Créditos al autor (a): Uno
El sol brillaba, con un poco de viento golpeando, en realidad un perfecto clima cálido y fresco. Allí estaba Sakura, caminando por las calles de Konoha con Naruto entre sus brazos. Naruto únicamente tenía un pañal y su chaqueta naranja enrollando su cuerpo semidesnudo, él jugaba con sus manos y pataleaba ligeramente el estomago de ella.
--¿Y que se supone que haga contigo?—Se preguntó Sakura en un susurro suave--. ¿Qué debo comprarte?, la Hokage me dio dinero pero... ¿Qué hago con él?
Ella se sentía un poco desconfiada y preocupada... Naruto tendría entre los dos y tres años máximo, incluso, no sabía caminar o argumentar siquiera una palabra. Solo babeaba y jugaba con su cabello, sin mencionar las risas que daba cada vez que ella le miraba fijamente. En otras palabras, Naruto era tiernamente expresivo y cariñoso...
--Supongo que lo primero seria... ¿Buscarte ropa?—Sakura miró a Naruto, buscando la respuesta en sus ojos o algo parecido--. Pañales, creo que talco... Y ropa. ¡Si eso!
Entonces, se dirigió a la tienda más cercada de bebé... Una entre la parte centro de la aldea. De puertas de cristal con dibujos infantiles en el exterior. Aquel lugar tenía las características perfectas que al final convencieron a Sakura de entrar a comprar, aunque realmente no tenía ni la menor idea sobre que comprar...
Muy grande y espaciosa, con cientos de pasillos a lo largo y muchas prendas de vestir diminutas. Había zapatitos de tela y otros más duros, trajes, baberos, playeras y todo tipo de cosas que ella no se imagino, incluso había ropa para adultos, en especial mujeres embarazadas: Playeras grandes y largas. Biberones y muñecos de felpa coloridos. Por un momento Sakura se sintió embriagada en talco de bebé y aroma a leche...
--Mala idea—Se dijo así misma buscando la salida--. Mejor que venga Ino y...
--¡Bueno días señorita!
Una mujer delgada, un poco joven, se colocó frente a Sakura y le dedicó una sonrisa grande, radiante y cordial, con las manos sobre su estomago.
--¿Buscaba algo en especial?—Le dijo la mujer a ella--. Ropa, utensilio o decorados... Tenemos...--La mujer miró a Naruto, pequeño entre los brazos de Sakura, lamiendo su dedo gordo y observándola con los ojos bien abiertos--. ¡Oh que adorable bebé! ¿Es tu hijo? Oh... Eres muy joven... ¿Bebé no planeado?
--¡No!—Sakura se sonrojo--. Y-Yo, no él no es mi hij...
--¡No te preocupes, querida! al parecer eres madre primeriza ¿No es así?—La mujer le sonrió--. Te ayudare, mi nombre es Haru.
--Gracias pero N-Naruto no es mí...
--¿Se llama Naruto?—Preguntó la mujer mirando al bebé--. ¿Cómo el ninja de la aldea?
Sakura soltó un suspiro y aclaró su garganta para decirle la verdad a la mujer ¡Aclarar que él era Naruto y no su hijo!, pero ella no pudo hablar, al ver la mirada atónita de la mujer, la cual miró al bebé y la miró a ella... Asombrada.
--No puede ser... --Dijo Haru asombrada--. Se llama Naruto, es tu hijo y se parece mucho al gran ninja Naruto... Entonces él es...--La mujer miró a Sakura--. ¡Es hijo tuyo y de Naruto! ¡Vaya qué emoción! ¿Están casados Naruto y tú? ¿Y ya tiene un hijo? son muy jóvenes, pero igual es hermoso. ¡Tranquila, tranquila yo te ayudo en todo!
-Pero él no es mí...
--Querida, te ayudare—Dijo Haru interrumpiéndola--. ¿Cómo te gustaría que se viera tú hijo?
Haru se dio media vuelta... Y comenzó a hablar de cómo era cuidar a un bebé, igual de su primer bebé ya hace siete años atrás. Sakura soltó un gran suspiro y guardo silencio... Después de todo, al parecer no podía contradecir a esa chica.
--¡Ropa! ¡Ropa!—Gritó Haru muy emocionada--. A toda madre le gusta vestir a su pequeño, y eso se vuelve una adicción ¿Sabias?
Sakura rodó los ojos... ¿Cómo podía ser una adicción vestir a un bebé?, era como vestir a un muñeco. Una camisa cualquiera y una pantalones igual y ya. Sin duda, eso de las madres era muy loco y raro... Entonces Haru la llevó a un gran pasillo, muy largo y lleno de ropa para bebés... Para varones en realidad. Sakura miró cada prenda y bufo. ¡Cualquier cosa le quedaría a Naruto! ¿Por qué alarmarse tanto por tanta ropa?, al final tomó cualquier camisa y pantalones que parecía quedarle.
--¡No, no, no! esos pantalones son para bebes de un años... ¿Cuánto tiempo tiene el tuyo?—Haru la miro.
--¿Cuántos años?, bueno yo no...--Sakura miró a Naruto--. Supongo que dos... ¿Por qué? ¿A caso importa?
--¡Oh querida! necesitas mucho por aprender.
Haru negó un poco, acto seguido, tomó un trajecito de vaquero de la repisa de arriba y se lo entregó a Sakura tras decir "Ten, pónselo. Ahora regreso". Sakura afirmó y entró al vestidor para bebés. Un cuarto pequeño con repisa para acostar al bebe y un gigantesco espejo.
Le colocó la ropa, con el conjunto de sombrero y botas en sus diminutos pies. Naruto realmente no se movía mucho, parecía dejarse agarrar por Sakura en cualquier momento, cosa que agradeció Sakura.
--Oh... --Sakura alzó con sus manos a Naruto y lo miró con el traje--. Naruto... ¡Te vez tan tierno! ¡Vaya! jamás imagine que verte así me diera ternura...
Y entonces, miró a su derecha... Un pasillo lleno de trajes: Conejo, árbol, dinosaurio, Ambu, Hokage, elefante y un sin fin de vestimentas para bebés... Sakura soltó una risita traviesa y corrió con Naruto entre sus manos.
--¡Creo que te verías lindo de conejo!—Dijo Sakura tomando un traje de cada uno...
Haru se dirigió a la sala de toallitas y talco. Escogió dos biberones, un paquete de chupones, dos cajas de toallitas húmedas y tres paquetes de pañales, junto con dos peluches, una manta y otros objetos que seguramente su cliente necesitaría como madre primeriza. Acto seguido, regresó a el pasillo donde estaba Sakura. Y formó una sonrisa, cuando la vio con cientos de vestimentas en la mano y al bebé con un traje de zorro naranja.
--Te lo dije—Dijo Haru--. Toda madre se emociona con la ropa...
--¿He?—Sakura miró a Haru y se sonrojo--. Bueno es que yo... es que ¡Naruto tiene la culpa por ser tan tierno!—Ella regresó a ver a Naruto y a mirarlo emocionada--. ¡Mira le queda hermoso el traje de Kurama!
Haru sonrió y ladeo la cabeza.
--Si querida, un bebé es realmente hermoso... Pero hay que seguir—Haru giró los talones--. Por cierto ¿Con cuanto presupuesto contamos?
¿Dinero?, Sakura pensó por un momento... ¿Cuánto podía gastar en Naruto?, realmente la Hokage le había dado un cheque indefinido, para cubrir todas las necesidades de Naruto... Y bueno, para Sakura, vestir de zorro, de conejo, de Ambu bebé, eran una necesidad. O al menos, ya era una necesidad.
--¡No se preocupe! todo sea por que mi pequeño Naruto vista bien...--Dijo Sakura sonriendo.
--Perfecto, ¿Ya eligió los traes que desea llevar?
Ella afirmó, enseñándole una canasta llena de trajes, de varios colores y formas.
--Muy bien—Agregó Haru--. Por qué ahora vamos al área de zapatos...Después al de comida y terminaremos con el área de limpieza...
De repente, Naruto jaló el cabello de Sakura, llamando su atención inmediatamente. El pequeño movió sus manos y arrugó sus labios en un puchero suplicante, y rápidamente sus ojos se llenaron de lágrimas. Y comenzó a llorar
--¿Q-Que le pasa?—Preguntó Sakura desconcertada--. ¿P-Por qué llora?
--Tal vez tenga espasmos... --Susurró Haru deteniéndose.
Sakura arrulló a Naruto, lo movió de un lado a otro y dio brinquitos para hacerlo reír, pero Naruto solo arrugaba los labios y llenaba sus ojos en lágrimas para derramarlas y hacer ruiditos.
--Ah... –Haru pensó durante algunos segundos--. Tal vez este sucio...
--¿Sucio? ¿Cómo, que sucio?
--El pañal, tal vez hay que cambiarlo...
--¿Cambiarlo? ¿Ósea quitarle el pañal?... ¡Oh no, no, no! ¡No cambiare a Naruto!
--Tranquila—Haru le sonrió--. Es normal, los bebés hacen mucho. Ahora álzalo y huele el pañal, si apesta es que hay que cambiarlo.
Sakura tragó saliva, temblorosa y sonrojada... ¿Por qué tenía que oler tales cosas? ¡No tenía necesitada!, no era su hijo, no era su responsabilidad... Sin embargo, de alguna manera le partía el corazón escuchar a Naruto llorar, verlo tan pequeño, sus ojos azules llenos de lagrimas. Y fue cuando supo, que no podía dejarlo así.
--¡Bien bien!—Gritó temerosa--. ¿Cómo se supone que lo tengo que oler?
--Solo huele su pañal.
Sakura tomó un respiro de aire limpio y fresco, y alzo a Naruto hasta dejar su pañal frente a su rostro. "Todo sea por Naruto, por que no llore" se dijo mentalmente convenciéndose de que tenía que hacerlo. Finalmente, pego su nariz al pañal y respiró profundamente....
