capitulo 11

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Al principio, Delphiane no se dio cuenta que tenía el rostro manchado. Se acercó a la batalla y se dio cuenta que había algo pegajoso cayéndole por su piel, se limpió con la mano y vio con repulsión la sangre, ya que olía distinto a la normal. Los fantasmas empezaron a reír cuando le vieron hacer una cara de asco.

-Buen trabajo muchacho, tu ritual funcionó.

Ella no entendía de lo que estaban hablando y decidió ignorarlos. Suspiró, mirando a la rata gigante.

-Cuidado, Nato, mejor dicho, Bian, está atrapado en las fauces de la rata.

-Se lo que tengo que hacer.

Tenía miedo, pero sabía que, si dejaba que eso la dominara, los resultados serian peores y nunca podría demostrarles a los magos, sus capacidades. Pensaba en las consecuencias de las visiones que había experimentado. Su compañero estaba casi exhausto y ella esperaba que el roedor no fuera tan resistente.

Extendió sus brazos y empezó a conjurar un hechizo. Una salpicadura acida salió disparada hacia el cuerpo de la rata.

Escuchó un chirrido, viendo que la criatura empezaba a retroceder, pero no le había hecho el suficiente daño.

La rata se recuperó, mostrándoles a Bian, entre sus dientes, lanzándole un zarpazo a Warren, que apenas pudo bloquearlo con el filo de su daga.

Delphiane, volvió a extender su mano y le apuntó al cuello de la criatura. Pudo invocar el ácido, pero esta vez sentía que había algo distinto en su magia.

La rata se retorció y giro su cabeza en trescientos sesenta grados. Esta vez el daño parecía haber tenido un mayor resultado. Ella no entendía bien la situación. Pedazos del cuello de la criatura fueron desprendiéndose y algunas ratas más pequeñas cayeron muertas en el suelo.

-Hay que atacar juntos.

Warren asintió y en los momentos de parálisis de la rata, se puso a apuñalar a la criatura en la herida que le había hecho Delphiane .

El roedor, intentaba proteger su cabeza a toda costa, concentrándose en hacer minuciosos movimientos más que en atacar o defenderse.

Delphiane, esta vez se concentró, usando ambas manos, recordando a la entidad que se había encontrado y sus palabras esperanzadas.

Esta vez, hizo un ataque continuo, la primera salpicadura, no fue tan fuerte, aunque la criatura arqueo su cuerpo, en una postura de rendición. El segundo ataque fue más fuerte haciéndola rechinar de dolor, mientras algunas nubes de vapor salían de su cuerpo.

Gracias al segundo tiro, otra vez empezaron a aparecer ratas muertas, pero también vieron que algunas huían con sus ultimas energías. El cuerpo de la criatura iba perdiendo tamaño y convulsionaba, cuando no pudo resistir más expulsó de sus fauces al malherido Bian.

El roedor empezó a derretirse, haciendo que se rompiera el encantamiento inicial, dejando ratas muertas al por mayor, y unas cuantas que chirriaban adoloridas por los rincones de la cueva.

Los fantasmas burlones salieron huyendo al ver ese despliegue de habilidades.

-Bebe esto. -dijo Delphiane, sacando una botella de su bolso.

Warren, tomo la mitad del brebaje y se sintió reconfortado.

-El resto es para él.

Warren le dio el resto de la poción a Bian, pero el joven solo tosía. Su respiración se volvía cada vez más acortada, hasta que dió su último aliento. Una luz azulada empezó a brillar en su interior y un fantasma como los anteriores, salió de su interior.

El extraño pasatiempo del abueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora