-Capitulo 33-

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Ella dejó escapar una sonrisita suave y pasó sus brazos alrededor de mi cuello. “Bueno, me sentía despreocupada y llena de vida. Desde hace mucho que no me siento así, así que aguantaré tu comentario sin problemas.”

Le di un beso rápido y dije, “Pues, lo retiro. Oye, en cuanto a nuestra cita el viernes…”

Sentí como se puso tensa debajo de mí y ella me preguntó, “¿Qué?”

“Sólo quería decirte que tu padre sabe que vamos a salir y que Greg lo sabe también. Al principio estaba alterado.”

“¿Mi padre lo sabe? ¿Cómo? ¿Por qué se alteró Greg?

“Tu padre me preguntó por nosotros mientras esperábamos el helado. Y Greg me preguntó por el beso que te di en la frente y se alteró porque piensa que si nosotros nos rompamos, no te verá más. Dice que eres su mejor amiga.” Al oír eso, se sonrió. “Le prometí que todavía pasarías tiempo con él.”

“Por supuesto que lo haría. Mañana recogerás tú a Greg, ¿sí?”

Asentí con la cabeza y le alejé un mechón de pelo de la cara. Ella me miró a los ojos pero pronto su mirada bajo a mis labios. Me encantaba cuando hacía eso. No podía sino sonreírme. “Oye, que me debes, ¿recuerdas?”

Yo ya había aprendido que ella estaba llena de sorpresas a pesar de su pasado. Ella me trajo más cerca y me besó. Su boca era tan caliente y su lengua entró en mi boca. Sus dedos se metieron en el pelo en mi nuca.

Oí algo en el pasillo y me alejé. 

“Déjame echar un ojazo a Greg,” dije y respiré hondo. 

Me levanté y abrí mi puerta para ver a Greg caminando a mi cuarto. Cerré mi puerta y lo recogí. 

“¿Qué te pasa, amigote?”

Se frotó los ojos y dijo, “Tuve una pesadilla.”

Lo llevé a su cuarto y le dije, “¿Qué tal si me quedo aquí a tu lado hasta que te duermas?”

“Bien,” dijo en una voz dormilona. 

Nos echamos y se acurrucó contra mí. Unos veinte minutos más tarde, se había dormido. Me quedé con él unos cinco minutos más. Me levanté y volví a mi cuarto.

______ estaba sentada al estilo indio cuando entré. 

“¿Todo bien?” preguntó ella cuando cerré la puerta.

“Sí, Greg tuvo una pesadilla así que me eché con él hasta que se durmió.”

“Qué dulce eres,” dijo. Me senté a su lado y asentí con la cabeza. 

“¿Para adónde vamos en esta cita? Necesito saber qué ponerme,” dijo.

Estaba planeando jugar a los bolos y entonces pasearnos por la playa como ya estaríamos cerca. 

“Puedes llevar sandalias, pero trae unos calcetines.”

“¿Qué?”

Le sonreí. “Sólo hazlo.” ______ se cubrió un bostezo y se acostó, trayéndome consigo. Se acurrucó contra mí y apoyó su cabeza sobre mi pecho. 

“Si tienes sueño, debo llevarte a casa.”

“No quiero irme para casa todavía.”

Mis dedos la frotaban la espalda. Con su cuerpo caliente contra el mío, me di cuenta de que no quería que se fuera para casa.

Ella me miró con sus ojos castaños y sus pestañas tan largas. 

“¿En qué piensas?” me preguntó.

“¿Por qué no duermes aquí esta noche? Yo te puedo despertar bastante temprano para llevarte a casa.”

“No sé, Niall.” 

Ella se mordió el labio mientras lo pensaba. Volvió a apoyarse la cabeza en mi pecho.

Por alguna razón, pensé de sus novios. “Oye, antes cuando comíamos helado, parecía que estabas en otro mundo,” comenté.

“Lo estaba,” ella dijo suavemente. ¿Debía preguntarle sobre ello? Ella me contestó la pregunta todavía no hecha. “Estaba pensando de Harry y nuestra rotura.”

“¿Qué pasó?” le pregunté.

Ella suspiró. “No sé. Éramos fantásticos juntos y estábamos enamorados. Mi madre apenas empezaba con sus comentarios y estaba pasando casi todo mi tiempo con él. Entonces un día, después de pasar un día perfecto juntos, él llegó a mi casa y rompió conmigo. Estaba devastada. Después de eso y de que mi madre pasó una semana atacándome con sus comentarios, me di por rendida. Empecé a creer lo que me decía. Quiero decir, tenía que ser la verdad si Harry rompió conmigo. No me lo explicó. Simplemente se fue. Ahora está a la universidad. No he hablado con él desde entonces.”

El hecho de que estaba enamorada de ese hombre me molestaba. ¡Era parte de la razón que se permitió creer lo que le había dicho su madre!

“Pero no importa ahora. Dejamos de hablar de ello.” 

Terminó la conversación con eso y empezó a pasar su dedos por mi estómago, y mi estómago se tensó por la sensación. Después de unos minutos, ya no podía más y le agarré la mano. 

“¿Qué?” se rió.

Entrelacé nuestros dedos y le dije, “Si sigues haciendo eso, definitivamente no te irás a casa.” 

Ella me miró y yo la besé.

Mi mano pasó por su cuerpo hasta que alcanzó sus caderas. La atraje más cerca mientras sus dedos se metieron en mi pelo. Su piel se sentía insoportablemente caliente debajo de su camiseta. De repente paró y me miró. Nuestra respiración era pesada. Me miró por un minuto antes de darse la vuelta para mirar el techo.

Me puse de costado y la miré. 

“¿Qué pasa?”

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora