33.

1.2K 101 26
                                    



INICIO SEGUNDA PARTE.

8 años atrás.

Sofia Pov's.

-Buenos días... – Dije apenas pisé el lugar.

- Señorita Campos, ¿Qué la trae por aquí? – Curioseo uno de los hombres de la entrada.

- Venimos a ver al Chapo – Respondieron a mis espaldas.

- Señor Campos, claro, enseguida le aviso – Y uno de los chicos entro rápidamente a la hacienda.

Unos minutos después, nos indicaron que podíamos entrar. Así que nos encaminamos a la casa del mismísimo demonio.

-Te crie tan bien, que no tienes ni un solo pelo de miedo...- Hablo mi padre ahora a mi lado.

- ¿Debería tenerlo? – Le eche una mirada rápida. Este solo negó divertido, pero de igual manera respondió.

- Deberías...pero solo ten cuidado, ¿sí? – Solo asentí en su respuesta.

- Heeeey si no es Ramon! ¡Amigo! – Y apareció Guzmán. – Adelante!

Entramos a su humilde morada, que se note el sarcasmo. Y nos guio hacia la pequeña sala de estar, para tomar asiento.

-Veo que no viniste solo, ¿Cómo estas pequeña Sofia? – Se dirigió a mí, entonces mi mirada en ese señor.

- Bien, gracias por preguntar – Fue lo único que dije.

- Tomás no estará muy contento con tu presencia – Se burlo, haciendo reír hasta a mi padre. Aunque sabia bien que no le agradaba del todo ese tema.

- No sabia que estaba aquí, o no venía...- Solté mirando mal a mi progenitor.

- No debe tardar en aparecer, él tampoco sabe de tu presencia aquí – Me aclaro el Chapo. Solo me acomode en mi asiento, y me cruce de brazos.

Y como si el universo lo hiciera a propósito, apareció el mini demonio. Con su característica sonrisita, molestando a los chicos que los protegían y no dejar de lado, esa mirada que derretía a cualquier chica.

-Holaaa! Pero veo, que tenemos visitas – Amplio su sonrisa al vernos. Hasta que su mirada recayó en mí. Y cambio un poquitín su semblante.

- Así es, compórtate – Le advirtió enseguida su padre.

- Sabes que siempre lo hago – Y el tono de burla se tono a leguas. Yo solo rodee los ojos por su actitud.

Luego los viejos comenzaron a hablar entre ellos, a mi no me interesaba mucho sus tipos de negocios. Guzmán padre noto eso.

-Sofia, si quieres puedes ir a ver los estables, hay potrillos recién nacidos...- Me dijo amablemente, llamándome la atención.

- Vale, vuelvo en un rato...- Le respondí. Y me levante bajo la atenta mirada de todos. Sobre todo, la de él.

Uno de los chicos, quien se veía particularmente joven, me acompaño hasta los establos. Una vez allí, pude contemplar la belleza de los caballos que le pertenecían a Guzmán. Con toda confianza me acerque a uno café, para acariciarlo.

-Cuidado, son medios salvajes a veces...- Me advirtió el chico. Sin prestarle atención, lo comencé a acariciar, haciendo que el animal demostrara que tenia confianza en mí. – Retiro lo dicho...

Al oírlo decir eso, se me escapo una pequeña risita. Y seguí en lo mío, bajo la mirada del guardaespaldas.

-¿Eres hija de Campos? – Pregunto de la nada, deje el caballo de lado, y me gire a verlo.

ILEGAL / F1. MOTOGPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora