Lie. (JENLISA)

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"De niño me sentía solo, y todavía me siento así, porque sé cosas e insinúo cosas que otros parecen no conocer, y la mayoría no quiere saberlas. La soledad no consiste en no tener personas alrededor, sino en no poder comunicar las cosas que a uno le parecen importantes, o de callar ciertos puntos de vistas que otros encuentran inadmisibles".

《★~ JENNIE KIM ~★》

Presenciaba aquel rostro ya conocido frente a mí, el cual me desconocía por completo.

Era el mismo pero con recuerdos olvidados, ya no era mirar los ojos de Lisa, y saber que sonreiría porque se trataba de mí, ni saber que diría mi nombre porque me conocía, sino porque deseaba conocerme. Y era tan extraño como sólo yo recordé su nombre, sus cosas preferidas, sus gustos, como sólo yo recordé a ese cuerpo perfecto con un corazón bordado de algodones.

Sus pecas. Esas hermosas y perfectas pecas las cuales seguían esparcidas por su rostro.

La extrañé tanto, pero no es la Lisa que yo conocí, es otra diferente, quizá sus colores favoritos no son los mismos, ni sus comidas, ni nada de ella es lo mismo. Ni su forma de actuar o pensar, quizás me tenga que enamorar de nuevo y conocerla de nuevo para así poder impregnarme de ella.

Pero seguro ella no quiere conocerme a mí, ya no soy esa chica la cual pueda llegar a interesarle, no tengo pasatiempos interesantes, ni mucho menos cosas que reflejen sus gustos. Tal vez no soy lo que ella necesita.

Y verla tan cambiaba, usando ese tipo de ropa, la cual era sencilla. El dinero no le había afectado, y quisiera saber el como se tomó el ser millonaria, el tener empresas. Quiero conocer a Lisa nuevamente, conocer sus gustos, sus aficciones. Una de ellas debe seguir siendo la fotografía.

Se siente haber vuelto al pasado para poder remendar mis errores pero al mismo tiempo, como una cadena perpetua, la cual hoy en día me deja en libertad pero sin arracarme el castigo.

Su cabello seguía igual de hermoso, igual de reluciente que antes pero más largo. Su ropa no era nada del otro mundo y su estilo no había cambiado mucho tampoco. Ahora mismo estaba toda vestida de negro, con la diferencia de sus botas largas hasta la rodilla, las cuales eran blancas, unos pantalones negros lisos y largos, y una blusa. Llevando una gabardina elegante.

Sin duda Lisa no sólo había mejorado, su belleza era indescriptible. Sus labios seguían luciendo igual de hermosos, alta, perfecta.

Así era Lisa.

Con aquel color blanco en su piel y ese sonrosado de sus mejillas. Ahora llevando un perfume el cual había puesto a aletear mi cuerpo y todas mis células. Tuve que tragar en seco, para no desmayarme en ese instante, mis piernas flaquearon y me sentí una pequeña oveja, la cual sería atacada por el lobo feroz.

Pero así como lucía hermosa; lucía con poder.

Llevando consigo ese aura el cual siempre caracterizó a Lisa.

Poderoso pero al mismo tiempo reconfortante.

Apartar la mirada de ella era un caso perdido. Rosé jamás le habló de lo nuestro, ni nadie lo hizo. Acepté porque no quería ni deseaba que se volviera a repetir el rencor que un día yació en su pecho. Pero ahora que lo pienso, desearía poder hablarle con la verdad.