-Capitulo 2-

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POV _____

“Cariño, la cena ya está.” Llegó la voz de mi padre a mi cuarto.

Había terminado mi tarea hace una ahora y desde entonces había estado mirando el techo. Me rodé de la cama y caminé a la cocina. Mis pies se sentían como plomo. Siempre odiaba esta hora del día. Después del año pasado, mi padre insistía en cenar juntos a la mesa como una familia. Noticia de la última hora, papá, las familias hablaban durante la cena. Cuando comíamos, siempre me sentía incómoda.

Me senté y me serví. Los tacos eran una de mis comidas favoritas de las que mi padre podía cocinar. Ya servida la comida, las preguntas rutinarias empezaron.

“¿Cómo te fue en la escuela?” 

“Bien.”

“¿Tarea?” 

“Completada.”

“¿Tienes planes para esta semana?” 

“No.”

“¿Qué tal si hagamos algo tú y yo? No hemos hecho algo divertido juntos por mucho rato.”

“No me da la gana.”

Allí cambió nuestra conversación. Mi padre suspiró y me dijo, “Cariño, sé que tu madre te lo hizo pasar muy mal, pero no puedes quedarte encerrada en esta casa siempre. Necesitas salir, necesitas divertirte y volver a una vida más normal. Sé que te será difícil, pero estoy aquí para apoyarte.”

Esta vez suspiré yo. “Ya he vuelto a la vida normal.”

Mi padre habló en voz muy baja, “Cariño, que no lo has hecho. Ni siquiera me miras a los ojos, ni mucho menos lo haces con alguien ajeno. Hablas muy poco. ¡Por veces pienso que te has perdido la voz! Lo que es más, cuando sí hablas, es en una voz tan baja. Tengo que esforzarme mucho para oírte. Ya no pasas tiempo con tus amigos y te quedas en casa siempre. Solías estar tan llena de vida, cariño.”

Se me llenaron los ojos de lágrimas. Bajé la mirada hacia mi regazo y intenté no deshacerme. “Estoy bien.” No podía pasar tiempo con amigos cuando no tenía ninguno. Mudarme a una escuela nueva y ser la estudiante nueva no era fácil. ¿Por qué no me podía dejar en paz?

“Te ayudaré a superar esto. Por favor, inténtalo.”

“¿Qué quieres que haga?” Esa era probablemente la frase más larga que había dicho en todo el día.

“Hay un partido de hockey el jueves por la noche, ¿sí?” Asentí. Podía oír la sonrisa en su voz. “Bueno, vamos al partido. Te va a encantar. No se trata de la NHL, pero todavía es hockey.”

Usaba mi amor por el hockey en mi contra. Solíamos ir a los partidos todo el tiempo. De repente me sentía con ganas de ir a la pista. Quería sentir como la frialdad nítida me atacaba la piel, me haría salir la piel de gallina. Quería enojarme con los árbitros por hacer una mala decisión. Quería quitarme la sudadera porque animar al equipo me daba demasiado calor.

Era una aficionada de los Penguins de Pittsburgh, pero vivíamos en North Carolina. Solíamos ir a ver jugar a los Hurricanes, especialmente cuando estaban los Penguins. Vendrían la semana siguiente.

Inhalé rápidamente y pregunté, “¿Podríamos ver jugar a los Pens la semana que viene?” Me asomé la cabeza y vi como su sonrisa se ampliaba.

“¡Cómo no! Puedes comprar los boletos después de cenar. Puedes invitar a un amigo también, si quieres.” Mis ojos se llenaron de lágrimas otra vez. Me alejé el plato y me excusé.

Por poco no corrí a mi cuarto. Cerré la puerta y me eché sobre la cama. Me enterré la cara en la almohada y lloré. Lloré por todas las cosas que había perdido y me hice la misma pregunta de siempre. “¿Por qué yo?”

Una hora más tarde, mis ojos estaban secos y yo estaba rendida. Con piernas débiles fui hacia la cómoda y traje mi portátil para la cama. Busqué nuestros asientos de siempre en el primer nivel detrás de uno de los porteros. Me alegró que estuvieran disponibles.

La información de la tarjeta de crédito de mi padre ya estaba en el sistema de compras anteriores. Pedí los dos boletos y verifiqué nuestra dirección postal dos veces. Debían llegar dentro de unos días. Por la primera vez en un año, estaba entusiasmada por algo. Me dormí con una sonrisa en la cara , parecía haber sido una eternidad desde la última vez que lo había hecho.

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora