Capítulo 21

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La sensación de un cuerpo cálido, unos brazos rodeandome la cintura y unas piernas enredadas con las mías, me despertaron como nunca. Me sentía bien y plena, además de satisfecha. Podía sentir la respiración de Max en mi nuca y me tranquilizaba por completo.
Traté de moverme para quedar enfrente de él, me costo un poco de trabajo, no lo quería despertar. Cuando por fin pude lograr mi objetivo, una gran satisfacción me recorrió todo el cuerpo. Estaba perfecto, sus pestañas rozaban ligeramente sus mejillas, su boca se encontraba entreabierta y su respiración era pausada, estaba durmiendo plácidamente.
Unas tremendas ganas de besarlo, me invadieron pero me contuve, alargué mi mano hasta su mejilla y lo empecé a acariciar

- Te amo - susurré.

Las palabras salieron sin que yo pudiera detenerlas. ¡Mil veces maldición! Quité mi mano de su espectacular cara. Y una sonrisa seductora se apoderó de su rostro. Poco a poco sus ojos se abrieron.

- Buenos días pequeña - aun somnoliento se ve increíble.

- Buenos días Max - una alegría me invadió

Se acomodó quedando encima mio.

- Ahora eres mía y nadie se te puede acercar ¿entendido? - me decía mientras su rostro estaba oculto en mi cuello.

- Vamos a empezar con eso - resoplé. Nunca me han gustado los hombres que son así, se me hace algo repugnante que por el hecho que una mujer les quiera se comporten como verdaderos idiotas. Excepto si se llaman Christian Grey, Adam Walker o Patch Cipriano, entonces ahí hasta me quedo con él todo el día.

- Si, vamos a empezar. Te quiero sólo para mi. Si quieres llamarme egoísta, me declaro culpable - la firmeza en su voz me dio tanto miedo. Pero recordé lo que me dijo y una sonora risa salió desde lo profundo se mi garganta.

- ¿De qué te ries? Hablo en serio.

- Creo que le robaste la línea a un personaje literario.

- Mm mm ¿Tal vez de ese Grey? - ronroneaba cerca de mis labios.

- Definitivamente a él no. Y no te metas con él

- ¿Por qué?

¿En qué momento nuestra plática se volvió algo rara?

- Por que yo lo amo - mi respuesta la pareció gustarle. Su cara se torno seria y se apartó de mi, dejandome nuevamente con la sensación de un vacío. Inmediatamente me senté en la cama, haciendo que la sábana se deslizara por mi torso.

- Estábamos jugando. No tienes que ponerte así - mi voz apenas se podía escuchar. Me sentía mal y no sabía la respuesta, y es lo que me molestaba. Él ya obtuvo lo que quería, mi conciencia de la nada apareció, que novedad. No me contamines, le recriminé, ya se que estaba mal ¡él es mi hermano!

- Hey, tranquila sólo estaba bromeando - Max acarició mi mejilla con gentileza - ahora cúbrete o ponte algo. Estoy tratando con todo mi autocontrol de no abalanzarme contra ti pequeña.

Miré hacia abajo y mis brazos se fueron directo a cubrir mi piel desnuda. Se me había olvidado por completo que no tenia puesto algo.

Unos toques en la puerta y ambos estábamos tensos. Rápidamente ambos nos levantamos y escondí a mi hermano en el cuarto de baño y me coloqué un camisón. Me dirigí y abrí la puerta.

- ¿Has visto a Max? - mi madre estaba parada justo al otro lado de la habitación, examinándome de pies a cabeza.

- No, ¿no está en su habitación? - bien sabía que no está ahí.

Mi encantador hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora