capitulo 13

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—19 días después de navidad—

—Oye...—Arrastré una silla para ponerla entre Willow y Hooty. Me senté y me recosté en el hombro del greñudo este. — ¿Sigues enojado? — Pregunté haciéndome bolita en la silla, Hooty dejó de comer y se voltea a verme.

—No, yo ni estaba enojado. Pero...—Echa un vistazo a todos lados para después inclinarse a mi oído y susurrarme. — No está tu novia por aquí, ¿verdad? No vaya a ser que me quiera golpear por hablarte también. —Chasqueo la lengua. —Es más, quítate, no quiero que se ponga celosa porque te estoy abrazando. — Me empuja hacia Willow que nomás se está riendo de mí.

— ¡No es mi novia! — Protesto. — ¡Ni siquiera somos amigas!

— ¿Cómo no? —Empieza Willow de repente, dejando sus apuntes y mirándome con una sonrisita. —Si se la pasaron juntas desde que te la madreaste en la escuela.

—Ya sé, como que le gusta el sadismo, ¿no? — Hooty frunce el ceño. —Luz, no sabía que le entrabas a esas cosas.

— ¡No soy masoquista! — Grito. Y todos en el café se voltean a mirarnos bien desubicados, pero, típico, luego se voltean y se empiezan a reír.

Hooty me da un zape en la nuca—: No grites. — Pues no me provoques, maldito desgraciado.

— ¿Hablaste con ella?

—No. Bueno sí, pero...no.

— ¿Y qué? ¿Terminaron? —Volteo lentamente hacia el greñas. Mira morro, todavía tienes el labio partido, pero sigue así y te lo voy a partir más, baboso. —Luz, eres mi amiga. Te quiero y lo sabes. —Ah, cabrón. De repente se puso serio el asunto. —Por eso, voy a ser directa. —Okay, pero no me agarres la mano. No me gustas. —No quiero verte sufriendo en una relación tóxica.

La miro.

Me mira.

Respiro.

Respira.

Aprieta mi mano.

Alguien grita GAAYYYY al fondo.

Y me chiveo. Hooty se empieza a reír como la foca retrasada que es, no sé, o sea, creo que todos tenemos ese amigo que se ríe bien curado, pero a la vez da pena ajena cuando lo hace en un lugar público. Confirmen.

Por eso, Willow volvió a sus apuntes y a tomarme su chocolate. Sí, su chocolate porque a mí no me pidieron nada y pues ni modo, tienen que compartir. Si no, no fueron a la escuelita, malditos egoísta, compartan perros.

—Oye, pero, independientemente de si sea tu novia o no— continua Willow. —, ¿no te da miedo que algún día te rompa la nariz así nomás? —Ella lo dice con seriedad, no como Hooty, que hace las cosas con una seriedad bromista.

—Pues...yo ni le hablo. Hace como dos semanas que no la veo.

— ¡Luz, pues hace dos semanas te desapareciste! —Reclama. —Ni nos avistaste, ni hablaste ni nada. No pues sí.

—Mmm. —Maravilla de esa boca. Chingada madre. Yo ya había bloqueado ese número. La Traidora de los horarios de trabajo.

— ¿Quién es? —Empujo al mitotero de Hooty a un lado antes de contestar aprovechando que Willow se fue a pedirnos otro chocolate. Sí, pedirnos. Porque ahora compartimos taza. Somos COVIDiotas.

— ¿Y ahora qué quieres? — Ataco.

— ¿Dónde estás?

— ¿Para qué quieres saber eso? — Achicó mis ojos, ¿será que quiere vender mi ubicación a una organización secreta que quiere eliminarme de la faz de la tierra? ...o a Amity probablemente.

Belaya Luna | Lumity | •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora