—22 días después de navidad—
—Hooty. — Me tiró desde la macetera a su espalda.
—No traigo dinero. — Dice. Pongo mis brazos encima de sus hombros y él agarra mis piernas.
—Ayyy, tú nomás me ves y crees que te voy a pedir dinero. —Me remuevo en su espalda. —Wey, me estoy cayendo, agárrame bien. — No vaya a ser como el otro día que le dije a Amelia que me hiciera comanchi y la morra no me agarró bien que porque según me aventé cuando estaba tomando agua.
Me raspé la rodilla y el codo. ¿Y adivinen quien me curó?
¡Mi novi—! No, mentira. Ya quisiera. No la he visto desde el sábado. Me curó la vida. Es como dicen, el tiempo lo cura todo. Hasta el sangrado que le dio a Amelia luego de partirse la madre por la caída. Pero, ya me perdonó.
Tuve que dormir en el patio, pero ya está todo bien.
Me estaba resbalando por la espalda de Hooty, me agarró las piernas y me subió. Me comí sus greñas en el proceso, pero no importa, a esta altura pude a ver el amanecer iluminando mi mundo: El carrito de gorditas de nata.
Y ahí viene Amity también. Creo que podría vender a mi novia por una gordita de nata, no sé, abro debate, ¿ustedes lo harían?
Tal vez podría vender a Lucia por una gordita de nata y conservar a mi chava. 2x1
Sí, ni modo, una a veces tiene que sacrificar a los amigos para poder comer gorditas de nata y seguir con su vida.—Hola. — Saluda Amity.
—Buenas. — Responde Willow desde abajo donde está amarrando las agujetas del tenis.
— ¡Las tengas! — ¡No mames Hooty, no la cagues! ¡Sí, somos de barrio, pero pórtate bien! ¡Todo iba bien, estaba bien, todo correcto y la cagas!
Le meto un zape para que sepa que ENSERIO no es el momento. —Ay — Se quejó del golpazo que le di, me soltó una pierna para sobarse donde le pegué, pero, cuando me empecé a caer otra vez, volvió a subirme.
Willow, que desde hace rato se estaba amarrando las agujetas se levanta y nada más se levanta para decir—: Le anda metiendo mano a tu novia. — Con eso Hooty me suelta y casi me voy de cabeza al piso. Pero, Willow tiene unos reflejos tremendos. Nada más azotaron mis pies en el concreto, claro, como hoy no quiso ponerse a nevar y amortiguar la caída de mis talones. Necesito una cirugía de pies ahora mismo, creo que me rompí el tabique. ¿Si es el tabique? ¿Qué es el tabique? hELP ME
— ¡No es cierto, Amity! ¡Es mentira! ¡Yo jamás tocaría tu mercancía...—Tuvieron una pelea de miradas. Digo, eso creo porque ninguno dijo nada y solo se quedaron y viéndose como idiotas hasta que Hooty dijo algo tan rápido que apenas yo le entendí. —Por favor no me pegues.
Ay pobrecito, ya está traumado.
— ¡Pídele perdón! — Exijo a Amity que se comporta con una calma.
—A eso venía.
—Ah. — Pienso. — ¿O sea que no venías a verme a mí...? —Celos de tu boca cuando miras a otra chica, tENGO CELOS...Ah, así no es. Por allá empieza a sonar la musiquita del carrito de las gorditas.
—No seas dramática. —Dice con una cara seria, pero solo se pone modo seria cuando están mis amigos. Pinche morra rara. — ¿A qué otra cosa— por allá atrás veo el carrito de las gorditas yéndose. —vendría a tu escue-?
— ¡Espérame tantito! ¡Voy por una gordita!
— ¿Cómo-?
— ¡Ahorita vengo!
—Pero-
— ¡Señor! ¡No se vaya! ¡Véndame una gordita! ¡Señooor! ¡Oiga!
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Belaya Luna | Lumity | •Adaptación•
FanfictionSi Amity sabía hacer algo era ser paciente ante la gente, sabía esperar e interpretar señales. Y tratar con alguien como Luz requería de mucha paciencia, y un apreciable entendimiento de alguien que apenas era consciente de su propia existencia. ...