—¿De verdad no me guardas ningún rencor, Rubius? —preguntó Lolito.
—No, Lolito —respondió Rubén—, fue la ilusión que sentí al ser considerado para ser el emperatriz consorte, no porque me gustara Vegetta. ¿Cómo iba a querer a Vegetta si nunca lo había tratado? En cambio tú le conociste en circunstancias maravillosas, de algo tenía que servirte tu carácter rebelde.
—Tienes razón, Rubius, si no me hubiera escapado por la ventana para ir a pescar, nada de esto habría ocurrido. Sin embargo, tengo miedo, tengo un poco de miedo.
—No debes preocuparte, Lolo, sin que tú mismo te hayas dado cuenta, has cambiado tanto, que ni yo mismo me atrevería a regañarte más, además, Vegetta siempre te va a defender.
—Gracias por tus palabras, Rubius. Tienes razón, además, Vegetta me considera por encima de todo.
La charla de ambos hermanos hubiera durado mucho más, de no ser porque la gran duquesa Eleanor llamó a Lolito. Mientras tanto, Rubén se dirigió a su habitación. se le hizo curioso ver a Luzu caminando por esos pasillos y su hermano mayor lo tomó bruscamente del brazo.
—Primero que nada, buenas tardes —dijo el albino, saludando a su hermano mayor.
—Ten cuidado con Auron. No es precisamente un angelito.
La sonrisa de Rubius se borró tan pronto oyó el nombre de su novio salir de los labios de su hermano y se soltó de su agarre, mirándolo con bastante seriedad. Si había algo que se les enseñaba a los Doblas, era que, una vez comprometidos, su doncel o mujer era la prioridad al ser su nueva familia.
—Conozco muy bien a Auron, gracias.
Dejó a su hermano y regresó a por su prometido, quien estaba acostado, durmiendo con la boca ligeramente abierta y Rubius no pudo evitar notar las marcas de llanto en sus mejillas, ¿Luzu había estado ahí? ¿Le había hecho o dicho algo a su flamita? Se recostó a su lado, deseando haber estado ahí para él.
Mientras tanto, Lolito se había entretenido un poco con sus hermanos menores, quienes le mostraron juguetes que su padre les había comprado, esto le valió una ligera reprimenda por parte de su tía.
—Debes comprender que tu vida ha cambiado, Lolito, y debes dejar atrás muchas de tus aficiones porque en la realeza nos tenemos que ceñir al protocolo. No olvides que no puedes hacer lo que quieras porque, por una parte, perteneces al pueblo, y, por otra parte, perteneces al emperador, y eso te ata mucho.
—Lo tendré en cuenta, tía.
—Así debe ser, y estoy segura de que lo harás. Sé que en el fondo eres muy bueno, pero a pesar de ello, será conveniente que hablemos más antes de tu matrimonio.
Luego le dio más consejos a Lolito, que lo confundieron más y fingió que entendía, haciéndose el propósito de complacer a todos. Entonces llegó el clásico "su deber era darle hijos al emperador". Sabía que era un doncel, capaz de quedar embarazado y dar a luz, pero pensó que tendría algo de tiempo después de la boda para ser sólo él y Vegetta, sin saber que todos esperaban que engendrasen un heredero en la noche de bodas.
Por órdenes de la madre de Samuel, los cuatro días que faltaban para la boda, fue convenido que Lolito se quedara en el palacio para aprender y conocer con máximo detalle a sus camareras especiales, a sus criados y a cuántas personas tendrían que rodearlo en el futuro. Por otra parte, se sentía triste, porque la madre de su prometido le hacía objeto de constante vigilancia, consejos y preguntas que tenía que responder la menor equivocación.
La gran duquesa pronto se dio cuenta de que el futuro emperatriz de Karmaland era alguien muy diferente a quien había tratado la última vez. Lolito mostraba más aplomo que antes no tenía, caminaba con más elegancia, se comportaba en la mayoría de los casos como una auténtica emperatriz y sabía mantener complicadas conversaciones sobre cualquier clase de tema.
Pero el comportamiento infantil de Lolito no se había esfumado, como tampoco aquel amor por los animales, por eso, cuando Vegetta le dijo que en el palacio había una colección zoológica bastante notable, se emocionó bastante y prometió visitarla pronto. Sin embargo, con la constante vigilancia de su tía Eleanor, con el objetivo de descubrir sus más mínimos defectos, tenía que dar cuenta de todos sus actos.
Además, Vegetta se encontraba todo el día en su oficina, con asuntos oficiales de estado. la duquesa Eleanor nombró como su acompañante oficial al duque Frank —o como había escuchado que le decían, Staxx— y Lolito lo aceptó, no sin cierto reparo, porque Frank era un hombre que bien podría ser su padre y le producía mal efecto que se inclinase ante él, siendo Lolito bastante joven.
Pasaron los tres primeros días en el palacio en pruebas morales y material. Morales porque tía Eleanor lo hacía objeto de interminables consejos y observaciones; y materiales, pues tuvo que ser sometido a que gran variedad de personas le probaran zapatillas, vestidos y mil prendas más, peinaban sus largos cabellos de distintas formas y le colocaban diferentes joyas y accesorios a los que no podían faltar los más pequeños detalles.
Modistas, costureras, encajeras, zapateros, joyeros y peluqueras iban y venían de un lado a otro sin cesar, preparando todo febrilmente para la próxima boda. Todo estaba previsto y nada podía faltar a tan señalado acontecimiento.
El palacio imperial también había sido tratado de la misma forma que el doncel en todos sus departamentos. Muebles, cortinajes, alfombras, lámparas, objetos de arte, lunas... en fin, todo había sido tomado en cuenta, para que aquel solemne acto ofreciese el mejor de los efectos.
También en la cuidad se notaba la emoción e inminencia del enlace del emperador. Las calles en donde pasaría la comitiva, que saliendo del palacio se dirigía a la catedral, habían engalanadas con toda clase de adornos. la gente iba y venía con alegría en sus rostros y los soldados limpiaban sus uniformes y armamento.
En pocas palabras: Karmaland vibraba de alegría y emoción ante el feliz acontecimiento que se avecinaba.
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𝒒𝒖𝒆𝒆𝒏 𝒐𝒇 𝒎𝒊𝒏𝒆
Fanfic𝒒𝒖𝒆𝒆𝒏 𝒐𝒇 𝒎𝒊𝒏𝒆 ✪ vegelito lolito nunca tuvo aspiraciones a la realeza, ese era trabajo de su hermano mayor, rubén. hasta que con su familia tienen que viajar al reino de karmaland para que rubén se case con el emperador s...