Witch [Peter Parker] [Alma #2]

01. Piloto

Noviembre 17, un mes después
de la batalla.

T/n.

Las cámaras de los reporteros disparaban flashes sin parar. Tragué saliva y acomodé el micrófono.

—Este año tuve que aprender a recuperarme y seguir adelante sin las personas que pensé que estarían en mi vida siempre. —hice una pausa—Luego de la muerte de mi padre y de la agente Romanoff, decidimos que cada uno de nosotros volvería a su vida normal y tomaría su camino.

—¿Osea que ya no hay más Vengadores? —preguntó una reportera.

Negué con la cabeza.

—Soy la única de ellos que queda, al menos, en caso de que exista una amenaza que el gobierno no pueda controlar. —respondí.

—¿Qué pasó con el Capitán América, el Dr. Banner, Thor y Hawkeye? —preguntó un reportero.

—No tengo una respuesta concreta para el caso de Steve Rogers, pero el cargo ahora lo lleva Sam Wilson, y les puedo asegurar que hará un gran trabajo. —hice una pausa—Thor volvió a Asgard, por lo poco que tengo entendido. Y con respecto a el Dr. Banner y el Agente Barton, ambos han desistido de sus cargos y se han retirado, lo que me convierte en la única vigente de nosotros.

—¿La identidad de Spider-man seguirá siendo un secreto? —preguntó otro reportero.

—La identidad de Spider-man seguirá oculta, nada de eso cambiará. —respondí.

—¿Qué hay de el Dr. Strange? —escuché que gritaron en el fondo de la sala.

—¿Y de Wanda Maximoff? —escuché que gritó otra persona.

Suspiré.

(....)

8 meses después de la batalla.

El sol comenzó a entrar por mi ventana y me desperté. Ignoré el hecho de tener que levantarme y me dí la vuelta, encontrándome el rostro dormido de Peter.

Sonreí y acaricié su mejilla con mi dedo índice, para luego acercarme y besarlo. Sentí como me siguió el beso, y al separarnos, el abrió los ojos.

—Ya estabas despierto.

—Si, pero te veías tan linda dormida que decidí no molestarte. —el me sonrió.

Me acerqué a él nuevamente y lo besé.

—¿Qué hora es? —le pregunté.

—Temprano. —respondió, sin molestarse en mirar la hora.

—Necesitamos levantarnos. —miré el reloj de mi celular.

—Noo —se quejó él, subiéndose encima de mí, ocultando su cara en mi cuello.

—Vamos, o llegaremos tarde a la escuela. —me retorcí debajo de él, tratando de escapar de su intento de retenerme.

—No. —volvió a negarse.

—Peter, es el último día. Vamos, arriba. —traté de sacarlo de encima mío, pero me fué imposible—Ve a tomar una ducha, yo preparo el desayuno.

El levantó su cabeza y me miró.

—Beso. —me pidió.

—¿Si te doy un beso te levantas? —le pregunté y el asintió.

Acerqué mis labios a los suyos y lo besé. Su lengua jugó con la mía por unos segundos, mientras sentía como él llevaba su mano a mi muslo.

Me separé de él y me levanté de la cama.