Lie. (JENLISA)

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"Siempre nos autoengañamos dos veces respecto a las personas que amamos: primero a su favor, y luego en su contra".

《★~JENNIE KIM~★》

Había estado preocupada por Jisoo, desde hace rato no me coge las llamadas ni mucho menos los mensajes. He creído que tuvo una discusión con Rosé; suele hacer eso cuando discute con ella.

Simplemente desaparece hasta estar mejor. Y eso es lo que más me preocupa, no quiero que se aísle. Su relación ha estado de mal a peor, sus días parecen de funeral, ojeras enormes, tardes llorando, desesperación por creer que ya no es amada por la mujer que ella sigue amando.

Y trato de sentir alguna clase de empatía hacia Rosé, tal vez se cansó pero eso no le da derecho a lastimar a Jisoo de esa manera. A sabiendas de que, es mucho mejor decirle que no quiere nada con ella. Soy testigo de que una mentira no dura mucho bajo la alfombra, porque eso es como el polvo, tarde o temprano molesta o se ve.

Y yo aprendí la lección de una manera algo incomoda y trágica, por eso siempre trato de que esas cosas no sucedan en mi vida. Pero Rosé parece estar imitando mi comportamiento de hace años atrás.

Le está mintiendo a Jisoo sobre algo.

Pero ninguna de las dos están bien. Por más que intenten disimularlo, las dos están teniendo un mal momento.

Y es de estos días en los cuales yo quisiera saber que es lo que ocurre detrás de ellas. El como se sienten.

Jisoo no puede expresarlo todo, porque llora y sé que con sus lágrimas es suficiente para darme cuenta de todo el mal que está pasando con la indiferencia que le brinda Rosé. Un cambio muy drástico.

Y Rosé probablemente la esté pasando mal también.

Caminaba en dirección a la empresa con Nayeon a mi lado, ambas conversábamos sobre temas triviales, nada en concreto, pero le pedía que repitiera sus palabras, ya que no podía estar muy pendiente de ella.

—Estás preocupada por Jisoo, ¿cierto? —se colocó frente a mí, justo cuando entramos a la recepción de la empresa—. Probablemente te llame ms tarde.

—Ese no es el caso, Nayeon. Sé que me va a llamar, pero no me gusta que Jisoo se cierre —solté el aire contenido—. No me gusta que sufra.

—Por lo que veo, su relación con Rosé no va muy bien —negué sin dar muchos detalles—. Pero esas dos se quieren, por Dios, lo noto a Kilómetros.

—Es que anoche ella me llamó pero por...

—Por estar besándote conmigo y casi follando —lanzó en un tono bromista, traté de sonreír pero salió más una mueca. Nayeon agarró mi mano y entrelazó nuestros dedos—. No te culpes, son cosas que pasan y bueno, Jisoo te contestará.

Anoche tuve una velada con Nayeon. Y si es cierto, llegamos a los besos, e incluso, casi un poco más, pero no pude más. No dejé que me tocara más porque para mi mala suerte, Lisa siempre llegaba a mi mente.

En toda la velada, por segundos cortos, como si ella también me estuviera pensando en mí. Tuve a la pelinegra en mi mente, su aroma estaba presente, veía a Nayeon frente a mí y de repente era Lisa. La misma Lisa de aquella playa.

Donde mi dijo por primera vez que me amaba. Era esa Lisa.

Era vivir torturada y aunque yo no quisiera, y fuese una maldición, ya no es algo que esté bajo mi control.

Nayeon es calidez, es una hermosa chica la cual cuando sonreí logra hacerme sonreír de vuelta. Y es tonto, porque demuestra su cariño hacia a mí, y una Tailandesa la cual ni siquiera me recuerda; es más importante.