Lie. (JENLISA)

❀𖤣𖥧𖡼⊱25⊰𖡼𖥧𖤣❀

"Te quiero sin compromiso, sin exigirte algo a cambio, sencillamente te quiero, por mi propia voluntad y bajo mi responsabilidad".

《★~JENNIE KIM~★》

—No —me alejé de golpe, borrando la sonrisa de mi rostro—. Yo y tú no podemos estar juntas. Entiéndelo, Lisa.

–¿Por qué no?, antes éramos...

—Antes —la interrumpí—. Eso fue en el pasado, Lalisa. Ya no hay más nosotras.

Aquella se veía tan confundida como yo las primeras semanas que pensaba en su perdida de memoria. Pero la quería proteger, sabía que a mi lado corría peligro.

—¿Y por qué no puede haber un ahora? —enarcó las cejas—. Si es por el peligro, a mi no me importa.

—Pero a mi sí, Lalisa, a mi si me importa lo que pueda pasar –suspiré exasperada—. Es mejor que lo dejemos así.

—Jennie.

—Es mejor, Lalisa, no insistas.

Su mirada bajó, incluso noté la decepción en su rostro. Suspiró y asintió.

—Bien. ¿Lo dejáremos así?

No.

Eso quería responderle.

Porque por fin tenía lo que deseaba, otra vez tenía a Lisa. Y podía ofrecerle los días más fieles y sinceros de toda su vida, porque no cometería la idiotez de mentirle otra vez cuando la tengo en mis manos, cuando la tengo así.

La misma Lisa pero mucho mejor que antes, era la misma Lisa que yo había conocido y lo sabía perfectamente. Tenía un gran conocimiento de eso, y quizás el bloqueo no me deje pensar como quiero y esté cometiendo una estupidez. Alejarla no me sirve de nada, pero tenerla cerca mucho menos, porque la lastimarán.

Aunque mi corazón siga latiendo sólo por ella, y sé que es la mujer que querré para el resto de mis días, no importa lo que ocurra, no importa quien llegue a mi vida; siempre será ella. Pensaré, soñaré y la recordaré en todo lugar, con el más mínimo movimiento.

Porque es Lisa, y es todo lo que está bien.

Y no puedo pensar en la posibilidad de pertenecerle a otra persona, y lo comprobé cuando estuve a su disposición en mi escritorio, y lo compruebo ahora. Me muero por abrazarla, y decirle que lo siento, y que quiero con ella pasar el resto de mis días.

Pero eso no es posible.

—Sí, lo dejáremos así —respondí luego de pensar.

—Perfecto. Me retiraré, entonces —caminó de espaldas hasta la puerta sin despegar la mirada de mí—. Adiós.

—Adiós.

Abrió la puerta y permaneció ahí, —Adiós.

La miré con rareza, —Adiós, Lalisa.

Puso ojitos de cachorro, —¿Adiós?

Resoplé, —Lalisa, vete.

—¿Así nomás?

—Sí, Lisa, retírate.

—Estoy afuera.

Avancé hasta la puerta, —Adiós —y la cerré.

Me giré con un largo suspiro, y escuché unos toques provenir de esta. La abrí y me encontré a Lisa, otra vez.

—¿Se te olvidó algo?