Me encontraba contra el colchón y el peso de mi hermano, no puedo explicar la manera que me hace sentir el y tenerlo cerca, así de cerca. La sonrisa de mi hermano fue creciendo al ver mi pijama, que mas bien no era, en realidad.
- Eres la señorita más hermosa del mundo - sus nudillos recorrían con delicadeza mi mejilla, haciéndome sonrojar y algunas mariposas en el estómago.
- No salgas con frases románticas pasadas de moda - traté de alejarme, pero me era imposible.
- Claro que no, te hicieron sonrojar, así que no están pasadas de moda - su sonrisa se hizo mas ancha, si es que aún era posible.
Me miraba con tanta intensidad al grado de que mi cuerpo reaccionaba instintivamente. Mantuvo su mirada en mi rostro, pero jamás en mis ojos. Eso me desconcertó bastante, hace un momento me decía que le gustaba que lo mirara y ahora no se detenía a hacerlo. Ese pequeño gesto fue suficiente para saber que le pasaba algo, lo conozco muy bien.
Cerré los ojos para meditar los sucesos ocurridos. Por una parte mi corazón sentía una gran decepción y tristeza por William, fue capaz de mentirme y traicionar la confianza que fácilmente se había ganado. Pero por otra parte mi corazón latía frenéticamente al estar a un lado de la persona que mas amo, mi hermano Max. Pero eso jamás lo sabría él. Ese sería mi pequeño secreto.De repente sentí un peso quitado de encima, mi hermano se había apartado de mi y se levantó. En ese momento me sentía incompleta. Estaba recogiendo sus cosas y mi corazón, por segunda vez en la noche se rompió. La primera fue en la cena, hace unas horas.
- ¿A dónde vas? - no tenía la intención de ocultar mi tristeza y decepción en el tono de mi voz.
- A dormir a mi habitación - fue la tercera vez que escuché que mi corazón romperse en mil pedazos y hacerse mierda al mismo tiempo.
- Pero, yo pensé que... - no terminé la frase porque Max me interrumpió.
- No quiero que confundas las cosas. Eres mi pequeña hermana y no es correcto lo que pienso hacer contigo - se dio cuenta de lo que acababa de decir
Me tomó por sorpresa su pequeña confesión. Antes de poder contestarle se marchó, dejándome sola en mi habitación y con un gran vacío en todo mi alrededor.
No podía dormir, daba de vueltas en mi cama, me levantaba y me volvía a recostar, trataba y trataba de sacar a mis hermano de mis pensamientos, fue inútil, y lo peor es que yo lo sabia. Quería tenerlo cerca mio, después de un largo mes lo quería conmigo y que no se volviera a separar de mi.
Tomé una decisión, mis pasos se coordinaron con mis deseos, guiándome a la habitación de Max, sin tocar entré y al dueño de mi corazón lo encontré sentado en la orilla de la cama con los codos recargados en sus muslos y solo con su pantalón de pijama, mostrándome su espalda.No se dignó a verme y eso me enfureció bastante. Decidida le dije:
- ¿Qué mierdas te está pasando? En el tiempo que no estuve ¿te diagnosticaron bipolaridad? o ¿alguna otra cosa?- le gritaba-susurraba mientras me sentaba a un lado suyo.
No hubo respuesta y mi enojo se convirtió en ira pura. Lo jalé por el hombro haciendo que su espalda quedara en el colchón. Sin pensarlo y para evitar que se moviera, me coloqué a horcadas de él. Pero él por terco se cubrió el rostro con un brazo y su otra mano la colocó en mi muslo, acariciando en círculos, torturándome y haciendo que mi piel se erizara. No lo entendía, no deseaba verme, pero se quería asegurar de que estuviera aquí.
- Max... - me incliné hacia adelante y con maña puse mis labios rozando con los de él. Empezaba a cooperar, abriendo su boca y pasando su lengua por el labio exterior, provocándome un gemido - déjame quererte - y con esas palabras junté nuestros labios con un beso suave y trasmitiendo de mi parte lo que yo deseaba y anhelaba.
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Mi encantador hermano
Teen FictionSAGA ENCANTADOR Y PEQUEÑA (#1) Max, mi hermano es el chico que toda mujer sueña. A sus escasos 19 años es alto, cabello castaños y nos increíbles ojos azules muy oscuros, también posee un gran cuerpo atlético. Además es capitán del equipo de fútbol...