Viejo Amigo

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Entre la oscura y la fría lluvia qué comenzaba a caer en el planeta Depredator, fue un cierto dolor para la mujer, una fuerte punzada en su vientre, aun sentir el labor de parto y tener que estar rodeada de parteras depredadoras, las mismas qué una vez le arreglaron para su compañero de vida, fueran testigas de recivir a otras crías del Príncipe, Yautja tuvo que esperar afuera paciente y en no poder estar adentro para cuidar de su pequeña humana por estrictas reglas de darle a su Zenomorfa la privacidad. En cuanto acabo el labor de parto, las tres hembras dejaron qué entrarán a la habitación en donde estaba la compañera de vida, saliendo todas de la habitación al haber acabado con su trabajo y dejar que tengan un momento a solas el Principe y la Zenomorfa.

Azurduy -
Otra pequeña humana...es tan linda..

-Observa a su pequeña niña cubierta de telas gruesas alrededor de su cuerpo es que no tenga frío, los dos padres de la criatura estaban juntos y miraban a la bebé.-

Yautja -
No pienses en eso , hicistes un buen trabajo , la cuidaremos bien hasta que sea una adulta como sus hermanas, fuerte, guerrera..y ágil como su madre

-Ronronea asercando su dedo a la pequeña mano de la bebe, la pequeña cría aserco la manito y le tomo el dedo de su padre inconscientemente , era otra bendición que nació en el planeta Depredator.-

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Cuidar de los niños, era lo que tenia que hacer de nuevo al estar en el ciclo de embarazo aquella humana con rasgos de una Zenomorfa , sabía que aun era muy pronto qué se fuera otra vez a cazar Yautja pero tenía que hacerlo o no subiría de rango para poder ser un Rey como lo querían los padres del Depredador, una noche se fue y cubrió a su compañera de vida con gruesas telas para cubrirla del frío y salir de su hogar en silencio en camino a su nave, serán años luz y volverá de regreso a casa. Sus dos primeras hijas han sido testigas de poder ver a sus nuevos herman@s

Una tercera niña como su madre, con sus ojos bellos y de un color blanco de pupilas , no lloro en cuanto fue traída a la vida, dulce y callada.

Un cuarto pequeño, depredador de nombre Lyr-met. Era revoltoso y muy gruñón parecía que había heredado el comportamiento agresivo de su padre.

Y un pequeño que estaba en camino, no se sabría si nacera siendo un depredad@r, human@ o....Zenomorf@, pero, lo que fuera lo aceptarían. Las dudas fueron de la madre y no había maquinas como Ecografia, no sabrían como sería el siguiente ni tanteando con los dedos en el vientre y oprimir sabrian.

Les heredaba a cada cría la fuerza y el poder de la madre.

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Azurduy -

Ame, si te vas a ir con las hembras a pescar, trata de no alejarte de la cascada, diablilla tu hermana ya se va

-Antes de que se fuera su hija Amelia la detuvo poniéndose en el camino de la niña y le sugeto el cabello anaranjado con una coleta para despedirla con un abrazo dándole unos besos en la megilla a su pequeña dejando que saliera ella del hogar , después Diana que se tomó unos minutos para acomodarse sus prendas y abrazar por detrás a su madre como último salir tras su hermana.-

Tengo que poner las telas a lavar, la misión de Yautja...se está alargando, qué no le pase nada.....

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Camino solo unos pasos estando por salir tomando las prendas que tendría que lavarlas en el río, pero antes de abrir la compuerta trasera del hogar, no pudo dejar el corredor porque podía escuchar los suaves chillidos del pequeño Lyr-met ya despertando, camino hasta su habitación de su persona y estaba abierta para ver a su pequeño depredador ya despierto y con hambre por cómo daba en chillar. Tuvo que cargarlo en sus manos y meser un poco a su cría teniendo cuidado le daría pecho, sus colmillos no estaban tan afilados pero tendría en tener cuidado para no lastimarse. Su otra pequeña también pareció despertarse a los minutos después mientras abría con dificultad sus ojos por el sueño que tendría y viera a su madre gateando hasta ella para menos de lo esperado posar su cabeza en los muslos en su madre salió un poco el sol y para los pequeños les faltaría dormir otro poco para tener fuerzas del dia.

Eres mi esclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora