❀𖤣𖥧𖡼⊱29⊰𖡼𖥧𖤣❀

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"El ultimo rie mejor... y yo prisa no tengo".

《★~LALISA MANOBAL~★》

Despertar a la mañana siguiente y no estar en tu cama, sino en cama de otra persona, pero no cualquier persona, sino la misma Jennie Kim. Cuando los rayos del sol caen directo en tu cara, y ella te termina de despertar con sus largas pestañas descansando junto a sus ojos cerrados, y sus labios hinchados por el dormir.

Sus mejillas tiernas y delicadas bañada de marcas que mantenía de la almohada, y ese rico perfume el cual se ligaba con las sabanas. Sí, había dormido con Jennie Kim.

Luego de la cena. Una larga charla. Ambas vimo un poco de televisión, una corta sesión de besos, y después de eso, Jennie se durmió en mi regazo, para minutos después despertar y llevarnos a la cama, se deshizo de toda su ropa quedando en lencería y se lanzó a la cama. Yo busqué una de sus pijamas y cuando estaba lista, me acosté a su lado.

Segundos pasaron para que Jennie escalara sobre mi cuerpo y enterrara su cara en mi cuello. Se sintió tan increíble, y me dormí al instante.

Hasta este momento, en el cual tengo la cabeza apoyada de mi mano y el codo de la cama, con una sonrisa tierna, admirando el rostro de Jennie descansar. Mis dedos acarician sus mechones de aquel cabello castaño.

Soltó un gimoteó y abrazó más a la almohada. Sonreí ante ese acto tierno de su parte.

—Nini —susurré muy cerca de ella—. Mi niña.

—Mmmh, déjame dormir —dijo con esa voz tan seductora—. Un poco más.

—¿Un poco más?, no, ya son las nueve de la mañana.

—¿¡Las qué!? —elevó la cabeza a las carreras y abrió los ojos como platos—. No me jodas, no debiste dejarme dormir tanto, Lalisa —se colocó de pie y empezó a tropezar.

Solté una sonora carcajada, —Te vas a caer, mujer. Regresa a la cama.

—Lalisa, no, tengo cosas que hacer hoy.

—Regresa a la cama, Jennie Kim.

—Lalisa –me miró desde la puerta de su baño—. Tengo cosas que hacer.

—Venga, duerme un poco más —la incité.

Jennie caminó a paso pesado hasta la cama y se dejó caer, cerrando sus ojos. Aun tenía ese sueño de la mañana, a mi solo me quedaba admirarla.

Es hermosa.

–Estás hermosa.

—Ajá, déjame seguir durmiendo. Acaricia mi espalda, Lalisa —pidió por lo bajo.

Arqueé las cejas, —No puedo creerlo. ¿En serio?

—Porfis —pidió.

Acaricié con lentitud su espalda, y recordé que estaba en lencería, que no le di mente a eso hasta ahora. Me mordí el labio inferior, y fue difícil controlarme con esos gemidos que salían por su boca cada que mi mano subía y bajaba. Cerré mis ojos unos segundos, y rogué para no ir más abajo.

Lie. (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora