Capitulo 5

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Los aventureros, llegaron a la casa de los abuelos de Warren. Desde afuera nada les llamo la atención. El resto de las lámparas de aceite se habían apagado y por el calor, la nube de insectos se había vuelto densamente poblada. El aroma a podredumbre era insoportable apenas ingresaron, los tres sintieron nauseas.

—Hay que limpiar—Dijo Delphiane con dificultad, agitando su escoba y transformándola en un bastón mágico. Luego hizo aparecer a su alrededor, cuatro luces que ayudaron a iluminar el lugar.

—Cúbranse la nariz. —Dijo Nato, sacando de sus bolsillos, algunas bombas de humo y lanzárselas a los molestos insectos.

El humo empezó a concentrarse en el interior de la vivienda, no era poderoso como para matar, pero fue lo suficientemente efectivo como para a ahuyentarlas y que dejaran de zumbarles o meterse en sus narices y oídos.

El olor seguía siendo un problema, pero mientras pasaban más tiempo en la casa, iban acostumbrándose.

Los tres empezaron a buscar por todos los rincones. Lo primero que hizo Warren, fue tomar una pequeña estatuilla de oro y le ofreció a Nato otros objetos en parte de pago por ayudar. Delphiane se metió en una habitación cercana al estudio del abuelo y gritó de alegría. —Esto es un buen botín. — metiendo botellas en un pequeño bolso que tenía.

—¿Cómo entran tantas  en tu bolso?

—Porque es mi bolsa mágica.

Delphiane observo el estante y allí encontró un papel arrugado con una ilustración antigua, donde mostraban una figura encapuchada que parecía la parca.  La ilustración mostraba un enfrentamiento, pero no se veían más detalles, debido a su antigüedad. Las letras del papel, estaban arrugadas y borradas, escritas en un idioma anterior a la era Cromnustana.

—Miren esto.

¿Qué dice? —Pregunto Warren.

—Solo entiendo pocas palabras, creo que dice algo sobre un exiliado, O un caballero de la muerte.

—¿Por qué mi abuelo lo habrá escondido?

—Tu abuelo, escondió muchas cosas que valen fortunas. —Dijo Nato, con una bolsa muy pesada en una de sus manos.

—Empieza a hacer frio. —Dijo Delphiane, concentrándose para que no se le apagaran las luces que había invocado para iluminar la habitación . Y luego empezaron a oír un golpeteo, proveniente del taller del abuelo.

Los tres entraron en alerta, yendo hacia la habitación continua, las ratas habían hecho un desastre y se habían comido casi todo el contenido de los frascos. Algunas se habían intoxicado y yacían muertas en el suelo, convirtiéndose en alimento para otras alimañas, hambrientas.

Por el frio, las ratas volvieron a danzar, uniendo sus colas, Nato las miró enfurecido y blandiendo su espada curva y empezó a golpearlas con furia asesina.

—Si no las matamos, van a despertar al rey de las ratas.

Delphiane estaba  asqueada por lo que estaba viendo, los órganos humanos fueron demasiado para ella y no pudo soportar más, empezando a vomitar. Warren se movía para evitar que las ratas se le subieran por las piernas.

Los golpeteos del sótano, empezaban a hacerse cada vez más rítmicos.

—¿Abuela?

Los gemidos guturales se oyeron intensamente y Nato fue de inmediato a correr la mesa que trababa la trampilla.

—Yo la ayudo, señora.

Abriendo la fría manija y permitiendo que el cuerpo de la mujer, entrara a la habitación. Warren se dio cuenta que estaba en peor estado que la otra vez, con peores heridas y síntomas avanzados de descomposición.

El extraño pasatiempo del abueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora