☆Capitulo 10☆

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- Laaaa cintura, la cintura que quiero tener, la cintura de Magdy, miren la cinturita de Magdy _invoca a cantos la adulta mientras aprieta su cintura con fuerza y contiene la respiración lo más que puede

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- Laaaa cintura, la cintura que quiero tener, la cintura de Magdy, miren la cinturita de Magdy _invoca a cantos la adulta mientras aprieta su cintura con fuerza y contiene la respiración lo más que puede.

- Perdón _se disculpa Dalia al chocar contra su madrastra, aunque más bien fue ella quien choco contra la menor.

- Hay niña, ¿puedes dejar de ser tan insignificante? _regaña Magdalena viendo com detenimiento a su hijastra_ Oye ven aquí.

- ¿Que pasa? _consulta acercandose_ ¿Señora Magdalena, que hace? _pregunta confundida ante la excesiva examinacion de la que era víctima.

- Mientras a ti te falta, a mi me sobra _se queja soltandola_ ¿Y si te hago un trasplante? No, me sale en un ojo de la cara, ni hablar _se responde a su misma_ ¿Que haces aquí? ¡Fuera, largo! _ordena pasados unos segundos.

- Si, señora _asiente con una reverencia.

- ¿Pero como hago para sacar cintura? _se repite mientras de evalúa en el espejo.

- Hola, cariño _saluda el marido al llegar a casa.

- ¡¿Por que no me dijiste que estaba subiendo de peso, DESGRACIADO?¡ _reclama antes de siquiera decir "hola", muy enojada.

- ¿De que hablas, querida? Si estás perfecta _afirma temiendo por su integridad física.

- No me quieras voltear la tortilla, yo siempre fui la más bonita de la preparatoria _añade casi con fuego en los ojos.

- Bueno, los años no pasan en vano, tuviste hijas y... _habla el marido hasta que es fulminado por una mirada de su mujer.

- ¡Hijas que también son tuyas! _afirma levantando el dedo indice_ claro, Martina heredó toda mi belleza y Mariana... nació sana que es lo importante.

- No exageres, Mariana se parece a mí _se excusa el contrario.

- Por eso _responde viéndolo de pies a cabeza.

- ¿Pero que no hacen yoga, y de más ejercicio? _consulta guardando su saco en el perchero.

- Tú no entiendes, a una mujer se le descuelga todo, mira esta flacidez _afirma refiriéndose a sus brazos.

- Creo que esa reunión te tiene un poquito tensa, mejor no vayas y listo _propone con intensión de calmarla.

- Claro, para que esas pirañas tengan más de que hablar, "No viene por qué está vieja", nunca, yo siempre fui la más hermosa, todos los chicos se peleaban por mí, los mejores partidos estaban a mis pies... pero al final me case contigo _reclama en voz alta.

- La cena esta lista _anuncia Dalia desde la puerta de la habitación

- ¿Que hiciste? _pregunta sin dejar de verse al espejo.

- Pollo frito, patatas y ensalada _responde tranquilamente.

- Tú, tú eres la culpable _regaña tomándola por lo brazos_ Claro, me tenías envidia, huérfana envidiosa, envidiosa y mil veces envidiosa _repite mientras va sacudiendo a la menor.

- No se que habla _se disculpa muy asustada.

- Tú estás preparando comida grasosa para que yo me ponga más vieja, para que se me noten las arrugas, huérfana envidiosa _regaña sin dejar lo suyo.

- Dalia, hiciste el pollo frito y patatas que te pedí, ¿verdad?_pregunta Mariana revelando el peine de todo.

- Si _asiente aun muy nerviosa.

- A mi no me sirvas, tengo que ponérme divina para el miércoles _habla Magdalena poniéndose mil y un cremas en el rostro mientras sigue lloriqueando por no tener la silueta de la preparatoria.

- En 3 días no vas a poder, querida _escuda el marido.

- Pues te informo que cuando yo me propongo algo, lo cumplo _afirma_ Además ahora que me acuerdo, vi en una revista unos métodos muy buenos _finaliza apartando a Dalia para ir a buscar sus revistas.

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Lo Bueno Llega al Final [Jude Sharp × Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora