Mi Rayo De Luz (Shinazugawa Sanemi)

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HASTA EL AMANECER

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 Narradora Omnipresente

Los ahora esposos se encontraban festejando con los demás, todos se sentían felices por los recién casados, hasta que llego la noche, poco a poco los invitados se fueron a excepción de las esposas del Pilar del Sonido que se encontraban "preparando" a Nozomi para su noche de bodas, la pobre chica era un manojo de nervios.

— Relájate Nozomi, todo saldrá bien -dijo Hinatsuru mientras quitaba el maquillaje- no debes porque temer.

— No me pueden decir eso, acaso ustedes no estaban nerviosas? -las tres chicas se sonrojaron ante eso- lo ven, siento que me terminare desmayando.

— Por favor, relájate mujer se que estas nerviosa que piensas que no lo harás bien, pero estoy segura que él no te obligará si no quieres, no debes sentirte presionada.

— ¡Sii! tu solo mantén tu mente en blanco no pienses que en lo harás bien, solo déjate llevar

— Es raro que digas algo tan serio Suma -las tres chicas se colocan frente a ella- bien aquí voy -paso sus manos por su yukata blanca- ya todos se fueron?

— Si, igual nosotras nos vamos -dijo la bicolor- nos vemos en unos días.

— De-de acuerdo -las tres se despidieron y al notar que ya no había nadie, se dirigió a la habitación que compartiría con su ahora esposo, al deslizar la puerta la encontró igual solo con una simple yukata blanca, siendo iluminado por algunas lámparas.

— Te sientes bien? -él se acercó para tomarle de la mano- si no quieres...

— ¡NO! qui-quiero decir que-que si quiero -dijo eso último en un susurro- pe-pero si tu no quieres... -un beso en su frente la hizo callar.

—Quien importa aquí eres tú, no importa si yo quiero pero si no tú no te sientes cómoda no lo haremos.

— Sí quiero -ambos se dirigieron a su futón matrimonial.

Al estar frente a frente el peli-blanco dio el primer paso, se acerco y comenzó un beso cargado de amor, pasión, por varios minuto pasaron así entre pequeños besos, hasta que Nozomi decidió introducir su lengua en la cavidad bucal de su amado, este se sorprendió un poco pero le seguido el juego, ambos peleaban por el dominio pero Sanemi fue el ganador, él tomó la cintura de su amada y la recostó en el futón, con un poco más de confianza comenzó a acariciar las suaves piernas de ella.

Ella se estremeció un poco al sentir esas callosas manos acariciar sus piernas, pero ella quería que la tocara más, que llegará más lejos aunque se estuviera muriendo de vergüenza, Sanemi opto  por deshacerse del nudo del obi de la yukata , fue abriendo poco a poco la yukata y así revelando la hermosa figura de su amada quien se cubrió como auto reflejo.

— Sucede algo? -tomo una mano y la comenzó a besar desde la palma hasta el hombro- me detengo?

— Es-es que me da vergüenza, mi cuer... -fue callada por un beso igual que los otros.

— Tu cuerpo es perfecto y lo mejor es que solo yo te veré así -comenzó a besar su cuello, descendió poco a poco hasta llegar a sus pechos que eran cubiertos por el brazo de ella- me encanta todo de ti, eres como un maldito ángel, déjame ver más de ti.