¿Un bebe? [5/6]

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Créditos al autor (a): Uno

Ella sentía que el aire de faltaba por unos segundos, como si todo se hubiera escapado por la ventana cerrada. Tsunade la miraba directamente a los ojos, claros y seguros, con una mirada áspera y dudosa ¿A caso pensaba lo que ella misma pensaba?

¿Pero en que pensaba ella?

Huir. Huir lo más lejos con Naruto en brazos. Él, en tan poco tiempo había sacado lo más tierno de ella. Ella le había cambiado los pañales, lo había arrullado cada noche susurrándole una melodía suave, mientras él la escuchaba y la miraba con sus enormes ojos azules, le había dado de comer papilla ¡Sus brazos se había fortalecido a causa de las tantas horas en cargarlo! ¿Cómo iba a dejarlo ir tan rápido? Naruto ahora era suyo, era como si de verdad fuera suyo... Incluso, a veces se imaginaba que lo era, un hijo de ella y Naruto no sonaba tan mal en sus dulces pensamientos nocturnos. Todas las noches, antes de dormir.

--Sakura... --Tsunade llamó, con suave voz devolviéndola de sus profundos pensamientos---. ¿Me entregas a Naruto? necesitamos comenzar las pruebas.

¿Qué debía hacer?... Sakura regresó rápidamente su mirada a Naruto. Completamente dormido, sus parpados suaves y sus manos colgando, tan despreocupado, tan seguro de que ella lo mantendría calientito y seguro de todo. Después miró a Sasuke, su mejilla morada hinchada igual que su ojo izquierdo, tal vez algunas costillas rotas y no dudaría los varios moretones sobre su blanca piel, se lo había ganado a pulso. Él no la miraba, solo recargaba su peso sobre la pared y cerraba los ojos.

--¿Sakura? ¿Me estás escuchando? Mira, te ves cansada tal vez...
--No—Dijo Sakura, tan firme como pudo en un tono irreconocible de seguridad--. No le daré a Naruto.
--Sakura, pero...
--¡No quiero! ¡No quiero!, no puedo... Él es... Mi bebé.

Y sin decir otra palabra o permitirle a Tsunade hablar, Sakura salió de la habitación como un rayo, corriendo a grandes pasos lo más lejos posible. Seguramente Tsunade la mandaría a buscar, seguramente la encontrarían y se lo quitarían... Pero valía la pena por unos minutos más con esa tierna criatura en sus brazos. Con Naruto.

Llegó al bosque, de árboles frondosos y altos. Ya estaba anocheciendo, y eso realmente no importaba. No para ella. Rápidamente se recostó entre las raíces de un gran árbol y miró al pequeño Naruto, quien ya había despertado ante su repentina huida de la torre Hokage. Él la miraba, dudoso, curiosos especialmente, como si con su mirada le dijera "¿Qué pasó?", y ella, con una tierna sonrisa y un profundo beso en la mejilla le contestó "Nada, nada..."

Naruto emboscó una sonrisa, junto con un gritillo inocente y lleno de ternura, mientras mandaba su mano enroscada en un puño suave, la cual, se metió en la boca para babearla y mover sus pies hacia Sakura. Su mano libre, se movió hacía ella y la tomo de un dedo.

Su pequeña mano apenas pudo agarrar su dedo índice.

El corazón de Sakura se encogió y se llenó de ternura...

--¡Naruto!—Gruñó la pelirosa, girando su cabeza y mirándolo--. ¿Por qué eres tan tierno como un bebé? aunque... Cuan eres grande, eres un poco tierno también...

Una vez más, sus pensamientos la llamaron a la culpa. ¡No podía quitarle la vida a Naruto!, sonaba exagerado, pero el hecho de no dejarle volver a su normalidad era arrebatarle su vida para darle una nueva, en un cuerpo pequeño, a su lado. Amaba a ese bebé, vaya que sí. No podía imaginarse un mañana sin tener que cargarlo, pero ese llevaba a un futuro más frio y triste.

Tener a ese bebé, era perder a Naruto...

Ese chico tonto, divertido pero extrañamente cálido. Ese rubio Come-Ramen, de ojos azules, sinceros e iluminados, que la miraban siempre con una hermosa y grande sonrisa, su aroma varonil y embriagador que últimamente trasmitía cada vez que se acercaba a ella. Esa altura y voz, tan llena de vida que con solo mirarlo la llenaba de ese vacío. A su lado, no necesitaba más... Ella estaba segura que no necesitaba nada más y tampoco podía evitar, que lo extrañaba como nunca.

La noche anterior, se había imaginado a Naruto a su lado, sonriéndole y abrazándola por los hombros, tan cálido y suave, tan divertido y radiante, y entre los brazos de ella, un bebé. Ese mismo instante sonó tonto, incluso se había reído ante su vergonzoso pensamiento, los rumores entre los habitantes de Konoha sin duda alguna le había llenado la cabeza de fantasía, pero ahora... Por alguna extraña razón, lo deseaba. Deseaba que aquello no solo fuera un pensamiento entre las noches.

Deseaba un bebé.

Deseaba una familia.

Deseaba a Naruto...

Y no por tener un bebé... No lo sentía apenas hace unos minutos, eso ya llevaba tiempo, mucho tiempo oculto como un ratón o como una delicada flama de fuego que en cualquier momento se alzaría a iluminar su corazón ¿Pero cuando se había dando cuenta de aquello?, no lo sabía... pero en sus labios la palabra desea sonaba como algo totalmente fuera de lugar, algo tan grande e inexistente para ella. Ya una vez, hace mucho años había creído en el amor, ¿Y ahora? ¿Podía creer en ello?

No estaba segura de nada, más que extrañaba tremendamente a Naruto, ya se imaginaba lo que le diría si estuviera con ella. Porque en ese momento solo él podía estar con ella, solo él seria tu cómplice ante todo.

--¿Y si no lo quedamos, Sakura-chan?—Le diría, con su tono tan alegre y tan suplicante--. ¡Prometo yo limpiarle los pañales, si quieres!

Sakura soltó una carcajada ante el pensamiento...

Extrañaba a Naruto... ¡Lo quería ya y ahora!

Entonces, entre las yerbas, un ligero sonido llamó su atención, tan suave que era imperceptible para cualquiera. Pero ella ya tenía sentidos de madre, detecta cualquier anomalía a su alrededor. Sakura se tensó y uso su cuerpo a punto de matar a cualquiera que se acercara tanto para asustarla, y de repente, en un salto feroz...Ino saltó a su lado.

--¡Frentona cara de chango!—Le dijo la rubia, con una grande sonrisa en los labios.
--¡Por Kami!—Musitó en voz muy alta, abriendo los ojos y lanzándole un kunai al revés únicamente para golpearla, no cortarla--. ¡Maldita Cerda! ¡Casi te mato!
--¿Casi?, querida, no me matarías ni atada de manos... Esta belleza es inmortal.
--Como digas, me asústate—Susurró regresando a su lugar y sujetando a Naruto--. Pudiste hacer llorar a Naruto.
--¡Nah!, Naruto es valiente.

Ino en un brinco veloz se tiró a un lado de Sakura, mirando los árboles y el cielo oscurecerse lentamente. Sakura no tenía ni idea de que rayos hacía allí, pero suponía que era convencerla. Aunque de cualquier manera, ya había tomado una decisión.

--Sabes... --Ino la miró--. Tsunade me comentó que ya hay cura para Naruto...
--Lo sé, iba a darle a Naruto ahora mismo. Entonces llegó un monstruo horrible.
--Tal vez era un espejo... --Ino sonrió--. Naruto es una ternura de bebé... ¿Por qué no lo dejamos así?, podría ser su madre y yo su tía Ino y...
--No me gustaría—Sakura se aterró ante aquel pensamiento.

Sonaba bien quedárselo, cuidarlo... ¡Sus primero pasos! ¡Cuando le diga mamá!, pero... No era nada perfecto, para nada. Naruto dejaría de existir en su vida, como su mejor amigo, incluso, como un hombre para convertirse en su pequeño, aquel que crecería y conocería a chicas de su edad... Se enamoraría de chicas de su edad... Se casaría con una chica de su edad...

Y ella solo quedaría como la gran madre ficticia.

--¡No!—Agregó en un grito--. ¡Definitivamente no quiero eso!
--¿Por qué?, no es como que lo extrañes... ¿O sí?, Naruto es tú mejor amigo, así que... ¿Qué más da?
--No quiero... --Las mejillas le comenzaron a arder--. Naruto es mi amigo, sí, y así lo quiero... ¿Me entiendes?, es que como bebé no podríamos, ya sabes... No me comprendería, además ¿Con quién hablaría?, bueno no solo por eso, también es divertido, y como bebé crecerá y conocerá ya sabes, chicas y yo...
--¡Oh por dios!—Gritó Ino asombrada.

Sakura la miró, con desdén alusivo y eufórico.

--No es lo que piensas Ino...
--¡No lo puedo creer! ¡Oh por dios!
--¡N-No Ino!, ¡No es que esté enamorada de Naruto!

El rostro de Ino cambio completamente de expresión.

--¿Enamorada?—Preguntó la rubia--. Yo hablaba de Naruto...Está gateando... ¿Enamorada? ¿Estás enamorada?...
--¿Eh? ¿Naruto gatea?... ¡Oh que maravilla!
--Sakura Haruno, no te hagas la tonta.
--¿Sabes qué?, no tenemos nada más que hablar, solo quiero ir a la oficina de Tsunade y entregarle a Naruto para que lo regrese a su estado normal.

Sakura se levantó en un brinco y nerviosamente, se despidió de su amiga para tomar a Naruto, quien efectivamente, gateaba hacía otro lado sobre el césped del bosque silvestre.

Una suave sonrisa curvó sus labios, sin duda, lo que estaba a punto de hacer iba contra su propio deseo de mantener a Naruto como el pequeño que era. Pero, tal vez ganaría otras mejor...

Solo tal vez...

Tal vez.

Finalmente, cuando la noche llegó a Konoha nublando el cielo en una hermosa lluvia de estrellas, Sakura llegó a la torre Hokage. Al entrar con un suave toque en la puerta de madera, Tsunade se encontraba sobre el escritorio, escribiendo algunos artículos o bebiendo, Sakura no lo supo, pues al verla, guardo todo a tanta velocidad, que a penas y diviso un papel.

--¡Vaya! regresaste... ¿Qué te motivó?
--Lo siento, Tsunade-sama, es solo que Naruto...--Sakura apagó sus palabras, al mirar al bebé--. Olvídelo... ¿Por qué tan tranquila? ¿Estaba segura de que regresaría?
--Si
--¿Sí?

Tsunade formó una vaga sonrisa, y se levantó en un suave movimiento. La mujer rubia camino unos cuantos pasos y se encaminó hacía Sakura. Cuando llegó a su lado, miró a Naruto y tomó su piernita.

--Algo me decía que no quería a Naruto como un bebé para siempre...

Y en un acto veloz, inyectó una jeringa en la pierna de Naruto, tan rápido, que Sakura apenas dio un grito suave y vago.

--¡¿Qué es eso?!—Dijo asombrada la pelirosa--. ¿He?
--¡Es la cura!, no sé si funcione, tal vez lo vuelva un anciano... Pero según mis cálculos debe devolverlo a su edad. Aunque, no te molestaría cambiar pañales de un anciano ¿O no Sakura?
--¡Tsunade-Sama!...
--Tranquila, funcionara, tal vez en unas horas. No lo sé, llévalo a su casa y déjalo, para mañana será otra vez el mismo Naruto.

Ella suspiró.

--¿Dejarlo?—Preguntó Sakura.
--Sí, ve a su casa, y déjalo adentro. Probablemente no recuerde nada. Para mañana será el mismo y listo.

No muy convencida, Sakura presionó a Naruto en sus brazos y salió de la torre Hokage rápidamente. Solo le quedaban horas, por lo que recordaba, al día de mañana Naruto será de nuevo, Naruto. Y eso la ponía un poco triste...

En poco tiempo, menos de lo que esperaba, ya estaba en la casa de Naruto, tan apagada y fría con un poco de polvo ante el tiempo desocupado. La ventana, como casi siempre, estaba abierta, en un brinco Sakura entró y miró el interior, mientras Naruto jugaba con sus cabellos, metiéndoselos a la boca y encerándolo entre sus diminutos dedos. Estaba frio y apagado, ella lo puso un poco más vivo y limpio un poco, para que cuando Naruto despertara, sintiera que el tiempo no había pasado y que todo era normal.

¿Será que no recuerde nada?, Sakura deseaba que sí, tal vez así, sus sentimientos seria menos difíciles de expresar, o tal vez podría burlarse de algunas cosas. Con él, siempre con él.

Limpia. Despídete. Déjalo. Duerme. Y temprano ve a visitarlo.

Su plan era perfecto, sin muchos problemas, para mañana ya todo estaría resuelto... ¿O tal vez no?, aun la duda de la vejes la dominaba, pero nada que Tsunade no pudiera arreglar.

Limpia. Despídete. Déjalo. Duerme. Y temprano ve a visitarlo.

