Capítulo 24

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Amanda estaba parada del otro lado de la puerta con un vestido de playa rojo que resaltaba sus curvas y su bronceada piel. Su cara era de pocos amigos como siempre que me veía, no me sorprendía el hecho. En verdad era hermosa, antes de conocerla realmente, quería ser como ella. Popular, bonita y tener a alguien que me mirara como mi hermano lo hacía desde que la conoció. Lástima que me di cuenta que era todo una farsa de niña buena y comprensiva y que su hermoso físico no esté por dentro tan bello.

- Por cierto hola - me había concentrado tanto en Amanda, que no me había percatado de que Charlie se encontraba aquí también. Precisamente detrás de ella.

- Me llamaron de la oficina y tengo que ir urgentemente - mi padre ya salía por la puerta mientras lo decía. Sino lo conociera bien, diría que es cierto. Pero no me trago ese cuento, me daba mi espacio para hablar con este par traicionero. Y no sé porque. Si él le rompió casi la nariz.

- ¿De qué quieren hablar? - mi pie tocaba en el piso exigiendo demanda y una respuesta inmediata. Si quieren hablar les va a costar bastante convencerme. Ya me han hecho bastante daño y no lo toleraré más.

Ninguno se dignó a decirme. Y, ¿así quieren que los deje hablar? Me hacen perder tiempo valioso, que bien puedo disfrutar a lado de mi papá, hacer que nuestra relación era mejor.
Les iba a cerrar la puerta en la cara, Charly se interpuso, con una de sus manos y con el codo del otro brazos le dio un leve golpe a Amanda. Ella no hizo caso alguno. Se quedó inmóvil y con la mirada perdida.

- Ya dile - Charly le dijo en un susurro desesperado. ¿Qué querrán? En verdad estaba perdiendo la poca paciencia.

- Bien - alzó sus manos en rendición - lo que queremos hablar es sobre Max y yo - por primera vez, no sonreía maliciosamente. Se ve que esta obligada y yo me sentía poderosa y satisfecha de lograra algo así.

- No me interesa en absoluto - le quité importancia, aunque por dentro estoy ansiosa de saber lo que querían decirme.

- Ya ves Charly - giró su cabeza hacia él - vámonos, no tenemos nada más que hacer aquí - su cuerpo ya me daba la espalda. Antes de que diera un paso Charly la detuvo, sujetándola por el antebrazo, y le dijo:

- ¡No! Tenemos que aclarar las cosas - no sé de que cosas querían dejar en claro y para ser sinceros rogaba que lo hicieran.

- Tu y tu estúpida conciencia. - se zafó de su agarre - Quédate tú, y arregla tus cosas con ella, si quieres también tiratela.

Seeh una completa farsa como siempre.

Dicho eso Amanda se marchaba en dirección hacia el elevador, contoneaba sus caderas de manera exagerada, atrayendo la mirada de los presentes, incluyendo la de Charly. Patético como siempre, ésta vez también estaba de acuerdo y le di un asentamiento mentalmente.
Después de que el elevador hubo cerrado sus puertas, Charly me miró directamente a los ojos.

- ¿Puedo pasar? - dio un paso al frente.

- De que puedes, puedes; de que yo quiera es otra cosa -. Él no contestó y se quedó muy cerca mío. Fácilmente me sacaba media cabeza. Y ahora podía verlo, traia puesto una camiseta de tirantes y unas bermuda. No era tan alto como Max. Deja de pensar en él, acuerdate que ya no existe para ti. Bien y que bueno que me lo recordaba, como me había dicho antes, les costaría bastante poner un pie en mi habitación.

- Por favor - susurró con paciencia, esperando que cayera.

¡Mierda! Me conoce bastante bien, como para saber que decir en momentos como éstos. Siempre me ganaban las personas que pedían las cosas educamente. Y es que eso es lo que precisamente fue una de las cosas que me gustó de él.

Mi encantador hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora