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Alexitimia, la extraña condición de no expresar ni sentir. No puedes identificar tus emociones ni las emociones de los demás, haciendo que de esta manera que, quien tenga esa enfermedad no pueda tener ni la más mínima empatía por alguien. No pueden sentir ira, tristeza, felicidad o... amor. Esa condición impide enamorarte, o querer sentir placer. No puedes sentir absolutamente nada, más que un vació. 

Damian Desmond, segundo hijo del presidente del partido de unidad nacional de Ostania, Donovan Desmond, un chico estudioso, y graduado de preparatoria. Lastimosamente le tocó vivir con esta condición desde hace años, por no decir que desde toda su vida. Nadie sabe cómo es que empezó esta extraña condición, pero no muchas personas se hacen esa pregunta porque no muchos lo saben. 

Tener esa condición le arruinó la vida por completo. Ya no podía ser como cualquier adolescente de su edad, no podía sentir atracción física por ninguna chica, no podía disfrutar fiestas, no porque fuera un aguafiestas, sino porque no sabía que era gozar o disfrutar la vida. No tenía amigos, ni le interesaba tener. La verdad esto por parte estaba algo bien para él, pues lograba tener más concentración en sus estudios. De esta manera, logró graduarse sin problemas. 

Se mudó a Nueva York, para poder seguir con sus estudios en la universidad, y lleva unas cuantas semanas en la ciudad, aunque todavía sus clases no comenzaron, solo estaba ahí para conocer la ciudad y adaptarse, aunque casi nunca salía. 


En un hotel, se encontraba este castaño. Lavando cada parte de cuerpo correctamente, con las manos apoyadas en la pared y la cabeza baja. Sus ojos color miel estaban cerrados, mientras que el agua descendía por su cuerpo. Se le podía ver frustrado, decepcionado, desilusionado, y asqueado. 

Se sentía demasiado sucio por lo que acababa de hacer, se sentía el ser mas asqueroso que haya pisado el planeta tierra, y solo dejaba que el agua se llevara esa sensación junto con el jabón que se resbalaba por su cuerpo. Estaba hundido en sus pensamientos, pensamientos que no se irían  en ese momento y puede que queden en su mente para el resto de su vida. Aunque no es algo que lo alarmó tanto, la verdad no era la primera vez que hacia eso. Pero sin embargo cada vez que lo hacía nunca obtenía nada, siempre quedaba igual, siempre se seguía sintiendo vació, nunca lograba sentir algo.

Sin abrir los ojos ni levantar la mirada cerró la llave de la ducha, levantó la cabeza esta vez con los ojos abiertos, tomo su toalla y se la colocó alrededor de su cintura, luego salió de la ducha y se dirigió a la habitación, donde su ropa estaba tirada por doquier, al igual que algunas sábanas. La verdad no le dio importancia a eso, simplemente recogió su ropa del suelo y se la volvió a colocar. Se puso sus zapatos y caminó hacia la puerta, pero, justo cuando giro la manija de la puerta para abrirla, fue detenido por una voz.

La voz de una bella chica rubia de ojos azules, quien tapaba su perfecto cuerpo desnudo con las blancas sabanas de la cama. Una chica que en verdad era bella, tenía grandes atributos, una cintura muy delgada, una piel suave y bien cuidada. Una chica coqueta, de estatura promedio, de linda voz. Pero a pesar de ser tan bella no provocó ni la más mínima emoción en Desmond.

—Oye, a dónde vas —Preguntó la rubia entre las sábanas, con la voz algo adormecida y sus ojos entrecerrados.

—A cualquier lugar donde no vuelva a saber de ti —fríamente contestó el castaño, esto sin quitar su mirada a la puerta.

En ese momento la chica abrió por completo sus ojos, y dirigió una mirada de confusión a Damian, quien abrió la puerta decidido para salir, no sin antes escuchar lo que ella le gritaría desde la cama.

—¡Oye! ¡No te atrevas a cruzar esa puerta!

En ese momento Damian dio un gran suspiro, liberando una gran aura de negatividad, haciendo que la habitación se sintiese pesada. Provocó un gran escalofrío en la chica al momento de dirigir su mirada a esta. Los iris color miel de sus ojos brillaban levemente por el sol que empezaba asomarse por su ventana y le daban a la chica una fría y escalofriante mirada.

Alexitimia | Anya x DamianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora