Chigiri, un joven omega que pasa por lo peor que le puede suceder a un omega, asi es, ser violado, y mas aun si es de la persona que tu tanto admiras y amas.
En el caso de Chigiri fue su ex profesor y primer amor, Kunigami Rensuke, un alfa grosero y...
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¿Acaso era su culpa lo que sucedió ese día?
¿Acaso el hecho que sucediera es por culpa de que entro en celo?
No sabia como había llegado a ese momento, solo sabia que en ese instante despertaba en una habitación muy diferente a la suya, solo recordaba las duras embestidas que le había dado el contrario, el alfa que mas amaba, el alfa que mas admiraba, el alfa al que deseaba entregarle todo, aquel alfa que deseaba, su alfa destinado, aquel que se supone que debía protegerlo, lo que en realidad hizo fue dañarlo, daño su cuerpo, daño su corazón, lo rompió por completo.
Su cuerpo se sentía pesado, estaba despertando y según veía en el reloj de mesa del mayor eran la 6:44 de la mañana, quería irse, así que como pudo se levanto, busco un par de supresores del alfa, y si, sabía que esos eran más fuertes que los que debían tomar los omegas, pero eso no importa a decir verdad, no para el en ese momento. Vigilo que el alfa no se levantará y lavo su cuerpo en el cuarto de baño, saco de su interior todo líquido que pudiera quedar, ya fuera semen o... O sangre, no sabía que esperar pero si sabía que su entrada estaba irritada, y que odiaba la sensación del semen salir de su cuerpo. Al terminar de lavarse tomo una toalla secándose y tomando la ropa que tenía el día anterior se la puso, se miró al espejo y cerró sus ojos. Se veía horrible, su lindo rostro con moretones en su ojo, mejillas, su cabello maltratado por el brusco movimiento de las sábanas y los jalones que el otro le daba, su cuello tenía aquella marca de reclamo a medio cicatrizar ya que el mayor no quiso ayudarle a eso, su cuerpo, todo lleno de golpes, moretones, hematomas, era horrible, se sentía asqueroso, y por último pero no menos importante, su entrada dolía, ardía, sentía que podía desgarrarse con cualquier toque, no sentía con ganas de volver a tener sexo en su vida, sin duda su primera vez iba a ser inolvidable y no de buena manera.
Lágrimas empezaron a salir de sus ojitos, sollozos eran tapados por sus manos las cuales en ambas muñecas tenía hematomas con forma de las manos de aquel alfa. Se alejó del espejo no deseando verse nunca más, pero cuando eso sintió un par de brazos recorriendo su cintura, el sobresalto que hizo provocó que el alfa se alejara.
-¿Chi... Chigiri? ¿Que te hice?- se pregunto el alfa mirando aquellos golpes en todas partes del pequeño cuerpo.
-¿Te arrepientes? ¿Te arrepientes ahora que ya está hecho?- La irá estaba plasmada en los ojos del pequeño, tanto que hasta su Omega sintió la repulsión en ella. Los sentimientos del Omega entonces llegaron al alfa, dolor, culpa, miedo, rabia, impotencia, odio. Todos y cada uno de ellos dirigido a el, se lo merecía, se merecía eso.
-Perdoname, por favor Chigiri, perdóname la vida.- Iba a volver a acercarse al Omega, más este retrocedió con miedo, sus piernas temblaban por el dolor de estás y de sus caderas.
-¡No te atrevas a tocarme! ¡Maldito alfa!- Los rosados ojos del menor se convertían en un azul celeste, mostrando que su Omega deseaba salir y destruir al que se atrevió a tocarlo. -Eres un maldito, ¡Y yo que estaba enamorado de un maldito monstruo como tú!- Soltó sin miedo, solo era el odio que sentía y las palabras que tenía atorada en su garganta. -¡¿Por qué lo hiciste?! ¡Yo confiaba en ti!- Grito, más su voz salía ronca y dañada por los gritos de la noche anterior.