¡No, no! no era difícil... Sakura depositó al rubio pequeño sobre la cama limpia y dejo un último, suave y profundo beso, en la mejilla, después se giró en dirección a la puerta de salida. Marcharse y seria todo...

Limpia. Despídete. Déjalo. Duerme. Y temprano ve a visitarlo.

Entonces lo vio en el marco de la puerta... Su cabeza ladeada, sus ojos grandes y azules y suplicantes con un gesto diciéndole "No me dejes", entonces, cuando Naruto alzó sus bracitos y sus manitas moviéndola hacía él, como si le dijera que regresara a su lado, todo el plan se derrumbó.

A la mierda el plan... No perdería ni un solo segundo a su lado. Rápidamente, Sakura giró y cerró la puerta en un portazo para tomar a Naruto en sus brazos y darle una lluvia de besos por todo su rostro, mientras el pequeño reía y movía las manos jugueteando con el rostro de ella.

Sin darse cuenta, Sakura jugó con él hasta quedar profundamente cansada, y por lo tanto, quedarse profundamente dormida, con Naruto en sus brazos, sobre su cama, acurrucada en la calidez de él...

Y así pasó toda la noche... Incluso, cuando Naruto regresó a la normalidad.
...
Él despertó... ¡Vaya día! estaba soleado y frio, perfecto, por alguna extraña razón, se sentía libre, ¡Oh si!, muy libre y calientito... Para cuando Naruto alzó su cabeza, se encontró con la sorpresa de su vida... ¡De su vida! Él...

Él estaba completamente desnudo. Y junto de él, estaba ella...

¡Los cinco sentidos e incluso un sexto, se pusieron alerta!, Naruto abrió los ojos y dejó caer su boca... No tenía ropa, nada, ni una sabana que cubriera su cuerpo, y junto a él, estaba ella, abrazándolo con un brazo por su pecho y el otro a su lado. No recordaba nada, sus últimos recuerdos eran borrosos y confusos.

Él siendo inyectado por Tsunade para un fin colectivo de un tipo de medicina especial para Konoha. Desde ese momento, todo era borroso, apenas y recordaba unos brazos... Pero no el rostro, una suave voz arrullándolo, pero no el rostro. Un tipo siendo golpeado... Y recordaba a Sasuke, pero no el motivo.

Finalmente, su mente regresó, cuando las manos de Sakura se movieron a sus ojos, tallándolo e indicando que estaba despertando... ¡Estaba despertando!, Naruto entró en pánico, absoluta vergüenza, curiosidad y las infinitas ganas de gritar ya sea de alegría o de miedo. Ella estaba despertando...

--¡Oh que sueño!—Bostezó Sakura, estirando su cuerpo y abriendo lentamente los ojos--. Hoy... Hoy...

Y como si fuera un golpe, los recuerdos llegaron a la mente de Sakura.

--¡Naruto!—Gritó, girando su cuerpo a la cama con la delgada esperanza de ver al bebé.

Pero lo que vio no fue un bebé... Ella, bajo la mirada por la persona, ¡El hombre! no el bebé, el hombre que estaba frente a ella, rojo y tembloroso, mirándola buscando alguna explicación y cubriendo un poco su cuerpo con una mano. Naruto estaba desnudo. Completamente desnudo.

Desnudo. Desnudo... ¡Desnudo!

--S-Sakura-chan... Podría explicarlo pero... yo... ¡No recuerdo nada! ¡Te lo juro!

Sakura sintió que una ola gigantesca de adrenalina la invadía como nunca antes. Sus mejillas le comenzaron arder y su cuerpo a temblar en un impulso de dos manera: Golpearlo y aventase a él. Pero solo se limitó a mirarlo por unos segundos, ella comprendía, cuando era bebé la ropa le quedaba, al crecer su cuerpo, la ropa se habrá roto. No era culpa de Naruto, no era culpa de Naruto. En absoluto.

Pero estaba desnudo y se había abrazado casi toda la noche... Qué vergüenza.

--¡NARUTO UZUMAKI, SAL DE LA MALDITA CAMA AY VISTETE, AHORA MISMO!—Gritó, colorando su rostro completamente rojo y cubriendo sus ojos.
--¡Si, si, si, si!—Dijo en un salto veloz, mientras salía disparado de la cama.

Desnudo. Naruto sintió vergüenza, pero igual quería vivir, así que, rápidamente salió por ropa y al baño.

Minutos después, Naruto salió del baño ya vestido: Una playera blanca y pantalones naranja. Sakura lo miró, un poco avergonzada, sabía que Naruto necesitaba explicaciones ¿Pero qué le diría? ¿Eras un bebé de dos años al que cuide? ¿Por eso estabas denudo?, un poco tonto.

--S-Sakura-chan... --Naruto la miró, sus ojos hacía el suelo, temeroso y avergonzado. ¡Muy avergonzado! sus mejillas rojas lo demostraba y su paso torpe y arrepentido lo confirmaba--. Yo... No sé qué pasó... No recuerdo nada... enserio...

Y entonces lo vio... Ese rostro, esos ojos de bebé, ahora grandes e iluminados por un brillo especial. Tan lleno de vida, ahora penosos. Y Sakura no pudo evitar sentir ternura.

--Supongo que no es todo tu culpa... --Dijo ella, formando una sonrisa--. No te preocupes, no es nada del otro mundo.
--¿Eh? ¿Recuerdas como llegamos a eso?... No me digas que tú y yo...hicimos... --Naruto se sonrojó completamente.

¿Decir la verdad o una pequeña mentirita?

--¡Oh si!—Contestó Sakura con una sonrisa, grande y esplendida--. ¿No lo recuerdas? ¡Por Kami, Naruto! no lo puedo creer... ¿Tan poco te pareció?

La pequeña mentira no sonaba mal para Sakura... Además, era por un bien común ¿No?, se ahorraría mucho, mucho trabajo...

Sakura fingió falsa furia y tristeza, encogiendo su cuerpo y enrollándolo sus bazos alrededor de su cuerpo. Trató de sonar lo más triste y frágil posible, para decir con ternura.

--Creí que pasar la noche juntos te haría muy feliz... Pero lo has olvidado.

Y esas simples palabras, volvieron el mundo de cabeza a Naruto.

--¡QUEEE!—Gritó el rubio, completamente asombrado--- ¿Qué?, N-Noche... ¿J-Juntos?

La sangre le hirvió y un ataque de felicidad le invadió el cuerpo. No podía creer que habían pasado una noche juntos... Eso explicaba su ropa desaparecida e incluso, su cuerpo tan descansado, como si por día no hubiera hecho nada. Pero no recordaba nada... Y eso le dolía. Deseaba recordar todo, cada detalles, cada sentimiento y experiencia... Todo.

--Yo no... N-No recuero nada... --Susurró Naruto bajando la mirada, después, la miró de nuevo--. ¿Y por qué te molestaste hace un momento? si ya... Pasamos la noche... ¿Por qué te asustaste al verme D-Desnudo...?

Ella se sonrojó... La verdad era que nunca en su vida lo había visto... Tan bien, como debía ser, así que sí, se había apenado, asombrado... Así que decidió decir un poco de la verdad.

--Me dio pena, es diferente, tocarte... A verte—Musito sonrojándose de nuevo--. Pero eso no importa, igual, no recuerdas nada... Mejor, hay que olvidarlo. No pasó nada.

Y de verdad no pasó nada...

Sakura giró su cuerpo y con rapidez se dirigía a la puerta, para marcharse. Era mejor olvidar, ahora se sentía confundida entre sus mentiras y la realidad: Pero era mejor así. Sin embargo, justo cuando estaba por irse, abriendo la puerta, una mano la detuvo, cálida y suave. Sakura giró y miró a Naruto detrás de ella.

--Lo siento, no recuerdo nada, pero... --él formó una sonrisa--. ¿Podrías refrescarme la memoria?, digo... Tal vez lo recuerde.

Su cuerpo se estremeció ante el pensamiento... ¡Oh cielos!, pensó Sakura, sonrojándose y suplicándole a su cuerpo y a su mente que se fuera. Después de todo, realmente nada de eso había pasado, la verdadera historia era totalmente diferente. Pero la mirada de Naruto, tan ardiente y viva, la dominó como a una marioneta llena de deseo. No lo soportaba, y aquello favorecía a los dos... ¡A todos de mil maneras!: él sería feliz con ella. Ella sería feliz con él. Y tal vez... Un tercero también sea feliz.

Tal vez un pequeño bebé...

Tal vez...

--Solo con una condición—Dijo Sakura, cerrando la puerta detrás de ella y sonriéndole coquetamente.

Naruto sonrió.

--¿Cuál?, cumpliré lo que quieras...

Ella le miró y con voz segura dijo:

--Naruto, quiero un bebé.

--¡¿Un bebé?!

One-Shots NS [Parte I][Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora