Parte 23

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— Recuestate aquí. — Jungkook ayudó a su Omega a colocarse sobre la cama y una vez que Yang Mi estuvo cómoda, miró a su Alfa con una sonrisa. — ¿Qué pasa? — le preguntó sin saber por qué se estaba riendo.

— Te esfuerzas por hacer que me sienta bien. Es muy lindo de tu parte.

— Sabes que me preocupo mucho por ti. — Jeon la miró apretando los labios y volvió a hablarle. — ¿Cómo te sientes?

Y como si le hubiesen preguntado algo malo, Yang Mi dejó de sonreír para luego asentir en respuesta.

— Ya mejor. Si ella no se aparece, me siento de maravilla.

— Eso no está bien.

— Lo sé. Pero por lo menos, podré seguir con mi vida normal.

— Con la ausencia de tu loba, sólo te debilitarás más. Pero si ella aparece, es posible que salgas lastimada, o peor aún, que nos abandones.

— Eso no pasará. — le sonrió para tranquilizarlo. — Al menos, no ahora. No tengo planeado irme y dejarlos a todos ustedes. Siento que aún tengo muchas cosas por hacer aquí. ¿Sabes? Aún me falta ver crecer a mis hijos.

— Ten por seguro que así será. — le dijo acariciando su rostro — Aún tienes una vida por delante, preciosa.

— Jungkook ... No me arrepiento de haberte conocido. — el nombrado la miró sin saber qué responder.

No era como si no recordara la manera en la que Yang Mi se había convertido en su Omega. Se sentía algo culpable al saber que, posiblemente, todo lo que Yang Mi pasó de muy joven pudo haberla hecho llegar hasta donde se encontraba ahora. Con un corazón débil y una loba enferma.

— Por favor, no digas eso.

— Sólo quería ser sincera contigo.

— No hay un día, Yang Mi. De verdad. No hay un día en donde no me arrepienta de todo lo que te hice en el pasado.

— Lo sé. Por eso siempre intento recordarte que, si estoy aquí a tu lado es porque te amo.

— A veces me pregunto ... ¿Qué hubiese pasado si yo no te hubiese sometido como lo hice? Probablemente estarías a lado de un solo Alfa que te ame y te merezca. Casada, con hijos sólo de él, pero sobre todo ... Estarías sana.

— Probablemente. — afirmó con una sonrisa. — Pero ... No existiría Guk Mi, ni cualquiera de los otros chicos. Ustedes siete me han hecho muy feliz, Jungkookie. — Jeon sonrió al escuchar cómo lo había llamado. Ya tenía mucho tiempo que Yang Mi no lo llamaba así. — No cambiaría mi vida por nada del mundo, Jungkook. De verdad. Amo a cada uno de mis niños y los amo a ustedes. — acunó el rostro de su Alfa. — Pase lo que pase, sé que nunca estaré sola. Los tendré a ustedes hasta el final de mis días.

— No quiero que te vayas.

Yang Mi acarició su mejilla y lo miró a los ojos con una sonrisa tranquila. Jamás se había sentido tan en calma como ahora.

...

— Me alegra verte de nuevo. — Tae Ri miró a su melliza y le sonrió al verla en la escuela una vez más. — Espero que esta vez te portes mejor y que no te metas en problemas.

— He prometido ser una mejor hija. — le dijo con seguridad. — Lo haré por mamá.

Tae Ri sonrió levemente.

— Sí. Ella necesita estar tranquila.

— Procuraré llegar más temprano a casa para ayudarla con los deberes.

Nuestra Omega (BTS y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora