Lie. (JENLISA)

❀𖤣𖥧𖡼⊱4⊰𖡼𖥧𖤣❀

"Me gustaría volver al tiempo donde éramos desconocidos queriéndonos conocer".

《★~KIM JISOO~★》

Entré al departamento no sin antes echarle un vistazo. Suspiré y al ver los zapatos de Rosé en la entrada, supuse que ya estaba en casa y que sería otro día de ignorarme o más bien, otra noche.

Dejé mis cosas a un lado, y avancé hasta la cocina, quería preprarme mentalmente para cualquier pelea que pueda ocurrir entre nosotras.

De meses para acá, la relación se ha ido deteriorando, ya no es lo mismo. Quizás al principio todo era color de rosa, pero ahora... no la reconozco. Su carácter, y su manera de tratarme son tan diferences.

Y a veces creo que cambiaron a la Rosé de la cual me enamoré, por una chica desinteresada y poco romántica. Y entiendo que todos pasamos por malos momentos, pero me siento despreciada y sumamente cohibida por sus tratos.

Me rechaza, me esquiva y hace todo lo posible para levantarse primero que yo. Ni siquiera me mira dos veces, no hacemos el amor, es como vivir como una extraña. O peor.

Porque a Rosé la conozco. Y aunque me traté de esa manera, sigo perdidamente enamorada de la misma mujer que un día vi en aquella universidad.

Retenía mis lágrimas todos los días frente al espejo y salía como si no me afectara en lo más mínimo y mi mundo no estuviera consumiéndose a sí mismo. Ya estaba cansada de fingir. No era yo.

No era divertido llegar a casa ser rechazada por tu pareja, ni creer que había algo mal conmigo.

Era frustrante y todos los días esa opresión en mi pecho; ya no me dejaba vivir en paz.

Cuando creía que por fin nos habíamos sentado a conversar sobre nuestra relación, venía con que Lisa esto, o Lisa lo otro. Ya no había un nosotras.

Cuando me giré para salir de la cocina, Rosé me sorprendió entrando. Tenía una ropa sencilla, y estaba recién levantada. Lo sé por las marcas de almohadas en su rostro.

—Buenas noches —saludó con neutralidad.

—Hola, mi querida novia —puse mi mejor sonrisa—. ¿Un beso o un abrazo?

—No tengo tiempo —musitó. Me apartó del camino y tomó una botella de agua—. Estaré en la habitación resolviendo cosas.

—Rosé —la llamé.

—¿Qué quieres, Jisoo?

Su indiferencia me afectaba tanto. Eran puñales en el corazón, sacando la sangre por el orificio de mi boca. Dolía.

Dolía mucho.

—¿Hasta cuando tendré que aguantar estos desplantes de tu parte? —inquirí con los ojos cristalizados.

Rosé frunció los labios, —No es mi intención, y tú lo sabes. Quizás...

—Déjate de quizás —cerré mis ojos por unos segundos para que las lágrimas no se escaparan—. No soporto más "quizás".