Parte 18

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Yoongi entró a la habitación y se detuvo en seco al ver a su Omega preparándose para salir. Arrugó su entrecejo y se le acercó algo molesto. Yang Mi estaba colmando su paciencia.

— ¿Qué haces? — la pelinegra lo miró con una leve sonrisa y Yoongi sintió su pecho doler al verla tratar de fingir que estaba bien de salud.

— Voy a casa.

— ¿A casa? Yang Mi, por dios. Aún no estás del todo recuperada.

— Bueno, a estas alturas sé que mis análisis ya salieron y como siempre, no quieren decirme nada. Y a morir en un hospital, prefiero morir en mi casa.

Yoongi, enojado por aquel comentario, se le acercó furioso y la tomó fuertemente del brazo, obligándola a mirarlo.

— ¡Deja de decir estupideces! — Yang Mi lo miró sorprendida sin poder decir algo. — Tú no vas a morir. ¿Entiendes? Deja de decir tonterías y de ser tan dramática por una vez en tu vida, Hang Yang Mi. Estás acabando con mi paciencia.

Yang Mi agachó la cabeza sintiéndose temerosa y culpable. La ausencia de su loba evitaba que pudiese sentirse intimidada por su Alfa. Y como era de esperarse, eso la preocupó.

— Auch... — Yoongi la miró suavizando su mirada un poco y bajó su vista al fuerte agarre que le estaba dando a la pelinegra en uno de sus brazos. — Me estás lastimando...

El pálido la soltó de inmediato y se dio media vuelta, dispuesto a salir del lugar. Pero antes de salir por completo, se detuvo para hablarle.

— Le llamaré a alguien para que venga a recogerte. Si tanto quieres irte, está bien. No puedo tenerte tanto tiempo aquí. — dicho aquello, el mayor salió de aquella habitación y cerró detrás de él.

Yang Mi miró su brazo y comenzó a sobarlo lentamente, para después mirar hacia donde Yoongi se había ido — ¿Ahora sí es grave? — habló a lo bajo, esperando alguna respuesta de su loba. Más ésta jamás apareció — Supongo que sí.

— ¡Volviste! — el pequeño Jae Yoon se sentó a un lado de Ji Hyun, mirándolo contento — Pensé que ya no te volvería a ver.

— Estoy bien. Gracias por preocuparte.

— ¿Te lastimaron mucho? Oí que te enfrentaste a Ji Sung y a sus amigos. Eres muy valiente. Yo jamás hubiese podido hacerlo.

— Sí... Muy valiente. Pero después tuve que pagar las consecuencias.

— ¿Tus papás vinieron a reclamarle al director?

— No sé mucho sobre eso, Jae.

— ¡Yo sí! Incluso oí que la policía vino a investigar.

— ¿Cómo es que te enteras de todo eso? — el menor se alzó de hombros.

— Suerte. ¡Oye! ¿Trajiste algo para mí? — le preguntó al ver su almuerzo.

Ji Hyun le sonrió y sacó un segundo sándwich de su lonchera.

— Lamento si sabe mal. Mi mamá es la que normalmente los hace, pero ella no está en casa por el momento. — Jae Yoon aceptó el almuerzo y miró a su amigo algo confundido.

— Si tu mamá no está en casa. ¿Entonces, en dónde está?

— Ella está enferma. Pero se pondrá mejor. Cuando ella vuelva a casa, hará los mismos deliciosos sándwiches para ambos.

— Esperaré con ansias. — le sonrió — Aunque, los tuyos no están tan mal.

— ¿En serio? — el pequeño asintió en respuesta y levantó su pulgar calificando aquel sándwich que su amigo le había hecho.

Nuestra Omega (BTS y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora