❀𖤣𖥧𖡼⊱27⊰𖡼𖥧𖤣❀

3.4K 283 60
                                    

"Tienes que aprender las reglas del juego y después jugar mejor que nadie".

《★~LALISA MANOBAL~★》

Me sentía mucho mejor, los medicamentos había calmado el dolor, y no sólo eso, sino que también lo relajada que me encontraba.

Estaba sola en la habitación del hospital, sentada en la camilla, con aquella venda cubriendo la zona de donde rozó la bala. Suspiré y dejé la mirada en la puerta, por donde entró Jennie la cual no lucía con el mejor semblante, debido a que, en su rostro no solo se veía la obvia molestia, sino también ese deje de tristeza que la embarcaba por completo.

No quería preocuparla más, ella creí que, todo lo que a mí me ocurría era por su culpa. Cuando eso no es así, de un momento a otro me empezó a interesar lo que ella pensara, y me empezó a importar ella y ya no concibo un día sin mirarla, sin saber el como está.

Y es tan extraño, porque todo empezó, realmente cuando ella me afirmó que seguía sintiendo cosas por mí, pero que no puede estar conmigo, sigo sin entender que es lo que la tiene tan mal. Ella no me habla de las cosas, quizás no la conozco lo suficiente aun, o la conozco tanto que tiene miedo de abrirse y dejarme ver lo que realmente guarda en su interior.

No me asusta Jennie. Me asusta la idea de perderla.

Y de que ella me pierda, otra vez.

—¿Por qué sigues insistiendo en permanecer a mi lado?, ¿sabes por qué te pasó esto?, por tu cabeza terca, te he dicho que te alejes de mí —reprochó con los brazos cruzados y el ceño levemente fruncido.

No habia que ser muy inteligente para saber que esas serían sus palabras. Palabras que por supuesto, no me apetece escuchar, porque el beso que nos dimos me decía todo lo contrario, Jennie no deseaba alejarme, Jennie me quería cerca. Pero le tenía miedo a algo, y la entiendo, todos estos accidentes están pasados de la raya, pero no puede creer

que por alejarme de ella, será todo mucho más fácil.

—En tu afán de protegerme, lo uncio que provocas es que me acerque más a ti —afirmé. Jennie soltó un bufido—. Es que, ¿para que insistes?

—Porque te quiero proteger.

—No. Quiero una razón más clara, más abierta a mi panorama porque no logro entenderte como yo quiero, maldita sea —me coloqué de pie—. Dime, ¿qué hago con esto que siento?

—Ay, Lisa. No sientes nada, es un capricho. Fui parte de tu pasado y listo, medio follamos y listo, nos besamos y listo —sacudió sus manos—. Todo es pasado.

—Para ti es pasado, pero para mí no lo es. Y te juro, Jennie, que ni tú me podrás alejar. Así me quieran borrar la memoria otra vez, y clavar un cuchillo en el pecho —recalqué—. No me interesa, correría por ti bajo la lluvia sólo para salvarte y me vale lo que me digas ahora.

Permaneció con la mirada en mí, —Si no te alejas de mí, soy capaz de...

—¿De qué? —la reté—. Anda, dime. ¿De contratar personas para que no me acerque a menos de diez pasos?, pues adelante, pero ni tus guaruras me van a alejar de ti —aseguré, plantándome frente a ella—. Así que, tú decides, o me dices que cojones está ocurriendo o ni Dios me mueve de aquí.

Lie. (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora