La cálida brisa de marzo era como un abrazo lleno de sosiego, las fragancias de las flores que hacían honor a la hermosa primavera, llenando las calles de colores vivos, detrás de aquellos cristales la vista era maravillosa. En el silencio de aquella habitación la vista parecía lo más deleitable como acogedor, aunque pareciera que ese instante no sería eterno, lo más agradable no suele durar mucho. Y por lo que escuchaba ahora sería un día demasiado largo.
Esos pasos apresurados, sabía a quién le pertenecían, masajeo mi cuello adolorido por la posición en la que me encontraba, reviso una vez más la habitación, sintiendo algo de incomodidad al ver el espacio tan reducido que era, incluso aún tenía cajas sin desempacar, ¡esto era increíble! ¿En qué lugar metería todo? Y eso que la hicieron dejar tantas cosas.
-¡OH! -. No puedo creer que estén aquí, pensé que eso ella lo había tirado, sentí el picor en mis ojos por retener las lágrimas-Gracias, tío-.
Con nervios miraba aquellas bolsas, no sabía si debía abrirlas, ¿podía?, ni siquiera asimilaba, ¿cómo habrá hecho para traerlas? y hasta mi habitación, pero era seguro que fue con la mejor atención.
Retuve el aire en mis pulmones, y agarré el nudo de una, abriéndola con presura, y ahí estaba ese aroma a polvo tanto viejo, pero entrañable, si era alguien muy infantil, pasé con frustración una mano en mi rostro cerrando con fuerza mi vista.
Bueno mis ojos era claro que estarían gritando clemencia, luego de estar haciendo esos papeles, no había dormido nada averiguando y confirmando todo. Era increíble que no se hubiera desmayo ya, debería dormir un poco, esto de acomodar estas bolsas lo haré luego.
-¡Ah! -.
Me sobresalto el grito. -Dem... Uhm debo tener cuidado-. Pero ¿Qué les paso ahora?.
¡toc, toc!
-Pase-. Espero que no sea Tsuinrai o la señora de la casa, al escuchar la puerta abrirse mire con semblante serio esperando alguna de aquellas damas. -¿Tío?-
-No mira soy tu suegra jajaja-. Dijo con ese toque tan jovial que posee.
-Ja, ja, ja, muy gracioso y tío, no me cases ni siquiera tengo novio...-. Bufe molesta cruzándome de brazos.
-Oh, cierto hablo con la chica más seria que una anciana de 90 años... no espera hasta mi madre con dolor de cadera y baila salsa-. Mientras decía aquello meneo su cadera, este hombre era único.
-Ja, ja, ja- no podía retener mi risa al imaginármela, ella es algo inusual de ver, y mi tío era su copia sin dudas.
-La abuela solo tiene 67 años, si te oye te va a pegar tío-.
-Pobre, dudo que me alcance, jajaja, pero bueno, jovencita, vengo hablar sobre "eso"-. Dijo de manera tranquila, me moví un poco de la cama para hacerle lugar.
-Uhm así que "eso" interesante-. Sonreí con tranquilidad, no deseaba que él se preocupara.
-Sí, ¿está segura de que dentro de dos semanas estarás lista para ingresar? -.
-Claro... además usted mismo ha ido conmigo, y en las consultas ya me dijeron que estaré bien-.
Su mirada era de duda, aunque recorrió con sus ojos toda la habitación.
-Uhm, está bien, no obstante, me marcarás si sucede algo entendido, jovencita-. Se acercó poniendo esa cara de padre sobre protector, pero tenía razón, aún debía usar estás muletas, pronto las dejaría, pero no debía descuidarse... -Y promételo por el meñique-. Lo miré indignada, como confundida.
-Tío... eres demasiado relajado e infantil ¿sabías?-. Mencione muy seria es que era sorpréndete lo relajado que era que envidia.
-Ay enana, ¿para que estresarme?...
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Una Voz Distante,Un Amor Silencioso.(reescribiendo historia)
Romance"Bueno, cambiare muchas cosas ya que siento que esto esta en el aire ira por el mismo rumbo pero en otra aspecto solo detalles que la verdad siento se necesitan." así por ahora tendrá un largo stop ya que pensaba hacer otra parte con el nuevo concep...