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Sofia Pov's.

-Que no es mío! ¡No! ¡No! – Yo solo miraba como el francés perdía los estribos. No sabia siquiera que sentir ya.

- Amigo...- Lo intento calmar Charles, pero ni al le hacia caso. Se dio una vueltas y volvió a mí. Pude ver sus ojos llorosos, con rabia y no sabia con que más.

- Siempre quisiste arruinarme...- Trago grueso, mirándome directamente. – Por fin lo lograste, Sofia...me arruin...- Y fue mi mano quien interrumpió toda su mierda. Nunca había golpeado a alguien, con tanto sentimiento.

Esa cachetada había llamado la atención del resto, pero poco me importaba lo demás. No permitiría revivir esas emociones en mí.

-Chicos...- Fue el monegasco quien nos empujo un poco más hacia un lado, donde no pudieran observar que ocurría. – Deben conversarlo bien...

- No hay mierda que conversar – Solté ya enojada, había rebrotado en mi todo ese lado, que muchos temían. – Solo si responderé algo, si, Pierre Gasly, siempre quise arruinarte – Me acerqué amenazante al francés. – Pero no de esta manera, no de una manera que te tendría amarrado a mi de por mi vida, porque lo que menos quiero, es eso

Entonces sin esperar ninguna respuesta, me marche dignamente. Bueno, la dignidad duro hasta que llegue al hotel. Porque bote todo los sentimientos que llevaba guardando todo el puto día. Mientras brotaban las lagrimas de mis ojos, oí como tocaron a mi puerta. Me limpie brutamente y me pare a abrir.

-Te traje tus chocolates favoritos, helado, galletas y lo que quieras comer...- El rubio me mostro una sonrisa reconfortante.

-Yo te traje unos taquitos, unas gomitas y una polera mía, para ti o para el pequeño, como quieras – El chico de rulos esta vez me mostro su sonrisa.

- Arthur, Lando...yo – No sabia que decirles.

- Sabemos que necesitas estar sola, pero a veces un poco de compañía mejora el ánimo – Me dijo Norris tiernamente.

- No es culpa de mi sobrinito tener tal padre – Hizo una mueca el monegasco.

Abrí más la puerta para que se adentraran en mi habitación.

-Hoy será una noche de películas y lloracion, junto a tus pendejous, que en verdad no se que signifique, pero eso, favoritos – Se me escapo una risa al oír a Lando.

Los tres nos acomodamos para ver y comer, mientras me intentaban animar con sus estupideces. Definitivamente eran mis pendejos favoritos.

-Luego malcriare a este pequeño – Dijo Lando cuando puso su oído en mi estómago.

- De eso me encargare yo – Apareció el celoso Arthur.

- Sé perfectamente quien lo malcriará y no será ninguno de ustedes – Me miraron esperando mi respuesta. – Tiene de abuelo a Kimi...

- Ah si, si lo vemos de esa manera, si, definitivamente – Ambos asintieron haciéndome reír.

- Y no sean celosos, que no los dejare de lado – Les llame la atención, estos me miraron tiernamente.

- Ay, no digas esas cosas, que lloró – Hablo Lando nuevamente, sacándome otra risa al verlo fingir secarse una lagrima.

-Mi turno de escucharlo – Arthur tiro a Lando y se puso donde estaba antes. - ¿Cuándo dará pataditas?

- En unas semanitas más debería – Le hice cariño en el cabello al rubio. El británico se puso a un lado mío, y se apoyo en mi hombro.

-Serás una grandiosa madre – Me dijo este último. Eso provoco otro llanto en mí, pero esta vez de ningún sentimiento malo, si no que de felicidad. Haría las cosas bien, de cualquier manera.

ILEGAL / F1. MOTOGPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora