Una Voz Distante,Un Amor Silencioso.(reescribiendo historia)

Capítulo 4: Primer día de escuela y resulta ser pesado Parte 2

Siguieron hablando entre ellos hasta que termino el receso, pasaron las horas, en cada clase, con regularidad, sin anomalías, hasta que se dio el final de la jornada del día, no pasaron muchas cosas, fue bastante tranquilo imaginaba que talvez sería distinto. Además, algunos fueron muy tratables.

—¡Yori-san! Ven con nosotros—. Le llama Najimi desde la puerta, la joven solo observo el tumulto de cabezas afuera, sintiéndose algo insegura, una cosa era hablar entre 4 o 7 personas, sin embargo, más de 10 personas era un grupo muy grande y tenía leves dejes de duda si encajaría, pero fue arrastrada por una Onemine, por lo que notó la castaña le había tomado interés, debido a que compartía algo sobre ser las mayores en la casa, así que le entendía en sobremanera.

—¿está bien?— pregunta con duda, Shouko, que estaba junto a Tadano se queda fija mirando la mochila de la nueva compañera, sus ojos brillaron al notar un llavero de gato muy bonito, tan penetrante fue su mirada que Yori, se percató, y eso basto para quitarle la tensión.—¿Te gusta?—. Pregunta a shouko, la cual le mira. —Sabes, tengo otro, pero ¿te agrada el rosa?—. Recibió como respuesta un leve asentimiento.

—Oigan, a ¿Dónde iremos?—. Pregunto Najimi caminando junto con todos.

—Oye, déjame presentarme—. Dice Naruse, tratando de hacer una buena pose pero tropezando al momento.

—¿Esto es común?—. Susurra a Tadano, ya que al mirar el grupo era tan único un poco de todo.

—Sí, ja ja ja, si te incomoda algo, ya sabes puedes decir...

—No, está bien—.

—¡Ay, no!—. Grita Tadano alterado, al revisar su mochila y sacar un libro, todos lo miraron con intriga. —Chicos, debo comprar unos libros para mi hermana, así que me tengo que ir, vamos Shouko—. Dice marchándose del lugar, pero Najimi se les adelantó.

—Oye, Hitohito ¿Qué libros son? Acaso...—. Pregunta de manera sugerente, haciendo al otro palidecer. No obstante, una libreta en la cara de Najimi apareció.

—¿eh? Así que también Shousuke- kun necesita esos libros, nos vamos—.

Yori, logro apartarse del grupo, fue ameno; aun así a veces la soledad, también es buena compañera, observo el cielo, busco en su bolsillo su móvil tanto los auriculares, colocándoselos para poder escuchar música ver a su compañera con una libreta, fue agradable, no por ternura, sino por aquel recuerdo tan palpable en su mente.

Una lágrima se deslizó necia por su mejilla izquierda borrándola con brusquedad, siguió su camino, la verdad de todas maneras, debía aprovechar oportunidades así, regreso sobre sus pasos hacia la escuela, sabía que cerraban como a las 6 o 7 y aún era temprano, debía esperar aquí como le pidieron hacer.

La música hizo eco en su mente, olvidando el bullicio de los alumnos, las risas, los cotilleos, el ruido de los coches, todo sonó tan pacífico entre la melodía.

—Veamos, así que esta vez será según está—. Sonrió sacando varias cosas de su maleta sentándose en el suelo, dejando que las letras de la canción la hicieran entrar en trance, su mirada parecía estar inmersa en otro mundo junto a su mente, aun de sus labios salía un débil tarareo.

Toda la magia de su burbuja fue rota en segundos, por un mensaje, que detuvo la canción, sintiéndose por alguna razón con un peso en su pecho, solo miro por encima el mensaje.

—Es lo clásico... las 4:45—. Tenso su mandíbula. —será mejor irme ya—. Recogió sus cosas, miro lo que había estado haciendo, y lo tiro en el cesto de basura, pero a los instantes lo recogió de vuelta metiéndolo entre sus cosas. —Ok, llamemos al marinero, espero que le haya ido bien—.