Querido diario: mi primera vez

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30/05/2013

Créditos al autor (a): Traxsho

No sabría explicar correctamente lo siguiente, pues todo sucedió muy repentinamente. Entramos a mi casa, ignorando que mis padres estuvieran ahí o no y por suerte para nosotros, no estaban. Avanzamos directamente hacia mi cuarto, donde entramos torpemente para yo terminar tendida en la cama.

Instintivamente, baje el cierre de mi polera viendo como él hiso lo mismo bajando el cierre de su chaqueta. Ambos terminando a torso desnudo, aunque yo tenía un sujetador negro el cual cubría mis pechos.

Se inclino hacia mí, sujetándome con ambas manos del rostro, y así besarme. Se apoyo con su rodilla sobre la cama, estando yo sentada en la cama normalmente, sintiendo las manos de él descender lentamente rosando mi piel; así como comenzó a bajar su boca, besando mi cuello, lamiendo y succionando, para morder levemente mi cuello como si fuera una bestia.

Suspire pesado, básicamente inmóvil. Sintiendo la lengua atreves de mi cuello, así como sus manos abordar por el interior de mi sujetador, sujetando y apretando mis pechos con poca delicadeza.

– ¿Habías hecho esto antes? – pregunte. Hablando con un tono de voz frágil, encontrándome completamente vulnerable envuelta en los brazos de él.

– No. – me respondió. Separando apenas un poco su boca de mi piel, mientras yo solo lo observe; viéndolo descender lentamente hasta quedar arrodillado en el suelo.

Lentamente separo mis piernas usando sus dos manos, todo mientras me veía fijamente con esos profundos ojos azules, acompañados de una pequeña sonrisa. Para luego deslizar sutilmente sus manos por mis muslos, y así llegar hasta mi cintura, y así desabrochar los tirantes rosados que colgaban de mi cuerpo.

– Parece como si supieras lo que haces. – susurre. La verdad era esa, él había actuado repentinamente de una forma dominante conmigo; dejando de lado esa actitud serena, gentil, amistosa y tranquila que él siempre ha tenido conmigo.

– Nunca lo he hecho antes, pero creo saber lo necesario... recuerda que leí muchas veces los escritos del viejo pervertido. – me respondió. Y su argumento era más que valido, aceptable y razonable. – Y de paso, el viejo muchas veces dijo "pasarme sus enseñanzas". – reafirmo su argumento.

Dicho eso, metió sus dedos al interior de mi pantalón por el borde en mi cintura, para sí comenzar a deslizar lentamente hacia abajo los negros shorts que yo vestía. Yo solo reaccione cubriendo mi rostro con mis manos, estando bastante roja de la vergüenza, abriendo el espacio suficiente en mis dedos para asomar mis ojos.

– Te ves muy sonrojada. – susurro. Mientras terminaba de bajar mis shorts negros. Yo ayude levantando un poco mis pies, para despojarme por completo de esa prenda a la cual él lanzo lejos.

– Es solo que... nunca he hecho algo como esto – respondí con el mismo tono de voz frágil, como el de una chiquilla frente a un lobo feroz. Era en verdad demasiado vergonzoso, verme en casi su totalidad desnuda frente a los ojos de un hombre.

Él solo sonrió, para luego repetir el acto y subir sus manos hasta mi cintura y sujetar con sus dedos suavemente mi ropa interior, para bajarlos nuevamente hasta quitarme dicha prenda y lanzarla por ahí lejos.

– Joder. – solté con un pequeño murmuro acompañado de un pequeño suspiro, jadeando levemente. Ahora si estando plenamente desnuda.

Gruñí, cerrando mis ojos con fuerza así como apreté mis manos y mi cuerpo se puso rígido. Sintiendo la húmeda lengua de él rosar lentamente contra mi entrepierna, estremeciendo por completo mi cuerpo como si fuera un shock de corriente la cual golpeo mi cuerpo.

Gemí suavemente, jadeando y respirando agitadamente; sintiendo sus manos sujetar mis piernas para apoyarlas en sus hombros, y hundir su lengua contra aquella intima zona. Yo solo suspire largo, gimiendo cada vez más fuerte, para soltar una especie de grito mescla de dolor y placer al sentir una pequeña mordida.

– Cuidado ahí... –
hable con dificultad, teniendo la respiración agitada; con un tono de voz chillante. – es un lugar sensible. – susurre. Para luego suspirar largo, sintiendo las continuas caricias de parte de él.

Los latidos de mi corazón comenzaron a acelerarse, aumentando demasiado su ritmo. Sentía como si en cualquier momento saldría expulsado de mi pecho. Sin saber porque, pero solo lo hice; sujetando a él con mis manos de sus rubios cabellos desordenados, apretando estos, arqueando mi espalda para gruñir fuerte para escupir un gran gemido.

– Dios... – solté. Sin saber qué pronunciar, soltando un pesado suspiro, soltando mi cuerpo. Llegando al clímax. – Eso fue... nuevo – sonreí levemente, respirando agitadamente.

– Bésame – susurro levantándose. Viéndome con una pequeña sonrisa en su rostro, mientras yo recuperaba el ritmo de respiración.

