Sebastian...
¿Cómo podía disculparme? ¿Cuál iba a ser la excusa que le daría para justificar lo que la había hecho pasar en la noche? Cuando la vi venir hacia mí en el bar, creí que eso significaba que algún sitio de su corazón aun tenia amor para mí. Pero todo cambio cuando sus ojos me demostraron todo lo contrario, la mirada dulce que una vez fue solo dirigida a mí, en ese momento solo mostraba decepción.
Al subirme al coche con ella, encontré que sería un ambiente mejor para poder explicar lo que acababa de ver, pero que podía pensar de la idea que se me había ocurrido estando jodidamente ebrio. Claro que eso estaba destinado a ser un desastre, pero era demasiado terco como para aceptarlo.
Decidí irme antes a casa para así poder regresar y bañarme, tratando de estar sobrio para cuando ella volviera. Luego de tomar una ducha, me acerqué al cuarto de los niños, pero ellos no estaban aquí por lo que asumí que estaban en su habitación. Abrí la puerta de cuarto de Kate, encontrándolos abrazados.
Con cuidado camine hasta el borde de la cama, estire el brazo y toque sus cabecitas. Estaba a punto de llamarla cuando me di cuenta que se demoraba en venir a casa, pero escuché el ruido de la puerta y sus pies arrastrándose por la madera.
Salí de mi cuarto al oír que ella ya iba por el pasillo, levante la vista y la mire, se veía tan cansada que lo único fueron balbuceos. Ella paso de mí y se internó en su cuarto.
No pude dormir en toda la noche, pensando en cómo me había mirado. Sus ojos se veían un poco enrojecidos cuando volvió del bar lo que me aseguro que había llorado. Otra vez, yo había sido quien causo que sus hermosos ojos derramaran lágrimas.
Acabe levantándome a las 6 de la mañana, sin haber pegado un ojo. Quise evitar ir a verla, pero no pude, me escabullí en su cuarto en silencio. La postal que me encontré hizo que me doliera el pecho, los niños estaban estirados en la cama, uno de mis hijos tenía el pie en las costillas de su padre y el otro la mano sobre ella.
Solté una risilla, aunque hubiera dado todo por estar allí a su lado. Despertarme con mis hijos clavando sus pies en mis costillas, con el peso del cuerpo de Kate sobre mi pecho, su aroma dulce inundando mis fosas nasales, teniéndome totalmente embobado.
Vi que ella comenzaba moverse por lo que me apresuré a irme de su cuarto sin hacer ruido. Me instale en la sala de estar viendo mi móvil y los mensajes que tenia de Will, mas especifico el documento donde me enviaba fotos de un tipo de espaldas que había estado siguiendo con la pista de que tal vez sería Cameron.
Aun tenia hombres buscando el registro de defunción de su muerte, queríamos estar seguros de que jodidamente ese hijo de puta estaba vivo y se nos había escapado tantos años atrás. La ama de llaves se acercó desde la cocina donde estaba con el otro personal de la casa.
—Señor ¿va a desayunar?
—No, estoy esperando a que venga mi esposa e hijos
—Está bien señor, estaremos al pendiente de que los niños y la señora se levanten.
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Mafias y verdades- Bilogía "Secretos Asesinos"
Dla nastolatkówLIBRO #2 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS" Que tanto debes sufrir para remediar los pecados ¿Cuántas cosas debemos sacrificar para mantener ocultos esos secretos? ¿La verdad remediara todas esas mentiras del pasado? A veces, solo queda esperar a que...