--Si huele mal, hay que cambiarlo.
--Huele ah... --Ella abrió los ojos y separó a Naruto de su nariz--. A leche... ¿Eso qué significa?
Haru frunció el ceño ligeramente, y miró a Naruto durante unos segundos analizando al bebé... ¿Por qué lloraba?, no estaba sucio, no eran espasmos... ¿Entonces qué era? Naruto golpeo un poco, y seco sus lagrimas con sus puños cerrados, para así sobarse el estomago y seguir mirando a Sakura escurriendo lagrimas.
--¡Ya sé!—Gritó Haru sonriendo--. ¡Claro, claro! era obvio...
--¿Qué? ¿Qué tiene Naruto?
--El bebé quiere pecho, querida.
--¡¿QUEEE!?
Sakura abrió los ojos a la par y se sonrojo completamente... La voz se le cortó.
--El bebé tiene hambre—Argumento Haru--. Quiere tomar leche de tu pecho, es eso. Llora por hambre ¿Hace cuanto no lo alimentas?
--P-Pecho... --Tartamudeo Sakura atónita--. ¿N-Naruto quiere qué...? p-pero yo...
--¡Oh, tranquila!—Haru le sonrió plácidamente, mientras se acercaba--. Que no te de pena, todas aquí somos mujeres y todas somos madres, acostumbradas a eso.
--¡No, no, no!—Dijo Sakura alejándose--. Yo no puedo...
--Te ayudare, solo tienes que descubrirte un poco—Haru alcanzó a Sakura y bajo un poco el cierre de su blusa--. Te pondré una manta para que ningún hombre te vea, querida.
Sakura se alejó aterrada ¡Sonrojada! y atónita, mientras Naruto se aferraba a su blusa llorando y sobando su pansa por arriba del traje. Haru la miró desconcertada, borrando su sonrisa.
--Con la manta cubriendo tu cuerpo nadie te vera—Le dijo Haru--.El bebé tiene hambre, necesita pecho de su madre, querida.
--Y-Yo... Mire, lo que sucede es que yo... ¿N-No hay otra manera? es que...
Haru la miró, después soltó un suspiro y dijo con calma:
--No hay nada mejor que la leche materna, pero puede darle en polvo.
--¡En polvo es perfecta!—Gritó Sakura como una salida viable--. ¿Cómo la preparo o qué? es que yo... Yo no puedo darle pecho p-porque yo...
--Oh ya entiendo—Susurró Haru--. ¿Está peleada con su esposo?, un disgusto causa que la leche se corte ¿Es eso?
Sakura se quedo helada... Completamente helada, con los ojos en blanco. Ya nada podía ser peor para ella...
--Bien, puede comprar un poco de leche en polvo y dársela por el momento—Haru tomó los hombros de Sakura y la llevó a la puerta de salida--. Agregaré todo a su cuenta, mañana por la mañana lo que compró estará en su domicilio, ahora le recomiendo que vaya y le prepare leche en polvo a su hijo. Adiós y gracias por su compra.
Sakura salía de la tienda maternal... ¡Atónita y con Naruto aun llorando en sus brazos!, con una bolsa de compra en la mano y un recibo de pago. Los chillidos suplicantes de Naruto la sacaron de su trance, para regresarla a la realidad. Tenía que darle de comer a Naruto.
--¡Oh dios!—Bufó tomando aire--. ¿Qué se supone que comer, Naruto? ¿Ramen? ¡Por qué ni creas que te daré pecho! y-yo... Y-Yo no puedo, Baka.
Naruto secó sus lagrimas y extendió sus manos llamando a Sakura y mirándola suplicante. En eso, ella entendió que en verdad tenía hambre ¡Y tenía que hacer lo posible! ¿Qué se supone que debería hacer?, ella miró a su alrededor, cada aldeano pasaba caminando a toda prisa, había tienda tras tienda ¡Pero nada que le sirviera! , y entonces a lo lejos, vio una pequeña tienda, acogedora de bebidas. Sakura salió corriendo y compro lo primero que vio para meter el liquido sobre la mamila que acababa de comprar.
Naruto tomó la mamila entre sus manos y la metió a su boca succionando y parando de llorar. Sakura dio un respiro profundo y se dirigió al parque más cercano donde dejo caer su cuerpo en una banca.
--¡Oh Naruto!—Dijo con un poco más de tranquilidad--. ¡Eres un Baka problemático! ¿Un bebé? ¡Ahora resulta que soy tu madre! y a la vez esposa...
Ella miró a Naruto, quien entrecerraba los ojos, quedándose dormido poco a poco. Sakura sonrió tiernamente, gravando esa imagen que nunca en la vida olvidaría. Pues Naruto entre sus brazos, con una mamila entre las manos y un traje de zorro esponjoso y suave.
--Un bebé, y un esposo—Susurró Sakura arrullándolo.