos días.
Luego de un rápido desayuno ambos fueron a casa de SapoPeta, le avisaron la noche anterior y estuvo dispuesto a ayudar.
Bien Quackity, recuéstate en este sofá, voy a examinar tu cuerpo.
No me vayas a encuerar viejo mañoso que te eh visto.
¡Te voy a encuerar si no haces lo que te digo!
No pos... ya, cierro el hocico.
Luzu soltó una risita y SapoPeta comenzó a evaluar con sus ojos dorados alguna señal de brujería o maldición, buscó y buscó pero nada. ¿Quizá solo fue una pesadilla? Pero no tenía sentido el que tuviera los síntomas de una pericarditis.
No encuentro nada malo Quackity, puedo decir que el susto de tu pesadilla quizá causó el aumento de tu ritmo cardíaco. Tendremos que evaluarte en un tiempo para ver si hubo algún daño.
Bien SapoPeta, gracias.
¿Ya podemos ir a ver a Rubius?
Sí Quacks, vamos a ver al oso.
El camino estuvo silencioso, ambos chicos se quedaron pensando en lo sucedido, claro, las palabras de SapoPeta los calmaron, pero sentían que algo no estaba bien.
Quizá sean sólo ideas.
¡Luzu, Quackity! ¡Qué bueno tenerlos de visita!
Hola Veg, queríamos ver como iba el oso.
Pues está estable, su piel ya tiene su tono rosado, solo falta que despierte.
¿Seguro ya lo bañaste tú solo no Viejetta? Dijo Quackity con una sonrisa burlona.
Vegetta se sonrojó pero no negó lo anteriormente dicho, era obvio que tenía que bañarlo, solo que no pensó morbosamente sobre ello.
Tienes que despertar pronto Rubia, se supone que tenemos planes pendientes, te extraño~
Luzu y Vegetta observaron la escena, todos extrañaban al oso risueño y bromista, esperaban que se recupere rápido.
No me pongan esas caras viejos feos, Rubius está vivo, solo duerme. Me deprimen.
Lo siento Quacks, es solo que se nos hace raro verlo así.
La risita de Vegetta hizo que ambos voltearan a verlo, recalcó lo hiperactivo que era el oso, lo bromista y lo curioso de él. Se sentaron y le contaron a Quackity muchas anécdotas pasadas con Rubius. Sobre cómo a pesar de su relajo lograba salirse con la suya. Ese momento de risas y plática se volvería uno de los recuerdos más felices del pato, solo hasta ahora.
Holi, ando inspirada y de aquí nos damos un salto en el tiempo por el bien de la trama jajaja~
Falta poco para el final de esta fase.
Dato curioso, Rubius escucha ciertas cosas estando dormido, reconoce las voces, ojito ojito.
Muchas gracias por leer, no se olviden de votar y tomar awita. Loviuuuu lectoreeeees~
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Una Parte de mi Corazón 1ra Temporada (Hanahaki) Luckity~
FanfictionQuackity es un joven aprendiz de magia de 25 años que decide escapar de su pueblo junto con su maestra Lana, pues llevaría terapia en Karmaland con un Psicólogo muy reconocido. Lo ocurrido en su vida comenzaba a matarlo lentamente de manera literal...