Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.

-Capitulo 18-

El chico que estaba con las chicas habló antes de que lo pudiera hacer Niall. “Sí, hombre, si no querías venir, podrías habérnoslo dicho. No tenías que mentir.”

“No mentí.” Pero lo hacía. “Claire, ______ está aquí porque quería que lo estuviera.”

“Oh, sé real, Niall.¿ Tuviste un proyecto con ella y ahora pasas tiempo con ella? ¿En serio? No debes pasar tiempo con las personas sólo porque sientes pena por ellas.

“No siento pena por ella. Me gusta pasar tiempo con ella, por eso lo hago.”

“¿Te gusta estar con ella? ¡Por favor! Ella ni siquiera puede mirarte a los ojos, ni mucho menos hablarte.”

En ese momento, Greg salió corriendo del cuarto de recreo para subirse a mi regazo. “______, ¡este es aún más divertido que el de McDonald´s! Y está vacío. ¿Quieres jugar conmigo?”

Sus ojos me rogaban y no podría haber dicho que no si quisiera, pero no quería. Era el escape perfecto. Para gran sorpresa mía, mi voz salió como siempre hacía cuando hablaba con Greg, clara y segura. “Por supuesto. Muéstrame el camino,” dije y él se quitó de mi regazo y yo le di la mano.

Pasamos por la malvada de Claire y sus amigos. Ni siquiera miré para atrás. No podía. En vez de eso, me quité los zapatos y entré en el patio de recreo.

Le seguía a Greg por todos lados, haciéndole cosquillas cuando lo agarraba. Después de unos treinta minutos, oí la voz de Niall tronar por uno de los toboganes. “A ver, muchachos, vámonos.” Greg estaba satisfecho con el tiempo que llevábamos allí y salió por el tobogán rojo. Cansada, lo seguí.

Con mucho cuidado y sin mirar a Niall, me puse los zapatos y salimos. De camino a casa, el sonido de la radio era el único sonido. A Niall le gustaba escuchar la música rock y otras canciones populares de otras clases de música. Cuarenta y cinco minutos más tarde, ya estaba en casa.

Sólo eran las cuatro y Greg quería mostrarle a mi padre su coche. No me importaba, pero estaba cansada de todas las conversaciones de hoy. Aún así, les dije que se quedaran por un rato. Yo planeaba estar callada.

Niall me paró apenas llegada a la puerta. “______, ¿puedo hablar contigo por un segundo?”

Me di la vuelta y me apoyé contra los ladrillos de la casa. Cruzándome de brazos, de repente me parecían interesantes mis zapatos. “Siento como si hubiera hablado todo el día. Estoy cansada de hablar.”

“Sólo quería decir que siento mucho lo que pasó antes con Claire. No sabe de lo que hablaba. Más que nada, estaba celosa.

Eso me atrajo la atención. Estaba confundida.“¿Celosa? ¿De qué?

Los zapatos de Niall entraron en el campo de mi visión. Metió sus dedos debajo de mi barbilla y la levantó. ¿Por qué no paraba de hacer eso? Le fulminé con la mirada, mirándole directamente a sus ojos azules y bonitos. “No de qué. Es de quién. Ella está celosa de ti.”

¿Qué? No hacía ningún sentido y se lo dije.

Él esbozó una sonrisa torcida que me hacía derretir por dentro y dijo, “Me hace mucho sentido. Ella está celosa que prefiero yo pasar tiempo contigo en vez de con ella. Ella me llamó esta mañana, antes de que te llamé a ti, y quería que fuera con ella al cine. No quise irme y Greg estaba enojado porque no podía venir aquí. Por eso, te llamé. Una solución que hizo feliz a todos, pues, a todos menos a Claire.”

Intenté retrocederme más contra la pared, pero fue inútil. Mi voz segura de antes ya se había desaparecido y con ella cualquier gana que tenía de estar con Niall. “Así que estabas conmigo para que no tuvieras que estar con Claire.” Eso. Lo había dicho. Y pensaba que me sentiría mejor después. Por fin haber llegado a la verdad acerca de Niall y su presencia debería haberme hecho sentir mejor, pero no lo hizo.

Por alguna razón que no podía ni empezar a entender, había esperado que alguien además de un niño de siete años quisiera pasar tiempo conmigo. Quería que ese alguien fuera Niall, pero obviamente estaba equivocada. Echándome a un lado y así sacándome de su alcance, entré sin darle la oportunidad de decir nada.

Greg y mi padre estaban en la sala de estar jugando con su coche. No me notaron, y me fui a mi cuarto y cerré la puerta. Oí como se saludaron Niall y mi padre, pero no escuché por mucho tiempo. En vez de eso, saqué mi iPod de mi mochila y me arropé en la cama. Escuchaba a la canción “Monster”, pensando que parecía describirme perfectamente.