Kate...
La risa que Sebastian soltó mientras subía al coche, hizo que mi pecho se apretara un poco. Me gire viéndolo, el aura que tenía, su postura y hasta el aroma de tabaco mezclado con colonia. Aunque quisiera negarlo, él era el padre de mis hijos y el hombre del que me había enamorado después de no encontrarle sentido a las relaciones debido a mi pasado con Will. Sebastian jodido Egorov, el hombre que quería odiar pero que ni siquiera podía olvidar
Hubo momentos en mi embarazo donde solo quise tomar un avión y correr a sus brazos, decirle que era padre, que estábamos esperando dos niños. Que dentro de mi vientre había dos corazones que latían ansiosos por conocernos. Pero su vida era totalmente diferente a la mía.
No había día en el que me levantara sin ver noticas sobre él, sobre fiestas extravagantes, donde él aparecía con modelos colgadas de su brazo. Él había seguido adelante, y yo, yo me encontraba allí, pensando en volver a un lugar que nunca había sido mío desde el principio.
Porque como él dijo esa noche, solo fue una farsa, y debía acabar.
Vi cómo se desviaba del camino a nuestra casa, por lo que me volví a él viéndolo un poco confundido —¿qué pasa? ¿Aun te sientes mal?
—No hemos cenado, vamos a un restaurante.
Negué. —No sería bueno que te vieran con los niños y conmigo.
Frenó de golpe, haciendo que me volteara a ver a los gemelos para constatar que estuvieran bien. Ellos iban muy distraídos con sus juguetes y bien asegurados en las sillas por lo que ni siquiera notaron el brusco frenado.
—¿Qué demonios pasa contigo Sebastian?
Suspiro —¿por qué no sería bueno que me vieran con mis hijos?
Lo observe confundida —Por qué claramente, no estás solo —eso era lo que sabía, o lo que había visto en las noticias antes de que pasara el asunto de James. —Estabas con una modelo.
Vi como apretaba el volante —Kate, no hay nadie más- dejo de ver al camino para mirarme a mi. Sus ojos negros clavados en mí, con un sentimiento de angustia y algo más que no alcance a distinguir —Nunca hubo nadie más.
—Pero...
—Solo quiero cenar contigo y los niños, como una jodida, aburrida y normal cena familiar ¿puedo al menos tener eso?
Asentí —Claro, lo siento.
—No, lo tengo merecido —se limitó a decir antes de volver a poner en marcha el coche. El resto del camino hasta el lugar donde íbamos a comer estuvo lleno de un silencio incómodo. Sebastian aparco el coche frente a uno de los mejores restaurantes de New York y espero a bajar, iba a salir cuando él me detuvo.
—Espera, ya van a avisarnos cuando sea seguro que bajemos.
—¿Pasa algo Sebastian?
—Nada que sea de tu importancia Kate.
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Mafias y verdades- Bilogía "Secretos Asesinos"
Teen FictionLIBRO #2 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS" Que tanto debes sufrir para remediar los pecados ¿Cuántas cosas debemos sacrificar para mantener ocultos esos secretos? ¿La verdad remediara todas esas mentiras del pasado? A veces, solo queda esperar a que...