Yo solo acate aquella orden, para alargar mi cuello y besar su boca. Un largo beso, extendido debido a las manos de este quien sujeto mi rostro y me arrincono contra la cama. Acomodándose encima de mí, encontrándome yo tendida en la cama y este arrodillado sobre mí, con sus piernas abiertas "montándome".

Me observaba fijamente, viendo con esos profundos ojos a mí, mudo; desabrochando su pantalón para quitarse estos, así hasta terminar desnudo al igual que yo.

– ¿Lista? – susurro a mi oído. Yo solo asentí, dejándome llevar por él, el cual dominaba por completo la situación.

– Si. – respondí vergonzosamente.

Viendo como él separo con delicadeza mis piernas, acomodándose entre estas, inclinándose hacia adelante para apoyar su frente con la mía; robándome un pequeño beso para luego dedicarme una sonrisa.

– Voy a hacerlo. –
susurro. Me sujeto con delicadeza con una mano del rostro, para luego besarme, y después empujar su cadera hacia mí.

Yo solo reaccione soltando un agudo quejido, comprimiendo mi cuerpo sin saber por qué, moviéndose mi cuerpo involuntariamente al sentir aquella nueva sensación. Sentí un pulsante dolor en mi entrepierna, sintiéndolo entrar lentamente en mi. Era nuevo, una sensación nunca antes experimentada por mi y muy difícil de explicar con simples palabras.

Él jadeaba, gruñendo ronco, ruidos bastante masculinos y provocativos para mí. Sintiendo la respiración acelerada de su parte, no más que la mía, estando yo quizás aun más agitada que él.

Solo podía abrazarlo, aferrándome con fuerza a su cuerpo con mis brazos y piernas, enrollando mis piernas la cadera de este; mientras él solo daba duras envestidas contra mí, moviendo su cadera con fuerza de adelante hacia atrás. Todo mientras nos besábamos salvajemente, desenfrenadamente y sin control, como si fuéramos dos bestias ajenas a conciencia y a razón. Como dos animales, con nuestros instintos salvajes más despiertos que nunca. Con nuestros cuerpos sudados, desnudos, bajo el brillo de la luz de la luna que se colaba por la ventana, fundidos el uno con el otro.

– ¡Naruto! – exclame fuertemente. Frunciendo el seño, sintiendo los fuertes choques de su cuerpo contra el mío. Clavando mis uñas en su cuerpo, mientras sujetaba con una mano los rubios cabellos de este.

– ¡Sakura! – gruño él. Para así dar el último choque, gruñendo ronco.

Congelándose quedando inmóvil, al igual que yo, ambos quietos en la cama. Respirando agitadamente, completamente bañados en sudor, con nuestras cabelleras un tanto mojadas por lo mismo. Yo quedando tendida en la cama con cero energías en mi cuerpo, él en forma similar pero usando sus brazos como pilares de apoyo para evitar caer sobre mí.

– No sabía que esto era... tan agotador... y bueno. – hable, con voz entrecortada dando pequeñas pausas para poder respirar. Intentando retomar el ritmo al respirar.

– Tu cuerpo es magnífico. – susurro él, directamente. Yo solo reaccione a sonrojarme, aun mas de lo que estaba pero por el calor y el esfuerzo hecho. – definitivamente... debemos hacer esto de nuevo. ¿Qué dices? – volvió a susurrar. Hablándome al oído, provocativamente.

– ¿Es una propuesta? ¿O una pregunta?

– Ambas. –
me respondió sonriendo. – no quiero separarme más de ti... quiero que este cuerpo sea solo mío, y de nadie más. Solo yo tocarlo, besarlo, olerlo, morderlo. – narro cada acción luego de llevar a cabo esta.

– ¿Es una especie de proposición?

– Si. –
respondió. Besándome en los labios, para moverse y quedar recostado en la cama a un lado de mi. – ¿quieres ser mi...?

– ¡¿Eh?!


Esa pequeña exclamación llamo nuestra atención, interrumpió a Naruto y se gano nuestra atención. Volteando ambos a ver hacia la puerta de mi cuarto, donde ambos pudimos ver a una mujer. Si. Era mi madre.

– ¡Par de críos! – grito.

– ¡No, mamá! – grite yo. Viendo a esta abalanzarse encima de nosotros, ambos cansados y tendidos desnudos sobre mi cama.

– ¡Señora Haruno! – reacciono Naruto levantándose, cubriéndose con sus manos.

– ¡Mocosos degenerados, pervertidos, inmorales, sexuales!

Y de esa forma, mi madre interrumpió lo que era hasta ese momento una hermosa y perfecta noche romántica, salvaje sí, pero romántica y muy buena. A final de cuentas, toda la villa se entero que la joven Haruno había perdido su pureza y castidad a manos del desordenado héroe de la villa; pues mi madre se encargo de dejarlo claro mientras persiguió por horas a Naruto -desnudo- por la aldea, gritando "¡Ella era pura!" o "¡Son un par de degenerados!" y lo peor "¡Sakura era una niña inocente, y tú la pervertiste, degenerado!".

Pero a finales de cuentas, si borramos esa parte vergonzosa donde mi madre nos interrumpió. Esa fue una magnifica noche con él, el chico que amo.

FIN

One-Shots NS [Parte I][Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora